Experta en Marketing y Comunicación, Pilar Díaz-Varela Sanz es Presidenta de la Fundación Gertrude Ryan, que dirige con ánimo joven y espíritu innovador. Díaz-Varela ha desarrollado su carrera profesional en diversos puestos de dirección en el área de tecnología y comunicación, en empresas multinacionales líderes en el sector, como Hewlett Packard, Compaq, Colt e Interoute.
¿Por qué nace la Fundación Gertrude Ryan?
Nuestra Fundación nace de la inquietud de un donante anónimo, procedente del entorno jurídico, que desea potenciar y favorecer el intercambio institucional y educativo en materia de Derecho Angloamericano y Europeo, promoviendo, además, el respeto a los Derechos Humanos. La Fundación se constituye y registra el 10 de diciembre de 2004 en el Estado de Florida, EEUU. La delegación de España se formaliza en el año 2005. Desde entonces, trabajamos confiados en una certeza: el intercambio cultural es el derrotero a seguir si pretendemos el desarrollo de los pueblos más desfavorecidos. La paz y la igualdad se pueden alcanzar, en gran medida, si implementamos un proyecto que gire en torno a una educación basada en las libertades del ser humano. Para ello, es imprescindible un intercambio profesional y académico de índole global que transforme la realidad de aquellos países en los que no existen sistemas justos de convivencia social. Esa es la razón de ser de la Fundación Gertrude Ryan. A ello nos dedicamos, con fervor y entusiasmo.
¿Se trata, entonces, de una Fundación de carácter global?
Sin lugar a dudas. Tan sólo hace falta mirar hacia nuestro entorno jurídico para darnos cuenta de la necesidad de intercambiar experiencias e información actualizada sobre los distintos sistemas jurídicos del orbe. La globalización es un imperativo del que no podemos escapar. Urge que los nuevos abogados reciban y apliquen una formación global e integral. Nuestra Fundación busca ayudar a los juristas españoles a alcanzar esta meta. Hemos comenzado nuestra actividad en España, pero, por supuesto, esperamos expandirnos con criterio y planificación. Desde el año 2006, por ejemplo, colaboramos activamente en el Anglo-American Law Program impartido en la Facultad de Derecho de la Universidad de Navarra, y que actualmente cuenta con más de 150 participantes. También hemos colaborarado con otras prestigiosas instituciones académicas y buscamos consolidar una red internacional que fomente nuestros mismos valores y objetivos.
¿Estamos preparados un gran salto jurídico?
Absolutamente. Es tarea de esta generación de profesionales del Derecho y de las personas vinculadas al mundo jurídico formar a los abogados del futuro que emplearán correctamente los nuevos principios del derecho global. Aproximar los entornos legislativos americano y europeo facilitará la formación de los juristas globales que precisa nuestro tiempo. Más aún, la demanda de productos y servicios y la movilidad de profesionales del derecho entre los distintos países de la Unión Europea y los Estados Unidos provocan la necesidad de constituir una base académica común que ayude a conocer y comprender las características particulares que son propias de dos sistemas jurídicos distintos, sí, pero no antagónicos. Además, nuestra Fundación tiene por objetivo fortalecer los Derechos Humanos mediante la aplicación eficaz de ambos sistemas legislativos. Para ello queremos desarrollar cursos, congresos, seminarios, etc. Todo esto se encuentra enmarcado dentro de un solo propósito: difundir la necesidad de un nuevo estilo en el estudio del Derecho y la posibilidad cierta de construir juntos un mundo en armonía.
¿Cómo pretenden llevar a cabo su misión?
Creemos que es fundamental dar a conocer las diferencias existentes entre la legislación americana y la europea, sin por ello renunciar a la armonización jurídica propia de un mundo globalizado. El intercambio educativo entre Estados Unidos y Europa, la difusión de herramientas de información y la colaboración en la educación de los pueblos para la correcta aplicación de los derechos humanos -aprovechando la experiencia en materia legislativa de los países desarrollados- nos permitirán facilitar la correcta aplicación de las leyes particulares de cada continente. Así, potenciando el desarrollo educativo y cultural en materia legislativa, difundiendo las vías de encuentro entre el derecho americano y el europeo e impulsando los derechos humanos lograremos auténticos cambios en el nuevo orden global. Estamos trabajando en ese sentido.
¿Qué es el Gertrude Ryan Law Observatory?
Determinada la necesidad de intensificar el intercambio entre Estados Unidos, Europa y otros países, de estudiantes, profesores, profesionales y otros individuos, nuestra Fundación, en colaboración con prestigiosos académicos de todo el mundo, bajo la coordinación de Rafael Domingo, catedrático de la Universidad de Navarra, decide crear el Gertrude Ryan Law Observatory. A través de él, buscamos extraer aquellos principios e instituciones que nos permitan armonizar solidariamente la tradición jurídica angloamericana con la de otros países, especialmente con la española. Es preciso proponer soluciones a los nuevos retos que surgen de la globalización, proceso irreversible que define nuestro tiempo y con el que debemos aprender a convivir. Creo que, con el esfuerzo de los investigadores del Observatorio, poco a poco vamos lográndolo. En todo caso, este es el camino adecuado.
