España es el gran destino inversor de los capitales extranjeros. En concreto, nuestro país ocupa el séptimo lugar en el ranking europeo como uno de los territorios más atractivos para la inversión inmobiliaria. Y esto se debe a que poco a poco, en los últimos tiempos, se va recuperando en el ambiente ese anhelo perdido por la crisis en invertir, o lo que es lo mismo: un buen inversor sabe que todas las crisis son oportunidades de inversión.
En 2021, la inversión inmobiliaria en España alcanzó los 12.700 millones de euros, un 32,3% más que en 2020 y un 1,6% más que en 2019.
En 2022, se prevé un aumento que rondará la cifra de 13.000 millones de euros, lo que supone un incremento del 2,4% respecto al año anterior, según desvela la consultora inmobiliaria CBRE, en su informe ‘Real Estate Market Outlook 2022’.
Seguro que, si has tenido la oportunidad de invertir en el sector inmobiliario, lo primero de lo que te has preocupado es de realizar un estudio exhaustivo acerca de la situación económica, financiera y registral tanto del inmueble como del Vendedor, dando una gran relevancia a la due diligence técnica. Pero ¿te preocupas del mismo modo acerca de los trámites legales necesarios para adquirirlo? Al fin y al cabo, los pequeños detalles siempre marcan la diferencia.
Si has leído hasta aquí, es que te interesas por esos pequeños detalles, pese a que la mayoría de los inversores dejan a un lado los temas intrínsecos a su posición de comprador, como por ejemplo:
- Cumplir los requisitos enmateria de compliance.
- Representación legal.
- Coordinación con notarías.
- Liquidación de impuestos.
- Inscripción del activo en el Registro de la Propiedad.
- Utilización, o no, de firma electrónica
- Documentos que afecten a la operación en sí misma (división horizontal, documentos privados de la compraventa, elevar a público la escritura, inscripción, contratos de alta de suministros…)
Desde la entrada en vigor de la Ley 10/2010, de 28 de abril, de prevención del blanqueo de capitales y de la financiación del terrorismo, cuando se lleva a cabo la compraventa de un inmueble, tanto el promotor inmobiliario, como aquellas personas que ejerzan profesionalmente actividades de agencia, comisión o intermediación en la operación, deben aplicar una serie de medidas de diligencia debida sobre el comprador, pudiendo ser este una persona física o jurídica. De esta forma, el comprador, así como todos los intervinientes (apoderados, prestamistas, etc.) deben identificarse formalmente y justificar, en el caso del primero, su actividad y el origen de los fondos con los que afronta la operación.
Cada vez es más común que nos soliciten el denominado KYC o formulario “Know Your Client” cuando abrimos una cuenta en una entidad financiera, adquirimos algún artículo de lujo y también, a la hora de comprar un inmueble.
Todo ello puede causar el desconcierto para muchos inversores que desean, bien adquirir un inmueble o bien venderlo, sin que el proceso se demore más de la cuenta.
Por eso, resulta de gran importancia contar con un buen asesoramiento por parte de abogados profesionales en la materia, que puedan encargarse de estos detalles comentados anteriormente, y que, siendo tan pequeños a priori, pueden a la larga, causar un problema mayor.
Y, ¿qué ocurre cuando el inversor es procedente de un país extranjero? ¿tiene que estar en España durante el proceso de la transmisión del inmueble? La respuesta es no.
Otro de los servicios que ofrecen los despachos legales consiste en la representación voluntaria a través de poderes especiales, o generales, que se les confieren para que, a través de estos, actúen en la operación, ostentando facultades para firmar contratos, tanto la misma compraventa del inmueble como de suministros a posteriori, acudir a elevar a público a notarías, y sobre todo, ofrecer la tranquilidad y seguridad al cliente extranjero, ante cualquier imprevisto sobrevenido, de estar bien asesorado y representado por un despacho legal en España, al mismo tiempo que se desarrolla legalmente la operación.
Desde AFIENS prestamos este tipo de servicios a varios clientes, entre ellos, a la sociedad GLOBAL CAFFARRA, S.L., asistiéndoles en materia legal en el proyecto residencial de recalificación y comercialización de pisos en venta exclusiva de un edificio situado en el corazón de Madrid, la calle Gran Vía, 30.
