
“Aunque se puede aspirar a la simplificación, no siempre es posible evitar cuando menos una elegante complejidad.”
Iris Murdoch
El conflicto como fenómeno complejo, ha sido analizado desde múltiples disciplinas, y su estudio y análisis constituye uno de los pilares fundamentales en la formación y en el ejercicio de la mediación. Esto es lógico, ya que la razón de ser de la mediación es la gestión del conflicto o, como afirma Moore, la mediación es “una intervención de un tercero aceptable, imparcial y neutral, en una disputa o negociación, para ayudar a las partes a alcanzar su propio arreglo.”
En este post vamos a describir, siguiendo a Bolaños (2008) y su modelo de mediación transicional, algunas de las dimensiones que pueden distinguirse en todo conflicto.
Estas dimensiones servirán de guía imprescindible para orientar la intervención de los profesionales de la mediación durante el proceso de resolución de conflictos.
En concreto, este autor distingue los siguientes 9 “territorios del conflicto”:
- 1. Territorio narrativo: es aquel integrado por lo que las partes han construido en su discurso interno, el relato que cada una de las partes mantiene en relación al conflicto.
- 2. Territorio cognitivo: es aquella dimensión del conflicto compuesta por los pensamientos de las partes en relación al mismo, y las ideas de cada parte en relación a la otra o al proceso vivido.
- 3. Territorio emocional: integrado por aquellas emociones que van acompañando en el proceso de conflicto a cada una de las partes y su intensidad, alcance y recursos de gestión.
- 4. Territorio comportamental: se compone por aquellas acciones que las partes van teniendo a lo largo del conflicto, así como también por todos los intentos de solución que han puesto en marcha, sean del tipo que sean, más o menos adecuados, directos o indirectos.
- 5. Territorio relacional: es un espacio común que hace referencia a la relación entre las partes en conflicto y sus más variadas dimensiones.
- 6. Territorio interaccional: estrechamente vinculado con el relacional se encuentra el territorio interaccional, integrado por “las pautas más o menos estables de comunicación, reparto de poder o simplemente de negociación” que tienen las partes y que ya eran observables en el pasado.
- 7. Territorio comunicacional: es esencial en el ámbito de la mediación, al ser un proceso comunicativo, es el territorio comunicacional, en el que se tienen en cuenta los canales utilizados por las partes para comunicarse, incluso si se trata de personas y o profesionales interpuestos.
- 8. Territorio sustantivo: integrado por aquellas cuestiones de contenido, que suelen ser identificadas con la materia del conflicto, y no es más que uno de sus territorios.
- 9. Territorio sistémico: que hace referencia al contexto en el que tiene lugar la situación de conflicto y va más allá de las partes, como las dinámicas en que se encuentran inmersas, sus culturas, etc.
Ya inmersos en el proceso de mediación para la resolución de un conflicto, todos estos territorios constituyen los diferentes niveles de trabajo que deberá afrontar el mediador. Todo un reto con el que reconocer en el día de la mediación la complejidad de una profesión imprescindible en una sociedad responsable.