MADRID (Reuters) – El Gobierno español del socialista Pedro Sánchez ha pactado con el principal partido de la oposición, el Partido Popular, ceder la presidencia del Poder Judicial a un conservador a cambio de lograr una mayoría progresista de magistrados.
Manuel Marchena, hasta ahora el juez designado para dirigir la causa procés -el juicio contra los políticos que lideraron la consulta independentista en Cataluña- será el nuevo presidente de esta institución, según confirma una fuente de Moncla.
A cambio de esta concesión, el Gobierno podrá designar a once de los veinte magistrados a repartir. La intención del PSOE es que una parte de estos jueces – previsiblemente cuatro- se negocie también con Podemos, el principal socio que tiene en estos momentos el Ejecutivo en minoría de Sánchez.
Marchena será también el presidente del Tribunal Supremo – el Alto Tribunal que dictó la contradictoria sentencia sobre los gastos hipotecarios las pasadas semanas – así que seguirá ligado a la causa del procés que se dirime en este órgano.
Sin embargo, será otro juez el encargado de dirigir directamente el juicio que no comenzará antes de enero y que puede dar otro tono al proceso contra los independentistas.
Sánchez llegó al poder el pasado 1 de junio gracias a una moción de censura en la que le apoyaron partidos muy diversos de la oposición, entre ellos independentistas catalanes.
Sánchez y el líder del PP, Pablo Casado, escenificaron un duro enfrentamiento dialéctico en el Parlamento pero han terminado por rubricar este acuerdo que desde Moncloa califican de "institucional".
Congreso y Senado tienen hasta el día de hoy como límite para proponer a sus candidatos a magistrados. Una vez elegidos los 20 vocales, son estos los que nombran al Presidente así que deben respetar el pacto de nombrar a Marchena.
Ciudadanos no tiene intención de participar en esta negociación, así que el Partido Popular no tendrá que repartir sus nueve magistrados con ningún otro grupo.