BAGDAD (Reuters) – Insurgentes suníes tomaron el domingo una ciudad de mayoría étnica turca en el noroeste de Irak tras un duro combate, intensificando su control sobre el norte en medio de una ofensiva que amenaza con dividir al país.
Pobladores de Tal Afar confirmaron en comunicaciones telefónicas que la ciudad había caído en manos de los rebeldes del Estado Islámico de Irak y Levante (ISIL por sus iniciales en inglés) tras una batalla que dejó numerosas víctimas en ambos bandos.
"La ciudad está invadida por milicianos. Hubo muchos combates, y mucha gente murió. Varias familias chiíes han huído al oeste y las suníes hacia el este", dijo un funcionario local que pidió no ser identificado.
Tal Afar se encuentra a corta distancia al oeste de Mosul, la principal ciudad del norte del país que cayó en manos de combatientes del ISIL la semana pasada en el comienzo de una ofensiva que ha sumido a Irak en la peor crisis desde el retiro de las tropas estadounidenses.
El avance ha alarmado tanto a partidarios chiíes del primer ministro Nuri al-Maliki en Irán como a funcionarios de Estados Unidos, que ayudaron a establecerlo en el poder después de su invasión del 2003 que culminó con el derrocamiento del dictador suní Saddam Hussein.
El Gobierno estadounidense ordenó a su personal militar que refuerce la seguridad de su cuerpo diplomático en Bagdad e informó que parte del personal de la embajada estaba siendo evacuado.
Estados Unidos también está preparando un diálogo directo con su archienemigo Irán sobre la situación en Irak y formas de lograr que los combatientes suníes retrocedan, reportó el domingo el Wall Street Journal.
Irán ha resistido la perspectiva de trabajar con Estados Unidos para ayudar a restaurar la seguridad en Irak.
Tal Afar era defendida por una unidad de las fuerzas de seguridad iraquíes comandada por un general mayor chií, Abu Walid, cuyos hombres eran los pocos de las fuerzas gubernamentales en la zona que no habían huído ante el rápido avance del ISIL.
Tras avanzar sobre ciudades en el valle del río Tigris al norte de Bagdad, los combatientes del ISIL parecen haber frenado su marcha hacia la capital, dedicándose en cambio a asegurar su control en la región norte.
La mayoría de los habitantes de Tal Afar pertenecen a un grupo étnico turco, que habla una lengua turca. Turquía ha expresado su preocupación por su seguridad.
REBELDES CONSOLIDAN INFLUENCIA EN EL NORTE
Los combatientes del ISIL buscan establecer un califato a ambos lados de la frontera sirio-iraquí en base a estrictos preceptos suníes. Su avance ha sido ayudado por otros grupos armados suníes.
Los chiíes, que conforman la mayoría de la población iraquí y residen mayormente en el sur, se han convocado para defender el país, con miles de voluntarios presentándose para unirse a las fuerzas de seguridad tras un llamado a la movilización del máximo clérigo chií. Las fuerzas de seguridad de Maliki y milicias aliadas recuperaron algo de territorio el sábado.
En Bagdad, un atacante suicida detonó el domingo explosivos que portaba en un chaleco que vestía, dejando al menos nueve muertos y 20 heridos en una concurrida calle en el centro de la capital, dijeron la policía y fuentes médicas.
En un ataque separado, al menos seis personas murieron, incluidos tres soldados y tres voluntarios, cuando cuatro morteros cayeron en un centro de reclutamiento en Khlais, 50 kilómetros al norte de Bagdad.
Las milicias del ISIL combatieron como la filial de Al qaeda en Irak contra las fuerzas de Estados Unidos durante los años de la ocupación estadounidense, pero rompieron con la red insurgente tras unirse a la guerra civil en Siria. Sostienen ahora que el grupo fundado por Osama bin Laden no es suficientemente extremista.
En años de combate a ambos lados de la frontera, el ISIL se ha ganado una reputación por su brutalidad. Considera a los chiíes herejes que merecen la muerte y envía diariamente a atacantes con bombas para que maten a cientos de civiles iraquíes cada mes.
Una serie de fotos divulgadas a través de una supuesta cuenta de ISIL en Twitter parecían mostrar a hombres armados del grupo islamista disparando a decenas de personas, desarmadas y tiradas sobre el suelo.
El texto que acompañaba a las imágenes decían que eran desertores del Ejército que habían sido capturados cuando trataban de escapar del combate.
(Reporte adicional de Isabel Coles y David Sheppard en Arbil, Raheem Salman en Bagdad, Alexander Dziadosz en Beirut, y Missy Ryan y Jim Loney en Washington, escrito por Peter Graff. Editado en español por Hernán García y Ricardo Figueroa)