MADRID (Reuters) – El Partido Socialista catalán (PSC) y Convergencia i Unió (CiU) han llegado a un acuerdo que facilitará la investidura del convergente Artur Mas como presidente de la Generalitat de Cataluña en la votación que tendrá lugar el jueves, anunciaron el miércoles ambas formaciones.
El acuerdo, formalizado en un pacto de cinco puntos, permitirá que el antiguo número dos del histórico presidente catalán Jordi Puyol y ganador de las elecciones autonómicas del 29 de noviembre salga elegido por mayoría simple en la votación del pleno del Parlament gracias a la abstención de los socialistas catalanes, grandes derrotados en esos comicios.
El Parlamento catalán ya celebró un primer pleno de investidura este lunes, pero entonces a Mas necesitaba la mayoría absoluta, cosa que no logró tras reunirse con todos los demás partidos.
El acuerdo alcanzado en una reunión celebrada el miércoles por la tarde entre Mas y el presidente del grupo socialista en la Cámara de Barcelona, Joaquim Nadal, abarca la lucha contra la crisis, las políticas sociales, la representación institucional, la concertación social, y la transparencia y la calidad democrática. Será firmado el jueves antes del pleno por Nadal y el presidente del grupo parlamentario convergente, Oriol Pujol.
Mas, un barcelonés de 54 años, anunció durante su discurso en el primer pleno de investidura que Cataluña "ha de encarar su propia transición", al igual que hizo España tras el final de la dictadura franquista, y volvió a hablar de un pacto fiscal que permita un modelo propio de financiación para Cataluña, aunque no concretó en qué consistiría.
De este modo, los nacionalistas de centroderecha, que han ocupado el poder durante 23 de los 30 años de la autonomía catalana, volverán al Palau de la Generalitat tras dos legislaturas de gobierno tripartito entre los socialistas catalanes, los independentistas de ERC y los ecologistas de izquierda de ICV-EuiA.
Las tres formaciones recibieron un fuerte castigo en las elecciones autonómicas, sobre todo los socialistas, ante el descontento de la población por la gestión del tripartito y por la fuerte crisis económica, lo que llevó a que el presidente catalán en la legislatura anterior, Josep Montilla, presentara su dimisión como líder socialista.
