Socia de Bird & Bird y Co-Head de la oficina en España, Coral Yáñez dirige el departamento de Derecho Público. Especializada en Derecho Administrativo, cuenta con una amplia experiencia, contenciosa y consultiva, en Derecho Público, habiendo asesorado a clientes nacionales y extranjeros en asuntos regulatorios. Además, se ha encargado de la dirección letrada de numerosos recursos contencioso-administrativos en los últimos años relacionados principalmente con el sector de la Energía.
¿Cuánto tiempo lleva Bird & Bird operando en España a través de su propia oficina?
Este mes es nuestro decimoquinto aniversario, y estamos muy orgullosos de ello, aunque lamentablemente no vamos a poder compartirlo de momento con nuestros clientes a causa de la COVID-19. Desde sus inicios y durante estos años, hemos construido una base sólida y un posicionamiento estratégico claro, donde nuestros abogados han conseguido llevar el nombre de la firma a un alto nivel, aumentando considerablemente nuestro número de clientes y asesorando en grandes operaciones tanto nacionales como internacionales. Debido al crecimiento que hemos experimentado en los últimos años, el año pasado tuvimos que cambiar nuestras oficinas para poder dar espacio a nuestros abogados y para alojarnos en unas oficinas más modernas y alineadas con la marca Bird & Bird.
¿Qué opina de las herramientas de Legaltech como medio para aportar valor a los clientes de una firma de abogados?
La tecnología forma parte del ADN de Bird & Bird. Nuestra misión es acompañar a los clientes en sus procesos de digitalización y a las empresas tecnológicas; sabemos, por tanto, todo lo que la tecnología puede aportar en todo tipo de empresas, lo que no excluye las firmas de abogados y los servicios jurídicos. Desde ese convencimiento, somos unos firmes defensores de utilizar la tecnología para ser más eficientes en la prestación de nuestros servicios y para aportar mayor valor añadido. Así nació nuestro proyecto Client Solutions, un conjunto de herramientas tecnológicas orientadas a mejorar la eficiencia y calidad de nuestro servicio. Son herramientas con distintas finalidades, entre otras: informar de forma continua a nuestros clientes sobre los costes del servicio, mejorar el acceso a la información del proyecto (desde data rooms hasta soluciones ad hoc diseñadas para nuestros clientes a modo de intranet donde se puede clasificar y visualizar todo tipo de documentación jurídica), automatizar los procesos de revisión de documentación jurídica (due diligences, licitaciones públicas, patentes, marcas…), ofrecer una asesoría jurídica interna virtual, ofrecer módulos de formación a distancia y apps de asistencia jurídica.
¿Qué especialización destacaría de Bird & Bird?
Tenemos una clara especialización en temas tecnológicos, privacidad y de propiedad industrial e intelectual, pero somos un despacho que prestamos asesoramiento en todas las áreas del Derecho. Nuestra diferenciación es que tenemos una verdadera orientación sectorial. Fuimos de los primeros despachos en organizarnos por sectores y nuestros profesionales, de las distintas áreas de práctica, tienen una alta especialización en los sectores en los que operan. En España tenemos una importante trayectoria en los sectores de Life Sciences, Nuevas Tecnologías, Energía, Financiero y Bancario, Alimentación y Bebidas y Hotelero.
¿Qué grado de madurez tiene la cultura de la gestión del conocimiento en las firmas de abogados?
En los últimos años la gestión del conocimiento es percibida como una necesidad y un elemento clave del posicionamiento estratégico de los despachos. El pilar de los servicios jurídicos es el conocimiento. Sistematizar y distribuir ese conocimiento es clave para mejorar nuestra eficiencia y productividad. Esto ha propiciado la implantación progresiva de sistemas de KM dentro de las estructuras organizativas en muchos despachos de abogados. Para ello es imprescindible innovar y fomentar una cultura colaborativa. El mundo jurídico es consciente de esta necesidad, sin embargo, su nivel de desarrollo e implementación dependerá de diversos factores, como la dimensión y propia estructura del despacho, tiempo, recursos económicos y humanos de los que se disponga.
¿Es la formación continua la piedra angular para el desarrollo profesional del abogado?
La actualización de forma permanente de los conocimientos es fundamental, pero no debe limitarse a los conocimientos técnicos, sino que esa formación debe extenderse a la adquisición del perfil competencial que se demanda hoy en la abogacía y que incluye habilidades tecnológicas, de comunicación, comerciales, deontológicas… Se debe profundizar en el desarrollo de las habilidades personales y profesionales del abogado, adaptando su formación a las diferentes etapas de su carrera profesional.
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