MADRID (Reuters) – Personal médico y defensores de la sanidad pública se congregaron el domingo en las calles de varias ciudades españolas para protestar contra los recortes en este área y los planes de algunos gobiernos regionales de externalizar parte de los servicios y gestión sanitaria a empresas privadas.
Las pancartas contra los desahucios que desfilaron el sábado en las protestas para pedir la reforma de la ley hipotecaria dejaron paso el domingo a batas blancas y lemas contra las medidas de austeridad emprendidas por el Gobierno.
"Defiendo la sanidad pública gratuita para todos", afirmó el domingo una enfermera que se manifestaba, en declaraciones a Radio Nacional.
Si las organizaciones de afectados por las hipotecas lograron su mayor marcha el sábado en Barcelona, el domingo la "marea blanca" más destacada se produjo en Madrid, donde los planes del Gobierno regional de privatizar la gestión de varios hospitales y centros de salud ha despertado una fuerte oposición entre la comunidad sanitaria.
"En mi hospital prefiero más batas blancas y menos trajes y corbatas", afirmó a su vez en su cuenta de Twitter la organización Coordinadora de Hospitales y Centros Sanitarios de Madrid.
En medio de una dura crisis económica que ha dejado a uno de cada cuatro trabajadores en el paro, el Gobierno dirigido por Mariano Rajoy ha emprendido una serie de medidas de austeridad que han afectado a los servicios sanitarios y la educación, dos ámbitos tradicionalmente protegidos en España.
La competencia en estas dos áreas recae en las comunidades autónomas, que se han visto obligadas a recortar para cumplir los objetivos de déficit regionales y así no desviar el déficit presupuestario nacional de las cotas pactadas con la Unión Europea, que intenta frenar la crisis de deuda de la zona euro y recuperar la confianza de los mercados.
Por contra, las sucesivas y cada vez más frecuentes protestas ciudadanas -que en 2012 incluyeron dos huelgas generales, paros indefinidos en sanidad y huelgas en transporte público o Justicia- no están logrando grandes resultados ante los recortes de gastos y subidas de impuestos.
En la mayor victoria de la presión civil registrada hasta ahora, una iniciativa legislativa popular que había reunido un millón y medio de firmas de apoyo para reformar la ley hipotecaria fue admitida a trámite en el Congreso esta semana.
Pero pese a los miles de personas que salieron a la calle el sábado para pedir que se conserve el contenido de la propuesta, aspectos como la dación en pago retroactiva podrían verse suavizados o eliminados durante su debate parlamentario antes de convertirse en ley.