Una vida dedicada a los clientes

El equilibrio profesional

¿Una vida dedicada solo a los clientes? Además de dedicar la vida profesional a ayudar a los clientes, pensemos si merece la pena dedicarla también a "ayudarnos a nosotros mismos", es decir, a intentar conseguir o consolidar el tipo de despacho que queremos, mediante un plan de acción calculado, claramente definido. Sin duda, lo merece o, más bien, nos lo merecemos.

La mayoría de profesionales pensamos que el "boca a oreja" es lo esencial para promocionar nuestro despacho y no nos damos cuenta de que el "boca a oreja" no es una estrategia. Implica dejar nuestro futuro en manos de la buena voluntad de los clientes y que estos nos aporten, o no, un tipo de clientes que tal vez no nos interesa.

Centrarnos solo en ayudar a los clientes es uno de los principales motivos por los que las carreras profesionales se estancan. Se trata de despachos centrados en tareas, en el día a día, pero no en hacer realidad un proyecto ilusionante, para conseguir que el despacho se convierta en una referencia a escala local, nacional o internacional, con independencia de su tamaño o ubicación geográfica.

Que la mayoría de despachos carezcan de estrategia de mercado, de un plan de acción calculado y de una política comunicativa para dar a conocer y que se perciban sus virtudes, no es motivo para hacer lo que todos hacen.

Hacer lo que todos hacen responde a un gran motivo del que no se suele hablar: el deseo domina nuestras mentes y nos "dice" que permanezcamos en nuestra zona de comodidad, haciendo lo que siempre hemos hecho. Es un autoengaño en el que se instalan muchos profesionales, aunque a menudo se lamenten por sus circunstancias.

Parece más oportuno tomar las riendas de la carrera profesional, llevar la iniciativa y construir un proyecto de despacho para, en definitiva, vivir la vida profesional que se quiera vivir.

Todo se reduce a una palabra: voluntad.