MADRID (Reuters) – Los 14 miembros del destituido Gobierno catalán están citados el jueves a declarar en la Audiencia Nacional por los presuntos delitos de rebelión, sedición y malversación, aunque el expresidente Carles Puigdemont ha anunciado que no acudirá.
Un abogado de Puigdemont dijo el miércoles que el exdirigente catalán no comparecería para responder por los cargos sobre el proceso que llevó a la declaración de independencia de la región, pero que estaba preparado para testificar desde Bélgica, país al que viajó con otros cuatro miembros de su gabinete.
El presidente del Gobierno central, Mariano Rajoy, destituyó el viernes a Puigdemont y su Ejecutivo, horas después de que el Parlament hiciera una declaración unilateral de independencia en una votación en ausencia de la oposición y declarada ilegal por la justicia.
Además de Puigdemont, están citados a las 09:00 horas en la sede de la Audiencia en Madrid el exvicepresidente catalán Oriol Junqueras y los 12 exconsejeros del gobierno de la Generalitat, que deberán declarar ante la juez Carmen Lamela.
Poco después, la presidenta del Parlamento de Cataluña y los cinco miembros de la Mesa de la cámara regional deberán comparecer ante el Tribunal Supremo para declarar por los mismos delitos, tras sendas querellas presentadas el lunes por el fiscal general del Estado, José Manuel Maza.
Los jueces decidirán tras las declaraciones si aplican medidas cautelares que podrían ir desde la entrega de pasaportes hasta la prisión preventiva.
La juez Lamela ha pedido a los líderes independentistas que depositen una fianza de 6,2 millones de euros antes del viernes para responder a las responsabilidades pecuniarias que pudiera haber en el procedimiento.
Puigdemont dijo el martes en Bruselas que sólo regresaría a España en caso de que el Gobierno le ofreciera "garantías jurídicas".
En caso de que Puigdemont no asistiera podría emitirse una orden de arresto que haría virtualmente imposible que se presentara a unas elecciones autonómicas convocadas por el Gobierno central para el 21 de diciembre.
Tras un tumultuoso mes, la atención se vuelve ahora a los comicios de diciembre.
En el seno de la coalición proindependentista y en el del propio PDeCat de Puigdemont se han abierto grietas en las últimas semanas sobre la conveniencia de buscar una solución negociada con el Gobierno español que permita dejar atrás la peor crisis institucional en décadas.
Las diferencias también han dividido a la ciudadanía en Cataluña y causado gran resentimiento en otras partes de España, aunque el separatismo persiste en la región.
Dos sondeos de opinión recientes mostraron que el apoyo a la secesión podría haber comenzado a caer, pero una encuesta oficial publicada el martes reflejó que un 48,7 por ciento de los catalanes creen que la región debería ser independiente, el máximo nivel desde diciembre de 2014.
