El Consejo General del Notariado ha firmado con Thomson Reuters Aranzadi un contrato para realizar la segunda edición de ‘Instituciones de Derecho Privado’ (Ed. Civitas). Se trata de una obra de referencia para el profesional del Derecho, donde notarios, jueces, abogados e incluso opositores podrán bucear en sus cerca de 20.000 páginas. Para profundizar en todo lo que gira en torno a esta colección hablamos con Víctor Manuel Garrido de Palma, Notario Honorario y Delegado del Servicio de publicaciones del Consejo del Notariado de España.
¿Por qué cree que es pertinente una nueva edición de esta obra? ¿Qué cambios destacaría usted como más relevantes y qué más han cambiado en la realidad jurídico-privada española en estos más de diez años?
El Derecho Privado evoluciona constantemente. Partiendo de que la dicotomía derecho privado / derecho público es relativa, la evolución del derecho privado es gradual, intermitente y progresiva.
Persona, Reales, Obligaciones y Contratos, Familia, Sucesiones y Mercantil. ‘Instituciones de Derecho Privado' (Ed. Civitas) conjuga doctrina y practicidad.
Vayamos punto por punto. La primera parte de la colección, Persona, trata del ser humano, la persona, y sus derechos individuales.
La segunda parte versa sobre la propiedad: de las propiedades y de los derechos reales en cosa ajena hay que hablar y profundizar en todas ellas. Incluyendo los usufructos especiales y los derechos de garantía tales como la hipoteca o la prenda.
En Obligaciones y contratos se incluye las figuras de contratos que han aparecido, las que se han consolidado, las que han ido adquiriendo propia entidad o las que cuya fisionomía está por perfilar. Y ello, deslindando la contratación civil de los contratos mercantiles.
En el derecho de la familia hay que delimitar a qué nos referimos al hablar de la familia: el matrimonio, las parejas de hecho, el divorcio, diversas situaciones de convivencia y las relaciones paterno filiales, la adopción, las instituciones de protección, la tutela, el acogimiento, la asistencia, la protección de las personas vulnerables, el régimen económico-matrimonial, las capitulaciones -con las proliferación de pactos entre los cónyuges y su proyección en la normalidad y en situación de crisis matrimonial-.
Y en las sucesiones mortis-causa, donde al lado del código civil, las regulaciones forales y autonómicas -al igual que en el derecho de familia- se han ampliado de tal forma, cuantitativa y cualitativamente, que profundizar en sus instituciones fundamentales exige juristas que conjuguen la preparación teórica y vivir la realidad para así ser capaces de aplicar las normas en la vida diaria.
‘Instituciones de Derecho Privado' (Civitas) se ha convertido en referencia para notarios, jueces y abogados. ¿Qué la distingue de otras que tratan también estas mismas materias?
Los cambios legislativos, la proliferación de regulaciones de las comunidades autónomas, la evolución de la jurisprudencia de las resoluciones de la Dirección General de los Registros y del Notariado… Todos estos cambios exigen de los notarios, juristas a pie de obra, una renovación constante y una continua puesta al día. Una obra, en la que los autores son notarios, ha de plasmar lo anterior con el sello indeleble de vivir la realidad cotidiana.
Además, creo que la obra se distingue también por haber logrado la armónica simbiosis de la teoría y puesta en práctica, fruto de la experiencia de los notarios. Así, se explica la magnífica aceptación de la primera edición ya que podías hallar la respuesta a los problemas reales que la aplicación del derecho privado produce.
¿Qué considera que supuso para el Notariado y para la profesión la primera edición de ‘Instituciones del Derecho Privado'? Usted, que estuvo inmerso como colaborador del tomo de Familia en la anterior edición, ¿cómo describiría la labor de su predecesor en la coordinación general de la obra?
Juan Francisco Delgado de Miguel (que en paz descanse) en el año 2000 asumió la tarea de impulsar la obra de manera extensa e intensa. Una labor difícil ya que había que seleccionar y realizar el adecuado tratamiento jurídico de las instituciones de derecho privado de mayor interés. El apoyo, la colaboración y el trabajo tenaz de muchos notarios lo hicieron posible hace catorce años, la primera edición. Todo ello, se precisa hoy para que gracias al esfuerzo de más de cien notarios las instituciones de derecho privado, segunda edición, vean ahora la luz.