WASHINGTON (Reuters) – La oficina del secretario de Estado de Georgia abrió el lunes una investigación sobre los esfuerzos del expresidente de Estados Unidos, Donald Trump, para anular los resultados de las elecciones estatales de 2020, un paso que podría llevar a una investigación criminal por parte de las autoridades estatales y locales.
El secretario de Estado Brad Raffensperger se enfrentó a llamadas para abrir una investigación después de que Trump fue grabado en una llamada telefónica el 2 de enero presionando a Raffensperger para que anulara los resultados electorales del estado basándose en afirmaciones infundadas de fraude electoral.
“La oficina del Secretario de Estado investiga las quejas que recibe”, dijo Walter Jones, portavoz de la oficina de Raffensperger, y describió la investigación como “de determinación de hechos y administrativa”.
«Cualquier otro esfuerzo legal se dejará al fiscal general».
Dijo que la investigación, que fue reportada por primera vez por Reuters, fue motivada por una denuncia presentada el lunes por el profesor de derecho de la Universidad George Washington, John Banzhaf.
Banzhaf dijo a Reuters que habló con un investigador en la oficina de Raffensperger el lunes, horas después de que presentó la denuncia solicitando una investigación sobre la posible interferencia electoral de Trump. Fue la cuarta querella de este tipo ante los funcionarios de Georgia desde la llamada del 2 de enero, dijo.
Jason Miller, un asesor de Trump, dijo: “No hubo nada inapropiado o desfavorable en una llamada programada entre el presidente Trump, el secretario Raffensperger y abogados de ambos lados. Si el Sr. Raffensperger no quería recibir llamadas sobre las elecciones, no debería haberse postulado para Secretario de Estado «.
Los expertos legales dicen que las llamadas telefónicas de Trump pueden haber violado al menos tres leyes electorales penales estatales: conspiración para cometer fraude electoral, solicitud criminal para cometer fraude electoral e interferencia intencional en el desempeño de las funciones electorales. Las infracciones de delitos graves y menores se castigan con multas o encarcelamiento.
Si Trump fuera procesado, probablemente argumentaría que realmente creía que las elecciones fueron manipuladas en su contra, dijeron los expertos, y señalaron que las leyes penales generalmente requieren un estado mental de culpabilidad o una intención deliberada de cometer un delito, y que esto puede ser un gran obstáculo que superar en este caso.
En la llamada telefónica del 2 de enero, Trump instó a Raffensperger, un compañero republicano, a «encontrar» suficientes votos para anular su derrota en Georgia. La transcripción cita a Trump diciéndole a Raffensperger: “Todo lo que quiero hacer es esto: solo quiero encontrar 11,780 votos”, que es el número que Trump necesitaba para ganar.
El 6 de enero, el día de los disturbios en el Capitolio de EE. UU., Trump se jactó de la llamada en un discurso a sus partidarios: “A la gente le encanta esa conversación porque dice lo que está pasando”, dijo. «Esta gente es corrupta».
Además, dos legisladores demócratas en la Cámara de Representantes de Estados Unidos, Kathleen Rice, de Nueva York, y Ted Lieu, de California, solicitaron en una carta del 4 de enero a la Oficina Federal de Investigaciones una investigación criminal sobre la llamada de Trump a Raffensperger.
