LUCCA, Italia (Reuters) – El Grupo de los siete (G7) se reunió a iniciativa de sus aliados en Oriente Próximo el martes buscando unirse para aislar al presidente de Siria, Bashar el Asad, horas antes de que el secretario de Estado de EEUU viaje a Rusia, el mayor aliado de Asad.
Los ministros de Asuntos Exteriores del G7 se sentaron el martes con sus homólogos de Turquía, Arabia Saudí, Emiratos Árabes, Jordania y Catar -todos opositores del Gobierno de Asad- para hablar sobre la guerra civil Siria, que ya dura seis años.
La presión se está ejerciendo sobre el presidente ruso, Vladimir Putin, para que rompa sus lazos con Asad, que está acusado de lanzar un ataque químico la semana pasada en una ciudad controlada por los rebeldes.
El lunes, la primera ministra británica, Theresa May, habló con el presidente de EEUU, Donald Trump, y ambos acordaron que existe "una posibilidad" para convencer a Rusia de que rompa lazos con Asad, dijo el despacho de May.
También el lunes Reino Unido y Canadá dijeron que se podrían aumentar las sanciones sobre Moscú si continuaba apoyando a Asad. Más tarde, Trump habló por teléfono con la canciller alemana, Angela Merkel, acerca del ataque estadounidense de la semana pasada y le agradeció su apoyo.
"Creo que tenemos que mostrar una postura unida y que en estas negociaciones debemos hacer todo lo que podamos para sacar a Rusia del lado de Asad, al menos hasta el punto en que estén preparados para participar en encontrar una solución política", dijo el lunes el ministro alemán de Asuntos Exteriores, Sigmar Gabriel.
"Es el momento adecuado para hablar de esto, sobre cómo la comunidad internacional, con Rusia, Irán, Arabia Saudí, Europa, con EEUU, puede contribuir a un proceso de paz para Siria y evitar una mayor escalada militar del conflicto".
