Hay sectores en los que el fraude se detecta en mayor medida, es el caso de las empresas de distribución y almacenaje con un incremento del 16%. Estas acciones pueden suponer unas pérdidas económicas para las compañías de hasta varios millones de euros, así como la pérdida de confianza.
Zenit Detectives, compañía española experta en investigaciones aplicadas en el ámbito empresarial, observa un aumento del 19% en los casos de fraude empresarial. En el ámbito de la distribución y el almacenaje es de un 16%. Estas acciones pueden suponer unas pérdidas económicas para las compañías de varios millones de euros, así como el deterioro de confianza.
Las acciones calificadas como fraude empresarial suponen pérdidas atribuidas a la mala praxis y lucro ilegítimo de empleados de la compañía. Entre algunos ejemplos que se constatan se encuentran desde el espionaje industrial que vulnera el secreto de un proyecto al ser vendido por un empleado cualificado de la compañía a la competencia, hasta el robo y hurto de material en almacenes, ya sea de manera esporádica o por a través de estructuras organizadas.
Las empresas deciden contratar los servicios de una agencia de detectives privados cuando tienen indicios de situaciones anómalas, debido al bajo rendimiento del departamento comercial donde las ventas disminuyen, como el aumento del absentismo laboral, los actos de competencia desleal por parte de directivos de la compañía, o la mala praxis en el departamento de compras de la compañía.
Según José María Alonso, Director Operativo de Zenit Detectives: "Las investigaciones realizadas por fraude empresarial no afectan a ningún perfil específico de empleado. Esto es debido a que el ámbito de actuación es muy amplio. En los casos que hemos investigado hemos encontrado desde un sistemático bajo rendimiento laboral, hasta prácticas que determinan competencia desleal, entre otros".
La revelación de secretos es una consecuencia del espionaje industrial y supone la obtención de información relevante de la compañía que va a ser vendida a la competencia, obteniendo el causante un lucro económico o promesas de ventajas en sucesivos procesos de selección en RR.HH.
"La tarea realizada por el detective privado en estos casos consiste en investigar de forma minuciosa para encontrar las pruebas que determinen e involucren al empleado infiel, tanto dentro de la empresa como fuera", explica Alonso.
