‘Había una vez, al principio de la temporada de caza, un joven conejo que corría frenéticamente. Un conejo más viejo que pasaba por allí se dio cuenta del comportamiento del joven y se detuvo para preguntarle qué le pasaba. El conejo joven se sorprendió y, resoplando, dijo: “¿Pero no sabe que la temporada de caza acaba de empezar?” Mirándolo, fijamente, el conejo viejo replicó poco a poco: ‘Joven compañero, yo tengo la solución. Transfórmate en un árbol. Los cazadores pasarán de largo y no te dispararán’. ‘Excelente idea’ replicó el conejo joven. ‘¿Por qué no lo había pensado antes? ¡Los cazadores pasarán de largo sin verme! Muchas gracias’. El conejo viejo continuó su camino en la carretera, cuando el joven, asaltado por una duda, nervioso, lo llamó: ‘Pero…¿qué tengo que hacer para convertirme en un árbol? ¿Cómo lo hago?’ El conejo viejo se detuvo y replicó secamente por encima del hombro: ‘Joven compañero, te he dado una gran idea… sé agradecido y no me molestes’.
Este es el relato que José Vasconcellos, abogado, escritor y educador mexicano, contaba para hablar de la dificultad de la implantación de la estrategia en una compañía.
Dicen que el cerebro humano tiene capacidad para tener unas 70.000 ideas cada día. La reflexión que nos hacemos es: ¿Tendremos una idea extraordinaria hoy? ¿Sabremos ejecutarla de forma excelente?
El diseño de una estrategia de éxito para un despacho y su implementación es una de las máximas preocupaciones cuando hablamos de marketing jurídico y, concretamente, de marketing estratégico. Es cierto que cada despacho tiene sus circunstancias particulares, pero en estos casos, la estructura sí juega un papel importante. Si la estructura es mayor, la implementación es más compleja porque debe haber una sincronización perfecta, de cada uno de los profesionales. Hay que interiorizar una filofofía de trabajo, y para que esa idea esté madura conlleva cierto tiempo.
Pero…¿Qué sucede cuando los socios de un despacho o sus profesionales de marketing diseñan una estrategia excelente pero no saben implantarla correctamente? La respuesta es que se acaba teniendo la percepción que la estrategia era inadecuada.
Por el contrario, ¿qué sucede cuando formulamos una estrategia adecuada y la implementamos a la perfección, implicando a todos los profesionales y de forma coordinada? La respuesta es que se consiguen los resultados de crecimiento, de reputación u otros objetivos corporativos fijados previamente. Además con la ventaja que es un éxito más perdurable y duradero que otras medidas cortoplacistas.
¿Cuáles son las claves para tener éxito en la implantación de una estrategia en un despacho de abogados?
- Valores subyacentes compartidos entre los profesionales del despacho.
- Tener la estrategia y los objetivos definidos a corto, medio y largo plazo.
- Sea más o menos piramidal… pero, adaptar la estrategia a la estructura que tengamos.
- Estar dotados de sistemas tecnológicos adecuados.
- Los despachos de abogados son ricos en capital humano: socios, asociados, auxiliares u otros colaboradores. Por lo tanto los profesionales forman la parte más importante para una perfecta ejecución.
- Crear, creer y mantener un estilo definido de despacho.
- Tener en cuenta nuestras habilidades: puntos débiles y puntos fuertes.
Peter Drucker dijo en una ocasión ‘La innovación y el marketing producen resultados. Todo lo demás son costes'. Hay que adicionar una pormenor: Hay que ser siempre estrictos y rigurosos en la ejecución de la estrategia. Al fin y al cabo será la clave que marcará el éxito de nuestro bufete.
