MADRID (Reuters) – Un juez retiró el viernes el pasaporte y prohibió salir del país sin autorización a Jordi Pujol Ferrusola, el hijo mayor del expresidente de la Generalitat de Cataluña Jordi Pujol, dentro de una investigación a su familia por supuesto blanqueo de capitales, entre otros delitos.
Según un auto judicial, el juez de la Audiencia Nacional José de la Mata admitió tomar estas medidas cautelares, así como establecer la obligación de comparecer semanalmente en un juzgado, contra el primogénito del clan de los Pujol.
El magistrado ha vinculado a Jordi Pujol y su mujer, Marta Ferrusola, con sus descendientes a través de varios movimientos de cuentas bancarias en el extranjero en un complejo entramado que incluye pagos coordinados.
La investigación judicial ha descubierto que todos los miembros de la familia Pujol-Ferrusola son titulares de cuentas bancarias en Andorra, y que el primogénito, Jordi, recibía abonos de origen desconocido que posteriormente distribuía regularmente entre sus ocho hermanos -Oleguer, Oriol, Josep, Pere, Mireia y Marta- y su madre.
En el auto del viernes, el juez dijo que el primogénito es titular de varias sociedades cuya única utilización es "canalizar capitales de presunto origen criminal para realizar inversiones y gastos en España y el extranjero" y que estas sociedades facturaron más de 11 millones de euros por tareas de asesoramiento que no han sido justificadas.
El magistrado ve "indicios" de que Pujol Ferrusola usó entramados de sociedades para "blanquear capitales fuera de España y repatriarlos".
La investigación judicial surgió en 2014 a raíz de que el que fuera presidente de la Generalitat de Cataluña durante 23 años reconociera que tuvo dinero en el extranjero sin declarar durante más de tres décadas, algo que atribuyó a una herencia de su padre.
El promogénito dijo al juez que todas las operaciones estaban relacionadas con la gestión de ese legado, pero el magistrado dijo que hasta el momento no se han aportado elementos para verificar esa versión, según el auto.
El reconocimiento de la fortuna en el extranjero de Pujol puso fin a una imagen de honradez construida durante decenios y que constituía uno de los baluartes de algunos de los políticos catalanes, que defendían que en Cataluña no cabía la corrupción que se ha convertido en uno de los mayores problemas de la vida pública en España.
