El Ilustre Colegio de Abogados de Valladolid (ICAVA) acogió este jueves la presentación de un nuevo Practicum de Thomson Reuters Aranzadi, ‘Protección de Datos 2015’, una obra de 1.000 páginas en la que se recopila todo lo que hay que saber en materia de protección de datos personales, de una forma estructurada y con numerosas referencias jurisprudenciales y formularios, que la convierten en una herramienta de consulta sencilla y rápida, con un enfoque muy práctico, que ofrece respuestas y soluciones a los problemas del día a día del profesional.
La presentación de los autores, los letrados Javier
Álvarez Hernando y Víctor Cazurro Barahona, corrió a cargo vicedecana del
ICAVA, Julia Rodriguez Lebrero, y contó con la
asistencia del Decano del Colegio Jesús
Verdugo, la fiscal jefe de Valladolid, Esther Pérez Jerez y numerosos abogados
y profesionales jurídicos.
Los ponentes abordaron sucintamente algunos de los temas que además de
tratarse en profundidad en la obra, se hallan de actualidad, como son el
derecho al olvido en Internet y la protección de datos en relación con los
menores de edad, y así señalaron ambos abogados -con el asentimiento de la
mayoría de los asistentes- que es una materia que los propios profesionales no
son conscientes del verdadero alcance de
su aplicación en primera persona, y los límites y requisitos que supone
para las nuevas tecnologías como la nube o las redes sociales.
En primer lugar, Javier Álvarez recordó que ese derecho al olvido nace en España fruto de la tenacidad de un ciudadano español -y su abogado- para lograr que el hecho de haber sufrido un embargo 17 años atrás le siguiera persiguiendo en los resultados de Google, por haberse publicado en un medio de comunicación, pese a que había satisfecho ya la deuda con la Seguridad Social que lo motivó.
Posteriormente se refirió a los recientes criterios que ha establecido la Audiencia Nacional en relación con el derecho al olvido, siguiendo los marcados por el Tribunal de Justicia de la Unión Europea, señalando que el principal límite que opera a la hora de logra esa "amnesia" en Internet es la relevancia pública o el interés público que pueda suscitar el sujeto objeto de búsqueda.
Por su parte Víctor Cazurro se refirió a la dificultad de dar una adecuada protección a los datos de los menores de edad, toda vez que aunque se exige el consentimiento paterno en el caso de los menores de 14 años, es imposible lograr un control absoluto e infalible sobre la edad del usuario y sobre los dispositivos que utilizan en la actualidad, a menudo mejores y más complejos que los de sus padres.
Y advertía Cazurro del problema específico del compartir todo en las redes sociales -por parte de los menores pero también de los adultos-, cuando lo habitual es que el usuario no lea los términos "ni siquiera siendo abogado"- como él mismo reconocía- y estando los servidores en los que se alojan los contenidos "subidos" en EEUU o en otros países ajenos a la UE y por ello con un nivel de protección mucho menor.
Por eso terminaba aconsejando que más allá de lo que se prevea en la legislación, por la dificultad de llevarlo a la práctica y de establecer controles eficaces, sean los padres, familiares y educadores quienes ven realmente por la privacidad y la protección de los datos sensibles de los menores, contando por supuesto cuando sea necesario con la ayuda de profesionales para prevenir o solucionar problemas en esta materia tan sensible.
