Nadie mejor que el propio jurista conoce la necesidad de rellenar ese vacío que deja la ausencia de conocimientos contables y financieros. Por ello, cuando me fue propuesto participar en ARANZADI LEGAL MBA y hacerme cargo del capítulo 5. Finanzas de los despachos profesionales, me ilusioné incluso antes de contestar. Era una especie de asignatura pendiente para mí. Me explico: cuando finalicé los estudios de Derecho, la contabilidad era algo totalmente ajeno. Pero en el desarrollo de la actividad profesional, en el contacto con las actividades profesionales jurídicas en sus distintas vertientes, he podido comprobar la dramática e incomprensible incongruencia que supone el hecho de que el jurista frecuentemente vea la citada materia como algo extraño.
En el pasado tuve la oportunidad de escribir un libro de contabilidad que fue prologado por el Catedrático de Derecho Financiero y Tributario Clemente Checa González. Del citado prólogo tomo prestadas las siguientes palabras, que comparto plenamente:
“El no introducir la contabilidad entre las materias a estudiar es un ejemplo más de que la nueva planificación de asignaturas en las Facultades de Derecho no ha cumplido el objetivo que pretendía alcanzar, objetivo sin duda loable, pero muy mal configurado, y deficientemente materializado…
Existe un tema que desde hace tiempo viene demandando atención por los profesionales dedicados a la asesoría en materia financiera y tributaria: la necesidad de que los juristas conozcan en profundidad la normativa contable, y la forma de aplicarse ésta, habida cuenta de las cada vez más estrechas interconexiones existentes entre la contabilidad y la fiscalidad…
Tarea ésta en la que, por desgracia, los juristas españoles, con las excepciones de rigor, no están suficientemente preparados, ya que nunca se han ocupado, y en las Facultades tampoco ha sido usual ocuparse en la carrera de Derecho de los temas contables, tan necesarios para enfrentarse con éxito a sus futuros retos en el mundo de la práctica diaria, en la que en muchas ocasiones tendrán que utilizar conocimientos contables, aunque se muevan teóricamente en un marco puramente jurídico”.
En el prólogo a otro libro, Wenceslao Olea Godoy, Magistrado de la Sala Tercera del Tribunal Supremo, escribe que “la premura que las relaciones sociales tienen en la actualidad exige que el examen de la norma no se limite a su faceta estrictamente jurídica, sino que también ha de comprender, en no pocos supuestos, la faceta económica que la norma comporta, porque si alguna vez esa segregación fue admisible, no lo permite esa realidad vertiginosa en que se suceden hoy las relaciones de todo tipo.”
No cabe duda de que vivimos en la sociedad de la información, donde la información económica ha adquirido una relevancia especial, incluso se llega a confundir el desarrollo económico con el desarrollo social. Y dentro de la información económica predomina la información contable. La presencia de la Contabilidad en las Ciencias jurídicas ha adquirido una gran significación conforme a la evolución que ha seguido el mundo de los negocios. Escándalos en grandes empresas, detección de tramas delictivas, situación financiera de los bancos, delitos económicos realizados por personas relevantes… Le invito a que vea la prensa de cualquier día y, con toda seguridad, encontrará ejemplos.
Incluso he encontrado, casualmente, un ejemplo de humor gráfico de Forges, en que un niño le dice a su padre: “El mes que viene inauguran una muestra titulada Grandes Cracks Financieros, papi… con un poco de suerte sale tu empresa… que tenéis más pasivo que la delantera del Madrid”.
En efecto, en el pasado existía una clara delimitación entre lo jurídico y lo económico. O se era de “ciencias”, o se era de “letras”. Cada día que pasa está más claro que son disciplinas que se complementan, que una necesita de la otra, motivo por el cual son tantos los alumnos que cursan estudios para obtener titulaciones mixtas. Además, una de las líneas de trabajo más fuertes que puede tener un despacho que presta servicios jurídicos es la contable-fiscal.
Como hemos comentado, no hay duda de que constituirá un importante valor añadido al servicio profesional ofrecido. Pero no olvidemos la segunda gran finalidad de poseer conocimientos contables y financieros: van a permitir la correcta llevanza de un negocio tan específico como es un despacho de abogados. Va a contribuir de una manera definitiva a la profesionalización de este tipo de negocios.
Para cumplir con el reto apasionante planteado en el capitulo 5 del ARANZADI LEGAL MBA, y siempre desde la perspectiva de los despachos de abogados, nos proponemos conocer:
1º. Qué es la contabilidad, las clases de contabilidad, para qué sirve, cómo contabilizar los hechos económicos habituales, y conocer los conceptos fundamentales que se incluyen en las cuentas anuales de una empresa.
2º. Cuáles son las implicaciones más importantes de los principales impuestos en la actividad de los citados despachos.
3º. Sólo una vez cumplido cumplido el objetivo propuesto en el punto 1º, podremos profundizar en el llamado diagnóstico financiero o análisis de estados financieros. Conocemos que la finalidad principal de la contabilidad, a través de sus cuentas anuales, es proporcionar la información necesaria para la toma de decisiones. Lógicamente, para que las cuentas anuales nos suministren la información que necesitamos, será necesario saber leerlas, analizarlas, interpretarlas. Sólo así podremos tomar las decisiones adecuadas, orientadas a lograr los objetivos del despacho. Será la única vía para conocer si vamos a poder atender el pago de las deudas que vencen en el corto plazo, la relación entre los recursos de la empresa y los compromisos totales asumidos por ella, cuál es la rentabilidad de la empresa en relación a los activos invertidos, cuál es el beneficio generado en relación al capital invertido por los accionistas, si podrá generar los fondos necesarios para pagar las deudas conforme van venciendo…
Para cumplir tal finalidad, el capítulo 5 del ARANZADI LEGAL MBA pone a su disposición 30 vídeos, en los que son frecuentes los gráficos explicativos, destacando la tutorización del curso en todo momento. Y todo ello, con la inestimable garantía de ser creado y coordinado por ARANZADI.