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18/04/2024. 20:47:01

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El desencanto español empuja a abstención y fragmentación en comicios europeos

Reuters

MADRID (Reuters) – España afronta las elecciones europeas en medio de un gran desencanto que podría deprimir la participación hasta mínimos históricos, una situación que los dos grandes partidos no parecen interesados en combatir con contundencia ante el avance de formaciones minoritarias.

Una seguidora del partido demócrata cristiano CDU en Alemania sostiene una bandera de la UE en un mitin de Angela Merkel en Berlín el pasado 14 de mayo

El próximo 25 de mayo los colegios electorales abrirán sus puertas a los españoles, pero en la mente de muchos potenciales votantes aparecerá el supuesto de la abstención ante la dura realidad económica y social: casi seis millones de parados, recortes multimillonarios en Sanidad y Educación, múltiples casos de corrupción política y la erosión paulatina de la amplia clase media del país."La abstención ha dejado de ser vergonzante y ahora se plantea como una actitud crítica", dijo José Pablo Ferrandiz, sociólogo y vicepresidente de Metroscopia.Según el barómetro de abril del CIS, uno de cada cuatro ciudadanos llamados a votar sitúa a los políticos y la política como el principal problema de España, y un 36 por ciento de la población cree que la corrupción es el primer problema del país, únicamente por debajo del paro.Metroscopia espera para estas europeas una previsión de participación del 40 por ciento, el porcentaje más bajo de la historia, frente al 47 por ciento registrado en 2009, cuando el rescate bancario a España, con su posterior coste social, aún no había tenido lugar.

Ante este panorama, los sociólogos señalan que una elevada abstención en las elecciones del domingo podría amortiguar el impacto que sobre los dos grandes partidos tenga la previsible fuga de votos.

En este sentido, llamó la atención de los expertos la anulación de la campaña institucional europea para reclamar el voto en las próximas elecciones europeas por parte de la Junta Electoral Central, alegando el derecho del votante a abstenerse.

"Es difícil saber hasta qué punto les importa la participación. No es algo superfluo, es una de las raíces del problema", dijo Antonio García Tojar, doctor en Sociología y profesor en la Universidad Complutense de Madrid. "En la gente que trabaja en las campañas de PSOE y PP se percibe una mentalidad de pasar el trago como sea"."Parece que no interesa que la gente vaya a votar". Según Ferrandiz, con campañas pro-voto realizadas en ocasiones anteriores se disparaba la voluntad de acudir a las urnas.   

FRAGMENTACIÓN SIN EUROESCEPTICISMO

Uno de los fenómenos más notables que predicen los sondeos es una importante fragmentación del Parlamento Europeo en el que partidos de menor tamaño mermarán la representación de los grandes.

En el caso de España, según el CIS, Izquierda Unida y UPyD duplicarían con creces su presencia con respecto a 2009, mientras que parte del voto del hastío -lo suficiente para hacerse con escaños- iría a parar a partidos protesta como Podemos, una formación que pregunta al votante "¿Cuándo fue la última vez que votaste con ilusión?".

Muchos de estos grupos se apoyan en el hastío y la indignación contra la crisis y la corrupción que llevó a muchos ciudadanos a ocupar las plazas de España hace tres años en el movimiento 15-M.

"Todo se va al carajo y no veo otra opción que pueda cambiarlo", dice Héctor, de 26 años, que gana 700 euros al mes compaginando varias ocupaciones: limpiador en una discoteca, camarero, empleado en un gimnasio. Héctor prefiere que no se publique su apellido.

"Pensé en votar a Izquierda Unida o a otro de los partidos pequeños, pero no creo que las elecciones europeas puedan cambiar mucho nuestra situación".

Curiosamente pese a la desesperada situación económica -la mitad de los jóvenes entre 18 y 25 años se encuentra en el paro- y en contraste con otros países europeos, en España no se aprecian de momento alternativas de carácter fuertemente populista y antieuropeísta.

Mientras que en el conjunto del continente, una cuarta parte de los escaños del Parlamento Europeo podría ir a parar a partidos antieuropeos o de protesta de la ultraderecha y la ultraizquierda -casi el doble de lo que obtuvieron en los anteriores comicios en 2009-, en España las propuestas son mucho más comedidas.

Como máximo, hay partidos como Izquierda Unida que proponen "otra Europa", que incluya modificaciones de carácter social, o Equo, una formación ecologista cuyos integrantes dicen ser "europeístas insumisos" en busca de una democratización de Europa que otorgue más poder el Parlamento "para derrotar a la troika".

Quizá el motivo se encuentre en que el votante español recuerda las toneladas de asfalto convertidas en kilómetros de carretera que pagaron fondos europeos.

"En España hay una sobreoferta de partidos europeístas", dijo José Ignacio Torreblanca, profesor de Ciencia Política en la UNED. "Si quieres votar antisistema europeo incluso los partidos que quieren romper con el bipartidismo en España son más europeístas todavía".

Aunque el fuerte descenso en España de la confianza en la Unión Europea durante los últimos siete años -más que en cualquier otro país miembro- se explica por el rescate europeo y por el hecho de que en 2007 era de las más altas del continente, la pérdida de aprecio por Europa puede ganar fuerza en los próximos años.

Según Tojar, estamos en un momento de transición. "No ha calado del todo el discurso antieuropeo porque en la calle no hay ese sentimiento. Tampoco lo tenían en Francia hace 15 años, por ejemplo, y sin embargo ahora lo tienen."

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