La custodia de los hijos menores puede ser retirada a uno de sus padres en el momento en el que se viven situaciones peligrosas para el menor.
Si hay razones fehacientes de que existe cualquier tipo de violencia, ya sea física, psicológica o emocional, que interfiere en el adecuado desarrollo del menor y atenta contra su integridad.
En esos casos, la retirada de custodia es necesaria.
Otra razón que da pie a esta decisión es tener constancia de hábitos tóxicos, ya sea del padre o la madre, que dan lugar a un entorno complicado que dificulta la vida del menor.
¿Cuándo se puede retirar la custodia de un menor?
Como norma general, y siempre se intenta que sea así, tras una separación no se quiere que ninguno de los padres pierda contacto con el menor.
Por ello, se establece la convivencia habitual con uno de ellos, que será el progenitor custodio, y se decide un régimen de visitas con el otro.
Estas condiciones se pueden determinar de mutuo acuerdo, lo más beneficioso para el menor, o en casos en los que la relación tras la ruptura es difícil, en los juzgados.
Cabe destacar que son condiciones que se deben cumplir en cualquier caso, y, el no hacerlo, o hacerlo de la manera diferente a como se especifica en el acuerdo de divorcio, es delito.
Son varios los motivos por los que el padre, o la madre, puede perder la custodia que se determine en el divorcio.
¿Cómo se puede retirar la custodia a uno de los padres?
Retirar la custodia al padre o la madre de un menor no es algo sencillo.
No es una sentencia a la que se llegue fácilmente, antes se tiene que tener la certeza de qué es lo mejor para el menor.
El cónyuge que lo solicita debe contar argumentos sólidos en los que apoyarse, no basta con comentarios, rumores o sospechas, en ninguno de esos casos, la demanda sale adelante.
Debe reunir todas las pruebas que pueda conseguir y que confirmen lo que dice, que consigan que dejen de ser una suposición y que, tras estudiarlas, se concluya que se trata de hechos ciertos.
En todo momento, lo que diga debe documentarse, si es necesario, con la declaración de testigos que den veracidad a lo que asegura.
Hay que tener en cuenta que los hijos muchas veces se utilizan para hacer daño a la otra parte cuando la separación es complicada, y nos encontramos casos de falsas acusaciones solo para evitar que la otra parte consiga lo que quiere.
Una vez que se tienen todas las pruebas posibles, cuantas más mejor, Servicios Sociales se encarga de estudiarlas y evaluarlas, presentando, por último, toda la información al juez.
Es por eso que la retirada de custodia no es sencilla, debe ser probada, y justificar razones sólidas para hacerlo.
Motivos para retirar la custodia
Hay varios, y todos tienen en común que perjudican el bienestar del menor y su desarrollo vital, lo importante es que es el juez quien debe valorar si es así y llegar a la decisión.
Desatención continuada del menor
Cuidados esenciales como la alimentación, la educación, la higiene, la atención médica, física y mental, o vestimenta son obligatorios por la parte que tiene la custodia.
Se trata de asegurar que el menor cuenta con todo eso y que se asegure que cualquier otra necesidad está cubierta.
La parte que solicita la custodia debe ser consciente de esto y de que no puede dejar de hacerlo nunca.
Una desatención continuada de esas necesidades, de manera que afecte a su vida, es motivo suficiente para retirar la custodia
Cuando hablamos de abuso, no nos referimos solamente al abuso físico, sino a agresiones que pueden generar un dolor, tanto físico como emocional, a los pequeños.
El abuso psicológico en los hijos, también, es razón suficiente para evitar en los juzgados que esa convivencia continúe.
Manipulaciones contra el otro progenitor
Es un caso que, desgraciadamente, nos hemos acostumbrado a leer o escuchar en los medios de comunicación.
Es una manera de actuar terrible que juega con la estabilidad mental, y emocional, del menor en etapas de su vida en las que se está formando, y debe contar con el apoyo de quien le quiere.
Manipular a una persona tan vulnerable como un menor de edad, por hacerle creer cosas que no son ciertas, solo por hacer daño, no es fácil de aprobar, pero en caso de conseguir pruebas suficientes, es un motivo de sobra para que el juez decida la retirada de la justicia a quien se está comportando así.
Desorden en su vida
El progenitor custodio debe garantizar que sus hijos cuentan con unas rutinas y un orden en su vida que aseguren su bienestar y su crecimiento, tanto físico como mental.
Las rutinas escolares, las vacaciones, el tiempo que pasa con la otra parte de la pareja, es esencial que se realicen con un orden y de manera habitual y controlada.
El cambio de domicilio de manera frecuente, o su ausencia en caso de que no le acompañe, afecta a su equilibrio emocional y sus relaciones, al serle muy difícil tener una vida social adecuada a su edad.
Adicciones y costumbres insanas
Cuando el padre custodio cae en una dinámica de malas costumbres y adicciones, sin duda, afecta la convivencia con el resto de integrantes de la familia.
Hay casos extremos en los que son ambos progenitores quienes han caído en estas adicciones, y es cuando cabe la posibilidad de serles retirada la patria potestad, y todo control sobre los menores.
Ingreso en prisión de la parte custodia
Es un caso extremo y, por suerte, menos frecuente, pero que también nos hemos encontrado en nuestro bufete.
Es motivo suficiente para perder la custodia de los menores a su cargo, pero no lo es de dejar de cumplir con sus responsabilidades en cuanto al pago de la pensión de alimentos que corresponda.
En el caso de retirada de custodia y la posibilidad de una recuperación posterior, es la justicia quien tiene la última palabra, y hace uso de ella una vez que se le presentan todas las pruebas de la situación que vive el menor.