
Hoy en día es un factor clave la adecuación eficiente y efectiva de las plataformas tecnológicas que tenemos (y que evolucionan más rápido que nunca) a los necesarios controles que garantizan el cumplimiento de las normativas legales.
Para ello hace falta un entendimiento amplio del contexto: legal y tecnológico (y su desarrollo). Cada vez es más valorado el responsable de cumplimiento y el abogado que van más allá del derecho tradicional o de la aplicación tradicionalmente entendida de las normas. Y el ingeniero que sabe interpretarlas para hacer plataformas compliance.
Creo firmemente que la figura de estratega legal es esencialmente necesaria en nuestros días. Su función ya no es solo interpretar cada nuevo marco regulatorio o ser filtros reactivos que revisan decisiones tecnológicas después de haberse tomado, o dictan normas o recomendaciones para adaptar los sistemas existentes al cumplimiento, sino que han de anticiparse a los riesgos tras un adecuado análisis y entendimiento de la tecnología, mediar entre las partes y contribuir al fomento de la innovación asegurando que se protegen los derechos fundamentales con soluciones prácticas.
¿Qué papel juega este estratega legal en la organización?
- Tiene un enfoque proactivo, integrándose en la estrategia tecnológica desde su concepción hasta su implantación.
- Lidera comités de ética tecnológica, donde junto a abogados, directivos e ingenieros evalúan el impacto de la tecnología en la empresa.
- Define líneas rojas: ¿cómo se manejan datos sensibles?, ¿cómo se gestiona la relación con reguladores y clientes en términos de ciberseguridad y privacidad?
- Tiene mentalidad prospectiva. Analiza tendencias tecnológicas y regulatorias globales.
- Adopta metodologías ágiles en su trabajo; no solo vía el uso de herramientas de automatización que logran una función legal eficiente, sino anticipando códigos de conducta internos o estándares de cumplimento anticipado cuya divulgación y buena práctica puedan ser fácilmente asimilados por la organización.
Se intuye un mejor futuro para quienes integran derecho, tecnología y estrategia en una misma visión. Se habla mucho estos días del estricto marco regulatorio europeo, pero, ¿es mayor riesgo la regulación, o no estar suficientemente preparado para ella?
¿No deberíamos dotar a las organizaciones de esos perfiles multidisciplinares que garantizan y protegen el buen gobierno de éstas?
Hábiles comunicadores, con capacidad para explicar conceptos técnicos a colegas legales y viceversa, facilitando la colaboración entre equipos multidisciplinarios.
Alineados con la estrategia corporativa, con dominio del marco legal y regulatorio (SOX, GDPR, CCPA, AML, PSD2, entre otras), con entendimiento tecnológico (ciberseguridad, IA, fintech, data governance), con experiencia en gestión de riesgos y crisis. Con mentalidad de growth mindset.
Nos encontramos en un nuevo paradigma tecnológico, donde además la regulación avanza al ritmo de la innovación -o detrás de ésta-. ¿No estará expuesto a riesgos invisibles para los ojos de expertos abogados tradicionales quien no tenga este perfil de estratega legal tecnológico en su equipo?