MADRID (Reuters) – Las reñidas elecciones del domingo dibujarán en España un panorama multipartidista inédito con un gobierno en minoría obligado a pactar y que, según los expertos, tendrá dificultades para acabar una legislatura de cuatro años.
Tras dos años en los que se ha fraguado un cambio político con la irrupción de partidos canalizadores del clamor ciudadano contra la corrupción y los recortes sociales, cuatro formaciones llegan codo a codo a una cita que liquidará el tradicional bipartidismo PP-PSOE.
En un escenario sin mayorías, el más abierto de las últimas décadas, no habrá un resultado claro el 20D, obligando a negociar acuerdos de gobierno o investidura de un presidente que habrá de pactar todas las políticas que quiera sacar adelante.
"Vamos a tener un gobierno minoritario, este tipo de gobiernos tienen una tasa de supervivencia notablemente inferior, por lo que hay que esperar que caiga fácilmente antes de los cuatro años", dijo a Reuters el profesor de Ciencias Políticas de la Universidad Carlos III Lluis Orriols.
El Partido Popular será el más votado según los sondeos, pero, lejos de la mayoría absoluta de 2011, tendrá que recabar apoyos si quiere seguir en el poder, algo a lo que -al igual que el PSOE- ya se vio obligado esta primavera para conservar gobiernos regionales.
Tras unos comicios aperitivo de lo que ocurrirá ahora, el PP contó con el sostén de Ciudadanos, el partido que ha captado a parte de su electorado con un discurso de regeneración y que, según algunas encuestas, podría disputar el segundo puesto al PSOE.
Su líder, Albert Rivera, de 36 años, afirma que no entrará en ninguna coalición ni apoyará la investidura de candidatos de Partido Popular o Partido Socialista, pese a que la mayoría de los acuerdos parece que tendrán que pasar por su partido.
"Sería una decepción para millones de votantes de Ciudadanos estar en una investidura, en un gobierno, en un pacto con partidos que representan un modelo de hacer política que ya es pasado", dijo Rivera el lunes en La Sexta.
"Se puede estar en la oposición y apoyar la investidura de otro partido, pero no lo voy a hacer", añadió el líder de una formación que desde la primavera sustenta cinco gobiernos regionales tanto del PSOE como del PP.
En una situación de alianzas parecida está Podemos, que ha pactado con el PSOE en varias regiones y ayuntamientos y que, según los últimos sondeos, sube en estimación de voto gracias a una campaña eficaz en la que ha tratado de captar la atención de un electorado más moderado.
¿ANTICIPO DE UNA SEGUNDA VUELTA?
Si el PP es incapaz de conseguir la mayoría simple del Congreso, el segundo partido estaría legitimado para intentarlo, algo que no ha ocurrido nunca en España a nivel estatal aunque sí se ha dado a nivel local y autonómico con frecuencia.
"En una lógica parlamentaria, es su obligación, aunque no haya tradición. Sería muy extraño que un partido renunciara a ello, tendría toda la legitimidad y más si el partido anterior se ve incapaz de formar una mayoría", dijo Orriols.
Otros analistas apuntan que esa posibilidad beneficiaría al PSOE, que aunque sufre una histórica caída ante partidos que le quitan votos por el centro y la izquierda, tendría más capacidad de coalición y podría gobernar aunque pierda votos.
Tras tratar infructuosamente de cambiar la ley electoral, el Partido Popular defiende la "lógica constitucional" de dejar gobernar al más votado y da por hecho que PSOE, C's y Podemos tratarán de formar un tripartito para apartar al PP del poder.
"Son apaños de perdedores y eso no funciona bien, lo hemos visto donde han gobernado. Eso no es lo que han votado los españoles", dijo la vicepresidenta, Soraya Sáenz de Santamaría, en una entrevista reciente en RNE.
Sáenz de Santamaría, más cercana por edad a los líderes de los partidos nuevos, ha sido el centro de rumores sobre lo que el líder de Podemos, Pablo Iglesias, llamó "operación Menina", según la cual Ciudadanos y PP estarían negociando que Rajoy se haga a un lado para investirla a ella presidenta, algo que niegan tajantemente ambas formaciones.
Las posibles ecuaciones que salgan del 20D incluyen una difícil gran coalición PP-PSOE y la opción de que los partidos emergentes permitan finalmente que gobierne el bipartidismo con la esperanza de desgastarlo aún más y sacar réditos en unas nuevas elecciones en menos de dos años.
Sin embargo, algunos consideran que el momento económico y político en la zona euro requeriría de una estabilidad que podría empujar a la "responsabilidad" de todas las fuerzas representadas.
"España necesita un gobierno estable y no creo que ninguna fuerza política especule con una legislatura corta o inestable, todo el mundo va a sentir el peso de la responsabilidad", dijo a Reuters el asesor y profesor de comunicación política Antoni Gutiérrez Rubí.
"Pero puede suceder que los partidos emergentes vean el 20D como la primera vuelta y esperen una segunda en donde pasen de ser emergentes a preferentes", concluyó.
