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Insultos a políticos 2.0

Jacobo Dopico Gómez-Aller

Catedrático de Derecho Penal de la Universidad Carlos III (Madrid) y Codirector del Posgrado en Compliance UC3M.

Insultos a políticos 2.0

¿Cómo abordar el primer post del curso, en pleno síndrome postvacacional? Quizá sea bueno tomarnos una pequeña licencia y empezar con algo ligero: insultos entre políticos. ¿A quién le amarga un dulce?  

Desde hace unos meses nos encontramos con no pocos casos de concejales que denuncian a otros compañeros ediles por supuestas injurias con publicidad vertidas en sus blogs. Lo más interesante es que se trata de casos en los que la injuria no ha sido escrita por el concejal en su blog, sino por alguno de los visitantes que hacen comentarios en él.

Así, en la jurisdicción penal podemos encontrar la SAP Barcelona -Sec. 8ª- de 1-12-2008 (Caso "Bloc de la Neus"), y en la jurisdicción civil, la 10 de Febrero de 2009, del Juzgado de Primera Instancia Número 9 de las Palmas de Gran Canaria (Caso "Blog de Victoria Casas"). Recientemente, una concejal de Pozuelo de Alarcón ha presentado una querella por injurias contra los titulares del blog de la agrupación local e otro partido político (Caso "Blog Psoepozuelo").

En los dos primeros casos las sentencias afirman que el titular del blog es responsable por los contenidos que publica en él, ya que se trata de comentarios anónimos a los que el blogger da publicidad. Al tratarse de textos sin firma, el titular del blog no puede darles publicidad como textos ajenos, desvinculado de ellos, sino que responde por esa publicidad. En sentido penal, es garante de que ese blog no sea instrumentalizado para atentar contra el honor de nadie. Dicho en otros términos: sólo es compatible disfrutar de la libertad de expresión y comunicación que supone la web 2.0 si se hace de modo que ese disfrute no se haga a costa de otros.

Por supuesto, esto no significa que el blogger sea responsable de la conducta de otros. De lo que puede responder es de seguir dando publicidad a sabiendas a las injurias que otros introducen en su blog. Por ello, sólo cabe imputarle responsabilidad en la medida en que quepa probar que, tras conocer que se han vertido las injurias, consciente y voluntariamente ha seguido publicándolas (por ejemplo, si se prueba que pese a las peticiones del injuriado, han optado por no borrar los comentarios injuriosos). Así, la SAP Lugo (Sec. 1ª) de 9-7-2009 (Caso "mindoniense.com") absolvió a los titulares del blog porque "fueron inmediatamente localizados los administradores en la dirección de correo electrónico, retirando de forma inmediata los dos mensajes, tras la comunicación efectuada por la Guardia Civil".

En este sentido, es recomendable que los titulares de bitácoras, blogs o páginas similares introduzcan disclaimers o avisos disuasorios, comunicando públicamente:

a) a los posibles injuriadores, que los comentarios injuriosos serán borrados y que si el injuriado o las autoridades lo solicitan, se les proporcionarán los datos electrónicos que permitan identificar a los injuriadores; y

b) a los posibles injuriados, que pueden solicitar el borrado de mensajes injuriosos en una concreta cuenta de e-mail.

Los blogs nos obligan a repensar gran parte de las reglas de responsabilidad que antes dábamos por supuestas. Así, quien alberga en su bitácora un contenido, está publicándolo constantemente día tras día. Cuando un texto anónimo injurioso se publicaba en un clásico periódico en papel, esa injuria "moría" en la hemeroteca y sólo perduraba en la memoria de los lectores. Sin embargo, un blog, como medio de comunicación vivo, perpetúa día a día la injuria publicada.

Ocurre, no obstante, que tampoco los periódicos actuales son como los diarios de antaño. Las hemerotecas virtuales actúan como los blogs, y si el diario ha publicado una noticia, la hemeroteca virtual la sigue publicando día a día. La pregunta que surge, pues, es: ¿se puede exigir a un diario que ha publicado una injuria que deje de publicarla en su hemeroteca virtual… o con eso nos aproximamos a la reescritura de la historia que predicaba el Gran Hermano orwelliano?

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