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27/04/2024. 04:45:25

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Año nuevo, vida nueva

Coach ejecutivo y socio de Activa-t

A lo largo de nuestra vida, y en innumerables ocasiones, nos hemos propuesto emprender cambios en nuestra forma de actuar al darnos cuenta que nuestro comportamiento nos aleja del destino que deseamos. Estas intenciones de cambio son muy frecuentes en los primeros días del año por la sensación que tenemos de cerrar una etapa e iniciar una nueva, de empezar un nuevo curso escolar, de disponer de una nueva oportunidad para desempolvar las ilusiones desterradas como consecuencia de la vorágine diaria. Por nuestra mente circulan multitud de propósitos y buenas intenciones que deseamos poner en práctica, y que sabemos mejorarán nuestra vida y nos harán sentir mejor con nosotros mismos.

Reloj marcando las doce con confeti por encima

"A partir de mañana no fumo más" piensan y comentan aquellos que llevan tiempo queriendo vencer un hábito que saben no les hace ningún bien. "Mañana empiezo la dieta" comentan otros preocupados por esos kilos de más que no consiguen quitarse de en medio y que empiezan a ser una seria amenaza para la salud. "Este año voy a ser más constante con el deporte" comentan aquellos cansados de pagar un gimnasio al que raramente acuden. La lista de ejemplos es tan infinita como la cantidad de veces que estas intenciones se ven frustradas. La energía y pasión que acompaña a estas buenas intenciones tras el brindis, parecen disiparse una vez el nuevo año empieza a rodar y nos damos cuenta que nada ha cambiado. ¿A qué se debe esta situación? ¿Qué se interpone entre nuestro deseo y nuestra acción?

Luís, abogado de profesión y socio de un bufete, terminó su primera sesión de coaching con gran entusiasmo y energía. Parecía haber encontrado la llave que abría todas las puertas detrás de las que se escondían las respuestas a todas sus cuestiones.  Tenía claro lo que quería hacer y estaba dispuesto a emprender el camino para ello. La explosión de júbilo que sentía era comparable a la experimentada tras las uvas y el brindis de final de año:

"Esta sesión me a abierto los ojos. Ver la situación desde otra perspectiva me ha ayudado a darme cuenta del impacto de mi modelo de liderazgo, y de cómo mis acciones afectan a los demás y al ambiente de trabajo"

…y tras pensar un instante continuó

"esta situación me recuerda la película cuentos de navidad y como el cambio de actitud del señor Scrooge influyó sobre su vida y la de los que le rodeaban… todo está en mi mano. Lo que obtengo es una consecuencia de lo que doy"

Con esa pasión, energía y optimismo se dispuso a cambiar su forma de actuar… sin embargo, a los pocos días, y frustrado por los resultados claudicó

"yo soy así y eso no lo puedo cambiar. Me ponen nervioso determinados comportamientos y ni la imagen de la película ni nada puede cambiarlo"

Argumentaba con gran pesar y desilusión…

"Aunque no me guste, debo aprender a convivir con esta situación. No hay otra solución. Las personas somos como somos y nada ni nadie las va poder cambiar… son muchos años y me resulta muy complicado liberarme de la carga emocional que llevo sobre mis espaldas"

Su reflexión vino seguida de una contundente argumentación que sustentaba con firmeza sus creencias sobre la imposibilidad de cambiar lo que ya está en marcha

"Me gustaría cambiar, pero el mundo es complejo  El día a día nos empuja a tomar determinadas decisiones necesarias para que el negocio funcione. Porque si no las tomo yo… ¿Quién las va a tomar? En el trabajo cada uno va a la suya, siempre con muchas exigencias y con pocas obligaciones. Me gustaría actuar de otra manera, pero si no actúo como lo hago, nada saldrá y el despacho se convertirá en un puesto de feria"

Parece que el efecto de las burbujas duró lo que un chupa chups en la puerta de un colegio. Al igual que las buenas intenciones de año nuevo, la ilusión de Luís se fue disipando a medida que se adentraba en la realidad de su día a día. ¿Significa esto que no tenemos escapatoria, qué nuestro día a día siempre va a ser más poderoso que nuestra propia voluntad? ¿Qué sucedió a Luís, pensáis que tiró la toalla tras el primer encontronazo que su ilusión tuvo con la realidad?

Tras constatar consigo mismo que su sueño permanecía intacto, Luís se percató de la necesidad de sentir que avanzaba. Sabía que aunque el camino no iba a ser coser y cantar, necesitaba estímulos y arengas que le dieran la fuerza necesaria para seguir luchando. Necesitaba sentir que lo sacrificios que hacía tenían su recompensa…

"obtener pequeños triunfos alimentarán mi autoestima y me animarán a seguir luchando"

Concluyó tras una profunda reflexión sobre lo que quería y lo que necesitaba para seguir luchando.

"me doy cuenta de lo importante que es saber lo que quiero, pues me ayuda a discernir el bien del mal"

Y tras un momento de reflexión continuó

"Lo que no tengo tan claro son los pequeños pasos que tengo que dar para empezar a subir la escalera que me lleve a mi sueño. Cómo gestione los eventos diarios es la clave para empezar a sentir que avanzo".

Tras esta frase su pensamiento pareció pararse en seco. Su expresión facial empezó a cambiar y una sonrisa pareció invadir su rostro… y tras unos instantes continuó

"claro, ya lo tengo"

Expresó con gran energía y vigorosidad…

"necesito resultados que me muestren que avanzo, que voy por el buen camino, resultados que me alienten y me animen a seguir luchando, a sentir que salgo de las ataduras de mis creencias"

y tras un momento de pausa continuó

"es como los atletas… se marcan un objetivo y tienen sus tiempos y marcas como referencia para evaluar el progreso de sus acciones… ¿Qué sucedería si trabajaran sin esas referencias? Posiblemente que desistirían al caer en el desánimo que provoca no conocer el efecto que sus acciones tienen sobre el resultado final"

Parecía que las reflexiones de Luís empezaban a encontrar la luz al final del túnel. Y aunque parecía haber encontrado una vía de trabajo, su reflexión parecía no dar respuesta a la gran pregunta ¿Qué es lo que hace al atleta vencer el miedo a probar cosas nuevas para mejorar sus resultados?

La pregunta pareció paralizar inicialmente a Luís. Parecía enfadado, pues el castillo de naipes que estaba construyendo corría el riesgo de desmoronarse. Su expresión cambió mostrando la mezcla de rabia e impotencia que circulaba en su interior. Pero como se suele decir, tras la tempestad viene la calma. Así pues, una vez aplacó su desaire, pareció como si unos rayos de luz empezaran a hacerse hueco entre las espesas nubes…

"¡¡claro!!… Lo que los atletas tienen es un espacio de entrenamiento. Un lugar donde probar nuevas técnicas sin miedo a ser juzgados… y seguro que no cambian su forma de competir radicalmente, sino que van incorporando pequeños cambios más fáciles de interiorizar que una gran revolución… y seguro que son los buenos resultados lo que los anima aseguir trabajando por conseguir la marca que les permita acceder al lugar reservado para los elegidos"

Curiosamente, la analogía deportiva ayudó a Luís a identificar los puntos sobre los que empezar a trabajar por su sueño. Se dio cuenta que no sólo  necesitaba clarificar lo que deseaba sino que también debía ser capaz de advertir cómo sus acciones le acercaban o le alejaban de su destino… necesitaba del feedback que le proporcionaba la reflexión. También advirtió que para poner en marcha determinadas acciones necesita probarlas antes en entornos más seguros donde no sintiera la presión del juicio y los resultados. Tenía que identificar su lugar de entrenamiento… amigos, familia… Y por último, advirtió que necesitaba resultados, pequeños avances que alimentaran su autoestima y le empujaran a seguir creciendo… organizar una reunión de equipo al mes, proponer una cerveza el último viernes de mes, retomar las partidas de tenis con un compañero serían acciones que no le costaría mucho esfuerzo poner en práctica y que seguro contribuirían a mejorar un ambiente de trabajo que empezaba a amargar. Con su reflexión Luís se dio cuenta de lo que estaba en su mano y como empezar por lo fácil no sólo generaba resultados sino que alimentaba las fuerzas que necesitaba para seguir avanzando… Y tu ¿pordonde vas a empezar a construir

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