Francisco Conde Rivas es Socio Director de Garrido Abogados, firma a la que se incorporó en 1999 y donde ha desarrollado toda su vida profesional. Economista y Abogado de formación, es especialista en Derecho Fiscal y Societario. Asesora a todo tipo de grupos de sociedades y en toda clase de operaciones empresariales, siempre en la búsqueda de la eficiencia impositiva. Afirma que su crecimiento como profesional ha ido íntimamente unido al de su despacho, pues cuando “me incorporé los dos éramos muy jóvenes”.
Garrido Abogados ha intervenido en algunas de las operaciones más relevantes del mercado español, lo que les convierte en un caso de éxito. ¿Cómo definiría su identidad?
Nuestro despacho es una firma de la abogacía de los negocios con unas señas de identidad muy definidas: profesionalidad y alto nivel exigencia en la prestación del servicio, siempre con enfoque hacia el resultado; cercanía con el cliente, alto nivel de implicación y de compromiso, en particular por parte de los socios, que somos los primeros profesionales; búsqueda de profesionales del Derecho con orientación económica que facilite la comprensión de la realidad práctica e intereses de la empresa y del empresario; proactividad en el asesoramiento a los clientes con la identificación de sus nuevas necesidades y problemas y búsqueda de las soluciones para solventar los mismos; planificación empresarial a medio y largo plazo y, por último, formación permanente de los profesionales.
Estamos hablando de un despacho que nació especializado en Derecho Tributario y Fiscal, para convertirse después en una firma multidisciplinar. ¿Cuál ha sido la clave de esta evolución?
El Derecho Tributario está muy relacionado con otras disciplinas jurídicas y financieras, de modo que, para ser un especialista en Fiscal hay que tener conocimientos, entre otros, de Derecho Civil, Mercantil, Laboral o Análisis Financiero. Por tanto, no es de extrañar que profesionales del Derecho Tributario se introduzcan en otras disciplinas jurídicas. A lo largo del tiempo hemos ido detectando necesidades de nuestros clientes en otras áreas jurídicas diferentes al Derecho Tributario que no estaban suficientemente cubiertas, lo que nos ha empujado a abrir nuevos departamentos especializados, a fichar primeros espadas para liderarlos, a dotarlos de medios y a captar talento para potenciarlos con la intención brindar un asesoramiento integral de la máxima calidad. Por tanto, el paso de un despacho fiscalista a uno multidisciplinar es producto de una evolución natural y no de un hito puntual. Las conexiones entre las distintas disciplinas jurídicas posibilitan este proceso, que responde a las demandas de nuestros clientes y que denota nuestra apuesta por una mayor oferta de servicios profesionales comprometidos con el rigor y la excelencia.
El último cuarto de siglo ha exigido a los despachos una adaptación al contexto cambiante desconocida hasta entonces. ¿Considera que lo han logrado quienes han potenciado sus áreas y organización?
Nuestro despacho nació en la era de Internet, de modo que no ha habido grandes dificultades organizativas para adaptarse a la era digital en la prestación de nuestros servicios jurídicos, apostando siempre por la formación continua como respuesta a los nuevos avances tecnológicos. En cuanto a nuestra presencia digital, tradicionalmente hemos tenido poca o nula presencia en medios de difusión, campañas de marketing, directorios Internacionales y en redes sociales, siendo los profesionales los únicos "comerciales" de nuestro Despacho. Un buen servicio profesional redunda en un cliente satisfecho y en una referencia a otros potenciales clientes. El "boca a boca" ha sido nuestro gran baluarte comercial. En estos últimos tiempos sí hemos potenciado una mayor presencia online para llegar a las nuevas generaciones, con unas pautas de comportamiento diferentes, tanto para que requieran nuestros servicios como para contratar jóvenes profesionales. En cualquier caso, la evolución de los despachos pasa por favorecer las relaciones profesionales y comerciales de los abogados con los clientes atendiendo más al resultado del servicio que a la mera presencia física en una oficina, es decir, la era digital permite más flexibilidad horaria y física. Es ahí donde encontraremos la conciliación orientada al resultado, la focalización de la generación de valor y la mejor adaptación al actual y volátil entorno en el que vivimos.
¿Cuáles son los próximos retos que afronta Garrido Abogados?
El primer reto es que a todos nuestros departamentos de más reciente incorporación se les reconozca el nivel de excelencia que ha caracterizado siempre a nuestro departamento fiscal. En segundo lugar, de la misma manera que el mercado nos demandó una mayor diversidad de servicios jurídicos y los hemos ido ofreciendo, esperamos ir adaptándonos a las nuevas reglas de juego del Derecho en Europa. La Unión Europea origina que el Poder Legislativo y el Judicial, con influencia diaria y estratégica en la vida de nuestros clientes, no se circunscriban al de nuestro Estado y esta vía hay que tratar de explorarla como una oportunidad adicional para que se estimen nuestras pretensiones jurídicas. En tercer lugar, la globalización de las relaciones, contratos y actividades de nuestros clientes exige una mayor presencia internacional que estamos estudiando cómo abordar, de forma eficiente, desde nuestro despacho. Por último, y no por eso menos importante, tenemos el gran reto de atraer, retener y gestionar a la Generación Z, es decir, el desafío de las nuevas generaciones de letrados que demandan una mayor conciliación de la vida profesional y personal.
Si quieres disponer de toda la información y la opinión jurídica para estar al día, no pierdas de vista a Actualidad Jurídica Aranzadi 
