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Nueva primera ministra británica asigna puesto estelar a Johnson

Reuters

LONDRES (Reuters) – Theresa May asumió el miércoles como primera ministra de Reino Unido con la tarea de liderar la compleja salida británica de la Unión Europea, para lo que nombró a líderes partidarios del «Brexit» en posiciones claves dentro de su Gobierno.

La reina Isabel II saluda a Theresa May al comienzo de su audiencia en el Palacio de Buckingham, donde fue invitada a ser nueva primera ministra de Reino Unido. Londres, 13 julio 2016

La ex ministra del Interior conservadora de 59 años dijo, tras ser nombrada por la reina Isabel II, que defenderá la justicia social y forjará un futuro brillante para el país tras la impactante decisión de los británicos de abandonar la UE.

"Asumiremos este reto. A medida que salgamos de la Unión Europea, forjaremos para nosotros mismos un nuevo rol positivo y audaz en el mundo y haremos de Gran Bretaña un país que trabaje no para unos pocos privilegiados, sino por cada uno de nosotros", dijo en el exterior del número 10 de Downing Street, abandonado horas antes por David Cameron.

El líder conservador dimitió después de que sus compatriotas desoyeron sus llamados para seguir en la UE, una decisión que significó un revés a los esfuerzos europeos de aumentar la unidad y creó una gran incertidumbre en Reino Unido y en el bloque de 28 países.

Poco más de una hora después de asumir, May comenzó a nombrar ministros, encargando al experimentado y confiable ministro de Relaciones Exteriores, Philip Hammond, la cartera de Finanzas. Sustituirá en el puesto a George Osborne, cuya determinación en el equilibrio de las cuentas británicas le convirtió en sinónimo de austeridad.

En una sorpresa mayúscula, asignó la tarea de liderar el Ministerio de Relaciones Exteriores al ex alcalde de Londres Boris Johnson, un destacado euroescéptico que encabezó la campaña por el Brexit y considerado hasta hace poco como el principal rival de May por el cargo de primer ministro.

Otros destacados defensores de la salida británica de la UE fueron igualmente recompensados. Uno de ellos, David Davis, dirigirá la Secretaría de Estado para Abandonar la Unión Europea. Otro, Liam Fox, encabezará un nuevo departamento de comercio internacional.

La misma May se alineó con Cameron en la campaña por la permanencia, por lo que tuvo que hacer concesiones a la facción partidaria del "Brexit" para limar asperezas dentro del Partido Conservador y mostrar su compromiso con el cumplimiento del mandato popular. "Brexit significa Brexit" se ha convertido rápidamente en su nuevo mantra.

Al premiar a Johnson con un ministerio tan importante, May mostró también su lado conciliador, ya que ambos se enfrentaron por las labores policiales en Londres cuando él era alcalde.

Desde la votación del mes pasado, Johnson fue objeto de duras críticas y fue ridiculizado por no presentar un plan claro para el "Brexit" y abandonar rápidamente la carrera para ser primer ministro.

Con su descuidado pelo rubio, su extraño sentido del humor y su afición a las citas en latín, el hombre al que los británicos conocen simplemente como "Boris" será la figura más llamativa del Gobierno, si bien una elección controvertida para llevar a cabo labores sensibles de diplomacia con líderes mundiales.

Otro de los nombramientos fue la estrella emergente Amber Rudd, que pasó del Ministerio de Energía a la Secretaría de Interior que dirigía May hasta ahora.

"ARDIENTE INJUSTICIA"

May será el decimotercer primer ministro de Isabel II, en una línea que empezó con Winston Churchill. Una fotografía oficial mostró a May saludando con una reverencia a una sonriente monarca. También es la segunda mujer en encabezar el gobierno luego de Margaret Thatcher.

Considerada como una persona dura, competente e intensamente privada, a la que se compara ya con la canciller alemana, Angela Merkel, debe intentar limitar los daños al comercio y la inversión en Reino Unido, mientras renegocia los lazos del país con los 27 socios de la UE.

También deberá intentar unificar una nación fracturada en la que muchos -como atestigua el referendo- se sienten molestos con la elite política y abandonados por las fuerzas de la globalización.

En comentarios dirigidos a los británicos, habló de la "ardiente injusticia" sufrida por amplios sectores de la sociedad: las personas pobres que tienen menor esperanza de vida; los negros tratados con más dureza por el sistema de justicia penal; las mujeres que ganan menos que los hombres; los enfermos mentales; y los jóvenes que luchan para comprar casas.

Al reconocer las dificultades que enfrentan muchos británicos, declaró: "El Gobierno que lidero será conducido no por los intereses de unos pocos privilegiados, sino por ustedes. Haremos todo lo posible para darles más control sobre sus vidas".

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