GINEBRA/CIUDAD DEL VATICANO (Reuters) – Naciones Unidas acusó el miércoles al Vaticano que hacer la vista gorda sistemáticamente a décadas de abusos sexuales a niños por parte de sacerdotes y demandó que los entregue inmediatamente a las autoridades civiles.
En un informe con unas críticas sin precedentes, el Comité de los Derechos de los Niños de la ONU dijo que el Vaticano había impuesto un "código de silencio" sobre los sacerdotes y había retirado a quienes cometieron abusos parroquia a parroquia "en un intento de encubrir los delitos".
El Vaticano calificó el informe de "distorsionado" e "injusto" y dijo que Naciones Unidas había ignorado los pasos adoptados en la última década para proteger a los niños.
El combativo cruce de declaraciones prepara el terreno para el mayor enfrenamiento entre el Vaticano y la ONU desde 1994. Entonces, en una conferencia sobre población de la ONU en El Cairo, el Vaticano forzó a la organización internacional a retirar una propuesta para aprobar el aborto como una medida de control de la natalidad.
El informe también plantea un nuevo desafío a la comisión nombrada por el papa Francisco en diciembre para aconsejarle sobre un escándalo que lleva décadas sacudiendo a la Iglesia.
"El Comité está seriamente preocupado porque la Santa Sede no haya reconocido las dimensiones de los delitos cometidos, no haya tomado las medidas necesarias para responder a los casos de abusos sexuales de niños y para proteger a los niños, y ha adoptado políticas y prácticas que llevaron a la continuación de los abusos y a la impunidad de los perpetradores", dijo el informe.
Instó al Vaticano a "retirar de inmediato a todos los agresores conocidos y sospechosos de su destino y llevar la cuestión a las autoridades de aplicación de la ley para que investigue".
TONO MÁS DURO
El Vaticano inicialmente planeaba no responder al informe, según una persona familiarizada con el asunto, pero elevó su tono, tras mucho debate, en respuesta a la demanda del texto de que la Iglesia suavice su oposición al aborto, los anticonceptivos artificiales y la homosexualidad.
"Este comité no ha rendido un buen servicio a las Naciones Unidas", dijo a Radio Vaticano el arzobispo Silvano Tomasi, jefe de la delegación del Vaticano ante la ONU en Ginebra, acusando al comité de interferir en la libertad religiosa al tratar de dictar las enseñanzas morales de la Iglesia.
Tomasi dijo que las organizaciones no gubernamentales que favorecían el matrimonio gay – al que se opone la Iglesia – probablemente influyeron en el comité para reforzar lo que denominó "una línea ideológica".
El texto recogió que la Santa Sede debía entregar una serie de pruebas sobre los abusos contra decenas de miles de niños, y tomar medidas para impedir que se repitan casos como el de las lavanderías de la Magdalena en Irlanda, donde las niñas se vieron forzadas a trabajar en instituciones gestionadas por la Iglesia.
El papa Francisco, que lleva sólo once meses en el cargo, ha calificado los abusos sexuales a niños de "vergüenza de la Iglesia" y ha prometido continuar con los procedimientos puestos en marcha por su predecesor, Benedicto XVI.
Pero el informe expresó una "seria preocupación de que al lidiar con las víctimas infantiles de diferentes formas de abusos, la Santa Sede ha situado la conservación de la reputación de la Iglesia y del supuesto delincuente por encima de la protección de las víctimas infantiles".
LOS OBISPOS NO HAN ASUMIDO RESPONSABILIDADES
Aunque varios obispos han dimitido tras escándalos de abusos en sus diócesis, los grupos de víctimas dicen que el Vaticano debe hacer responsables legalmente a los obispos por los supuestos encubrimientos.
"Si el Papa va en serio sobre pasar página en este escándalo, debería cesar inmediatamente a cualquier obispo encargado de una diócesis en la que un sacerdote abusó de niños y estos abusos fueran ocultados a las autoridades civiles", dijo John O'Brien, presidente del grupo de presión de EEUU Catholics for Choice.
El informe dijo que la comisión creada en diciembre por el papa Francisco debe investigar todos los casos de abusos sexuales de niños, "además de la conducta de la jerarquía católica al afrontarlos", dijo la ONU.
Miguel Hurtado, que sufrió los abusos de un cura en España cuando tenía 16 años y viajó a Ginebra para la difusión del informe, dijo que sentía emoción y que se había hecho justicia.
"Muchas veces, se dudaba de las víctimas. Dudaban de nuestras historias, dudaban de nuestros motivos. Pensaban que nuestros motivos eran que íbamos tras su dinero o destruir o atacar a la Iglesia", dijo el hombre de 31 años a Reuters.
En una sesión pública el mes pasado, el comité pidió a los delegados del Vaticano que revelaran el alcance total de décadas de abusos sexuales a menores por parte de sacerdotes católicos.
La delegación de la Santa Sede, en respuesta a preguntas de un comité de derechos internacional por primera vez desde que surgieron los escándalos hace más de dos décadas, negó las acusaciones de que hubiera un encubrimiento del Vaticano y dijo que habían establecido guías claras para proteger a los niños de los sacerdotes agresores.
La ONU pidió una investigación interna sobre las lavanderías de la Magdalena y otras instituciones similares, para que los responsables puedan ser procesados y una "compensación total sea pagada a las víctimas y sus familias".