Como nos preguntábamos en el anterior capítulo, ¿qué pasa con la pyme en la web 2.0? Pocas son las que se están adaptando a esta nueva realidad social, a esta nueva forma de ver y sentir el mundo. Si algo bueno tiene la web 2.0 es su accesibilidad, tanto en su vertiente técnica como económica, y el poderla conjugar con todas las preposiciones y la palabra "todos" (por todos, para todos, de todos, a todos…).
No es necesario desembolsar grandes cantidades de dinero para tener presencia en Internet. Sale más barato que poner una cuña en la radio, unos segundos en la TV o una inserción en los periódicos o en las Páginas Amarillas (cuántas se devuelven cuando nos la cambian al año con los plásticos que la envuelven). Esta forma de publicidad es limitada, finita, termina y acaba al instante, es la mejor forma de derrochar el dinero. Sin embargo en Internet la presencia es más efectiva e ilimitada, no termina, permanece, y es medible en concepto de gastos e ingresos. Desde Avezalia nos esforzamos por hacer ver estas apreciaciones, pero nos encontramos con empresas, o más bien empresarios, con una mentalidad cerrada, anclada en el pasado, y sin miras en el futuro. Cierto es que la cosa cambia mucho dependiendo del lugar al que nos dirijamos, pero me reservo las apreciaciones de localización, pues de todo hay en la Viña del Señor, por lo que en ningún momento quiero que parezca que generalizo.
Pero un hecho demostrable es que la empresa puede gastarse grandes presupuesto en publicidad, que caerá en aguas de borrajas si la opinión que vierten los consumidores a través de Internet es negativa. Es curioso: David vuelve a ganar a Goliat. La publicidad convencional le supone un gran desembolso a la empresa, mientras que la opinión de los consumidores es cuestión de dedicar unos pocos minutos (tal vez no llegue ni a uno) en escribir su opinión.
Estas mismas herramientas que tiene el consumidor las tiene a su disposición la empresa. Pero son muy pocas las que las usan. Y aquellas a las que se lo recomiendas te dicen, literalmente, que "eso no sirve para nada". Nos parece muy bien, siga usted perdiendo la posibilidad de posicionarse y deje que otros lo hagan. Deje usted de competir en igualdad de condiciones con otras empresas, incluso aquellas que denominamos grandes. Ponga usted en su buscador preferido los siguiente y verá: opinión + el nombre de su empresa + consumidores. Tal vez entonces su opinión difiera.
Lógicamente me dirán que opiniones negativas siempre existieron y existirán, lo que es cierto e innegable. Pero fomente el feedback con sus clientes o potenciales clientes, y entonces existirán más opiniones. Satisfaga las necesidades que demandan, y entonces habrá aun más opiniones, más positivas que negativas.
Continuará…
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