"El despacho mediano es el modelo que a nuestro juicio ofrece un equilibrio entre excelencia y trato personal, sin grandes estructuras distantes de los clientes"
Ricardo Lagares, Socio Director de Lagares Abogados, nos desvela los detalles y la efectividad de un modelo de despacho mediano. Lagares es experto en dirección de empresa de servicios jurídicos y está especializado en Derecho Mercantil, sobre todo en material Concursal. Licenciado en Derecho por la Universidad de Las Palmas de Gran Canaria y profesor en ESCOEX (International Business School), Legal Today ha querido entrevistarle.
¿Cuál es la evolución en estos momentos de su despacho? ¿Qué objetivos tienen para este año?
Quizás el concepto de evolución -que acepto, desde luego- tiene mejor encuadre en un período más largo: nosotros entendemos que los ciclos son trianuales, y tendemos a programarnos en conformidad. Aunque los ciclos no son uniformes, es decir, no siempre se ajustan al patrón trianual, creemos que este año de 2019 sí marca el comienzo de un nuevo ciclo.
¿En qué sentido?
Hay síntomas de un inminente cambio de ciclo económico: tras unos años de crecimiento, se está ralentizando la actividad económica. De cuán abrupto o, en cambio, parsimonioso sea este aterrizaje dependerá qué sector del despacho tome preeminencia.
Creemos que el sector procesal crecerá en todo caso, ya notamos un incremento de la actividad litigiosa. Dentro de esta área, el derecho concursal probablemente se oriente inicialmente a las reestructuraciones empresariales y a las refinanciaciones más que al concurso de acreedores en sí.
Paralelamente, seguiremos creciendo en derecho de la energía -singularmente, renovables-. Hay previstas al menos dos rondas de concurrencia competitiva en Canarias, y no es descartable alguna más hasta culminar la transición energética que, por cierto, goza de un amplio consenso político y social en Canarias.
También crecerá nuestro sector internacional, que en nuestro Despacho se concentra en empresas extranjeras que operan o quieren operar en Canarias. Es el año de la cuestión Brexit, y que finalmente ocurra o no, y en el primer caso que sea con o sin acuerdo, tendrá efectos sobre las operaciones en Canarias.
También pretendemos crecer en derecho penal económico, con un particular énfasis en el compliance penal en empresas.
El derecho del turismo seguirá siendo uno de nuestros fuertes: no puede ser de otra forma en un despacho canario.
Por último, hay un factor disruptivo que hemos contemplado en nuestro plan estratégico: la plena adopción de las legaltech. La profesión en general se verá afectada por los cambios en tecnología específica.
¿Está fundado realmente el runrún con las Legaltech?
Nosotros creemos que sí, si no marcadamente este año, sin duda dentro del período que contempla el plan estratégico: tres años. De hecho, el smartcontract es una realidad económica que tiene, digamos, un pase por el derecho. La ventaja de su autoejecutabilidad dota, contra lo que se piensa, de seguridad jurídica a las operaciones: en realidad, sólo andamos necesitados de buenas estructuraciones legales de los smartcontracts. De abogados, vamos.
Sin embargo, la inteligencia artificial aplicada al derecho, hoy por hoy se limita, al menos en las aplicaciones comercializadas, a la estadística predictiva, una suerte de "Big data" legal. Es por tanto un hipérbole llamarla inteligencia artificial. En fase de investigación sí hay áreas que avanzan rápido hacia una AI jurídica en sentido propio.
Sea como fuere, nos parece que la revolución en este campo es inexorable. Pertenecemos desde unos años a la Asociación Internacional para la Inteligencia Artificial y el Derecho. Fíjese que inicialmente, allá a finales de los 80, sus trabajos eran conceptuales y desde luego muy minoritarios: apenas un grupo de investigadores y profesores. Hoy la IAAL está muy asentada, y raro es el operador jurídico que no asiste a sus congresos.
La Asociación Europea de Legaltech, de la que también somos miembros, es mucho más reciente, y su progresión ha sido fulgurante.
Todo ello prueba un interés extremo que, como decía, no nos parece infundado en absoluto: todo va a cambiar.
Desde su nacimiento en 1995 ha crecido notablemente. ¿Cuáles son los factores avance de Lagares Abogados?
No diría que nuestro crecimiento haya sido notable. De hecho, hace tiempo se gestó un consenso sobre el tipo de despacho que nos parecía óptimo, y era un despacho mediano. Para evitar largos razonamientos, es lo que queríamos, sin más: el modelo que a nuestro juicio ofrece un equilibrio entre excelencia y trato personal, sin grandes estructuras distantes de los clientes. Hemos seguido y seguimos en ese modelo.
Por tanto, no habrá expansión, al menos en términos convencionales. No queremos. Sí nos gusta otro tipo de avance: el humano. Las políticas de conciliación que implantamos (antes que nadie aquí) son un proceso más que una decisión, y como tal proceso una cosa lleva a la otra: para que funcione, tienes que invertir en organización y se ha de favorecer la productividad, lo que a su vez pasa por dotar al equipo de medios tecnológicos avanzados y por permear una cultura de efectividad.
¿Y funciona?
Desde luego que sí. Los escandinavos siempre tuvieron razón en este
punto. Por un lado, si tienes un número de horas muy acotado y se acabó-salvo
emergencia, claro está-, eres más eficiente.
Las frecuentes "jornadas interminables" de los profesionales españoles
conllevan vicios: se pierde mucho tiempo, se tienen reuniones de "agenda
abierta", se procrastina a mansalva…. Un desastre.
Por otro, un abogado es un profesional sumamente estresado que conviene obtenga la contrapartida del bienestar personal. Y cada cual define su felicidad como quiere: tiempo con sus hijos, formación, deporte, estar con sus amigos o leer un libro. Hace bien al profesional y, por tanto, al despacho. Eso es solo posible con la conciliación.
Por tanto, en la conciliación somos irreductibles.
¿Cómo se contempla desde fuera la actividad de un despacho de abogados, es tan diferente a otro tipo de empresa?
Sí y no. La actividad de un despacho de abogados es, como la de cualquier empresa, vertiginosa: los vencimientos y los señalamientos, las reuniones de trabajo nos marcan el ritmo diario. Pero, a su vez, manejamos los tiempos, necesidades y hasta emociones de nuestros clientes, por lo que debemos acomodar esas dos esferas. Y hacerlo día a día.
En realidad, eso se corresponde casi milimétricamente con lo que espera el cliente típico del despacho (empresa) de nosotros: que profesional y organizativamente seamos eficientes como su empresa, que personalmente seamos personales.
Lagares Abogados cumple el próximo año (en 2020) su vigésimoquinto aniversario. Como fundador ¿qué siente al respecto?
Bueno, lo fundamos dos hermanos, Carolina Lagares, que ya no está, y yo. Pues bien, precisamente es eso lo que siento: que de alguna forma sigue siendo una hermandad, pese a todos los cambios y a la gente incorporada. Desde mis socios, Ernesto Falcón y Eugenia Pérez, hasta cada una de las Letradas y la Secretaría, compartimos un espíritu de equipo que, la verdad, me cuesta mucho encontrar en otros lugares. Espero no ofender a nadie al decirlo.
¿Qué los caracteriza? ¿En qué principios se basa la filosofía de Lagares Abogados?
Además del trabajo en equipo, yo diría que la cercanía en el trato con el cliente. Esto tan simple parece haber sido olvidado por la profesión, y nosotros empero encontramos que es casi lo que más aprecia el cliente. La excelencia jurídica se dará por supuesta, claro. Y añadiré acaso una rareza del despacho: entendemos bien la lógica del caso como un proyecto, así fue desde el comienzo. De ello se sigue que han de emplearse los principios y aplicaciones de la gestión de proyectos (Project management). Se nos antoja que es la óptima respuesta adaptativa a la complejidad de un caso.
