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20/04/2024. 01:16:31

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NURIA PONS BOLEDA, ABOGADA EN EL DEPARTAMENTO DE INMOBILIARIO EN GARRIGUES

“Invierto muchas más horas en el trabajo que las que ocupaba estudiando la oposición”

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"Durante la preparación de la oposición no sólo se adquieren conocimientos jurídicos sólidos sino también habilidades organizativas y, sobre todo, una profunda conciencia personal sobre los propios límites y reacciones ante determinadas situaciones". "Me siento muy orgullosa de haber opositado y también de haber optado por la abogacía en un momento determinado".

Cada año miles de Licenciados y Graduados en Derecho deciden emprender el estudio de oposiciones con alto nivel de dificultad y de desgaste personal. Notario, Registrador, Cuerpo Diplomático, Juez o Fiscal, es una de las elecciones más difíciles que toman estos campeones de la fuerza de voluntad. Hay un porcentaje que se apea en algún punto del camino y se incorpora al mercado laboral, con alto nivel de éxito: hoy hemos hablado con Nuria Pons Boleda, quien tras un período estudiando Registros trabaja en el Departamento de Inmobiliario de Garrigues. Su valioso testimonio nos enseña una cara más de la abogacía.

Nuria Pons Boleda

¿Cuál es su mejor recuerdo de su época de opositora?

En general ha sido una experiencia muy positiva, de la que destacaría dos valiosos recuerdos. Por una parte, la satisfacción de superar obstáculos, y por la otra, toda la gente que he conocido durante esta andadura que me han aportado mucho personal y profesionalmente.

A pesar de la enorme competencia que supone la preparación de una oposición, abundan detalles de compañerismo entre los aspirantes, y la dureza del camino crea vínculos de solidaridad que muchas veces desembocan en verdaderas amistades.

¿Qué virtudes adquirió durante su época de opositora que son ahora para usted una ventaja en el mundo de la abogacía?

El rigor, el orden, la organización y sobre todo la gestión del tiempo. El opositor cuenta con un preparador que marca el ritmo pero básicamente es él mismo el que organiza su plan de estudio que le permita llegar con garantías al examen. En el ejercicio de la abogacía es imprescindible saber gestionar el tiempo que requiere cada tema para conseguir resultados óptimos en el plazo marcado, máxime cuando son muchos los clientes y muchos los temas con los que hay que lidiar a la vez.

Durante la preparación de la oposición no sólo se adquieren conocimientos jurídicos sólidos sino también habilidades organizativas y, sobre todo, una profunda conciencia personal sobre los propios límites y reacciones ante determinadas situaciones.

¿Qué hábitos, sin embargo, ha tenido que desterrar?

La oposición es muy individual. Es como un corredor de maratón, que compite junto a otra gente pero no colabora con ellos. La abogacía en un despacho grande implica un trabajo en equipo imprescindible: coordinación entre distintos departamentos y entre compañeros. Es una habilidad nueva que estoy aprendiendo y que produce un efecto muy gratificante. La suma de esfuerzos multiplica exponencialmente los resultados positivos.

Si volviese la vista atrás, ¿volvería a opositar?

Sin ninguna duda, incluso conociendo a posteriori el alcance de las renuncias personales y profesionales que implica esta opción, los obstáculos o la dureza, volvería a opositar.

Creo que debemos ser valientes para perseguir nuestros sueños por costosos y dolorosos que sean. Pero también debemos ser maduros y no temer a cambiar el rumbo de nuestros objetivos cuando nuestra conciencia nos lo aconseje. Me siento muy orgullosa de haber opositado y también de haber optado por la abogacía en un momento determinado. Ambas decisiones fueron difíciles en su momento y la vida juzgará si también serán acertadas, pero repetiría en cualquier caso.

Llamó a una puerta (registros) y se le abrió otra (Garrigues). ¿Qué enseñanza saca a esta experiencia?

Garrigues me ha brindado la oportunidad de poner en práctica todos los conocimientos teóricos que he aprendido durante la preparación de la oposición. Es un despacho que cuenta con otros exopositores, especialmente en el departamento de Inmobiliario, que es donde presto mis servicios.

Me siento muy afortunada de formar parte de esta firma y muy contenta por haber optado por el ejercicio de la abogacía en un despacho grande, donde hay posibilidades de continuar con mi formación y de tratar asuntos muy  complejos e interesantes jurídicamente.

He aprendido que hay que entregarse a fondo en cada uno de los proyectos que emprendemos, pero no cerrarse nunca a las oportunidades colaterales que puedan surgir.

Acaba de entrar en vigor la Ley de Acceso a la Abogacía, que hace invertir un tiempo extra, más un examen, para acceder a la profesión. Usted, como joven abogada, ¿qué les diría a los que saldrán este año de las facultades y les pilla ese toro?

Creo que era necesario dotar a la Licenciatura o Grado en Derecho de este componente práctico, para homogeneizar nuestros estudios con los de otros países europeos. Yo les diría a las personas que finalicen este año su carrera y no puedan empezar a trabajar de forma inmediata que se lo tomen como una oportunidad para conocer todas las salidas profesionales y especializarse. Sé que Garrigues, entre otros despachos, está estudiando vías de colaborar con los masters que exige la Ley y así implicarse en la formación práctica de los recién licenciados.

Imaginemos que alguien le pide consejo entre dedicarse a la abogacía u opositar. ¿A qué lado querría usted que ese alguien se decantase?

Nadie puede aconsejar esta decisión, ha de ser totalmente íntima e individual. Una persona que finaliza sus estudios de Derecho debe ser madura para tomarla por sí sola. Yo podría hablar de las ventajas e inconvenientes de cada uno de los caminos pero sin duda ambos tienen muchos escollos que sortear y sólo la fuerza y convencimiento internos de estar haciendo lo adecuado y lo que realmente se desea dan fuerza para superarlos.

En cualquier caso la decisión no es irrevocable ya que en ambos casos se adquieren conocimientos y experiencias válidas que aportan madurez y mayor perspectiva para tomar una distinta opción. Es frecuente encontrar brillantes opositores que previamente han desarrollado una carrera profesional como abogados y que tras un tiempo de experiencia han decidido preparar una oposición.

Igualmente, también somos muchos los que tras opositar, hemos optado por la abogacía. No hay que temer a la oposición, nunca es un tiempo perdido. Incluso si no se accede al puesto deseado, los beneficios superan con creces a los inconvenientes.

En el programa electoral del PP figura el cambio del sistema de acceso a la judicatura, limitando la prueba memorística. ¿Qué opina de esto?

Ciertamente en las oposiciones de alto nivel se premia más la memoria que el conocimiento práctico, especialmente en las oposiciones a Judicaturas que carecen de examen práctico ya que dicha formación se imparte en la Escuela Judicial o de Fiscales.

En las oposiciones a Registros y Notarías, la exigencia de dos exámenes teóricos y dos exámenes prácticos hace que la formación global sea mucho más sólida y eficaz. Sin embargo, es cierto que se da una importancia desmesurada al conocimiento literal del derecho positivo que no implica necesariamente una selección de los mejores candidatos.

Cualquier reforma en este sentido me parece interesante si se articula de modo que no baje el rigor de la selección y ayude a determinar que las personas que aprueban cada oposición tengan la mejor y más adecuada preparación para el ejercicio de profesiones de tanta responsabilidad jurídica y social.

Últimamente ha salido un estudio cuyas conclusiones dicen que las jornadas laborales españoles, muy extensas y con horario de mañana y tarde, no ayudan a la productividad. Siendo que la abogacía es un sector que tradicionalmente tiene horarios larguísimos, ¿qué sensación tiene usted?

En mi caso particular, invierto muchas más horas en el trabajo que las que ocupaba estudiando la oposición. Los horarios no son racionales y obligan a hacer malabarismos para conciliar la vida familiar. Existe un componente cultural propio de nuestro país que costará cambiar, aunque deberíamos intentar acercarnos al modelo nórdico. Pero también es cierto que la enorme carga de trabajo que afortunadamente tenemos implica que necesitemos invertir muchas horas en nuestro trabajo. Como he comentado, el hecho de estar convencida y contenta con mi trabajo ayuda a superar estos inconvenientes y todos los que se puedan presentar.

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