Carolina Pastor Tortosa ha sido ponente en la mesa del sector retail en el Congreso Aranzadi de Abogados in House celebrado en la sede de ICADE los pasados 16 y 17 de noviembre. En esta entrevista nos muestra sus impresiones sobre el rol del abogado de empresa, su proyección hacia el futuro, así como su relación con los despachos externos con los que colabora.
¿El papel del abogado in house en la compañía está teniendo cada vez más relevancia en las compañías?
Rotundamente sí. Durante los últimos años en las empresas ha habido una profunda transformación para adaptarse a un entorno mucho mas globalizado. Ha potenciado la figura de los departamentos jurídicos y ha cambiado el papel y las competencias de los abogados in house.El abogado interno se ha convertido en una verdadero business partner. Participa de las decisiones de negocio, conoce muy bien la empresa y sus necesidades, participa de las decisiones y trasversalmente en todos los proyectos. Es parte del negocio y forma parte de la toma de decisión y por tanto de la estrategia de la empresa.
Se ha convertido en un actor principal de la innovación y transformación digital de las compañías. Hay muchísima normativa que exige el desarrollo e implementación de herramientas que puedan dar cobertura a esa normativa. El abogado in house debe acompañar la implementación de las herramientas y debe pensar en clave digital. Por otra parte, el abogado in house es el asesor del Consejo de Administración y máximo garante de la gobernanza de la empresa. Tiene un papel muy importante en el ámbito del control. Trabaja con mucha eficiencia, con el conocimiento suficiente de todo el negocio para controlar y analizar bien los riesgos y garantizar la seguridad jurídica de la empresa.
¿Cuál es la relación de los abogados in house con los abogados externos?
El pilar principal es que haya una relación de confianza, unida a una calidad técnica. Si estos dos factores se dan, se puede generar una sinergia muy potente con un resultado muy satisfactorio para ambas partes. El abogado interno conoce muy bien la empresa y es el canal con el abogado externo. Se crea una complicidad que permite trasladar a la alta dirección los consejos del abogado externo. El abogado interno hace ese papel modulador. No todos los directivos tienen la misma sensibilidad legal, por lo que ese papel de puente, modulador entre el abogado externo e interno, es muy importante.
Por otra parte, el abogado interno debe tener audacia para elegir el mejor asesor externo dependiendo del asunto. Esto pasa por entender tu compañía, el asunto, con tus directivos y el tipo de interlocución. A veces se necesita un asesor más cercano, sin grandes disertaciones jurídicas, que se entrelace en el negocio, sea un miembro mas del equipo jurídico y dé esa confianza. Y por supuesto, la relación calidad-precio, que tiene que estar muy ponderada. Las empresas no se casan con un solo despacho de abogados.
¿Cómo ves a los abogados In house en el futuro?
Ya estamos en la transición. El abogado interno se ha convertido en un business partner más de la organización. El abogado interno no solo debe tener unas competencias técnicas, sino que tiene que ser un abogado digital, con una capacidad de comunicación muy grande, con visión de anticipación y adaptación veloz al cambio. Tiene que ser versátil, no pensar solo en clave de asuntos estrictamente jurídicos y tiene que ser capaz de liderar algún proyecto transversal de la empresa. Su papel trasciende la mera función jurídica.
Tiene que hablar idiomas, con gran capacidad de interrelación y apertura al exterior y con una red de networking amplia y privilegiada. Resolver problemas y compartir inquietudes con el resto de empresas. Debe tener capacidad de conseguir sinergias para optimizar el tiempo. Y desde luego, tener la visión de como implementar la digitalización en la función jurídica para optimizar procesos. Concentrarse en lo importante y dejar a un lado lo que no da valor en la función jurídica.
