La recesión económica en curso presenta emocionantes oportunidades para todas las empresas de cualquier país del mundo. El futuro puede ser muy brillante para aquellas organizaciones que se vean forzadas a ser creativas para sobrevivir. Las compañías están en el punto de inflexión de una innovación sin precedentes, si tienen la capacidad de identificar y aprovechar las oportunidades. Ahí están. La más grande oportunidad que provee la crisis corriente es la de poner la casa en orden. Los paquetes de ayuda, financiación, inyección de tesorería y otras herramientas gubernamentales, bancarias o hasta de los accionistas tienden a esconder estas oportunidades. La oportunidad es de oro, y no existe mejor tiempo que este para aprovecharla.

Enamorarse del Status-Quo
Cuando todo va bien – los clientes compran, los proveedores entregan regularmente, los trabajadores están haciendo su tarea productivamente – tendemos a enamorarnos del Status-Quo. Preferimos que todo siga como está y entonces buscar estrategias para incrementar márgenes y reducir costes mejorando así el beneficio o utilidad y por ende nuestra compensación.
La actual crisis nos está enseñando que el
mundo ya no puede tolerar semejante lujo. Los clientes, afectados por la
crisis, no compran como compraban. Los proveedores no pueden servirnos con las
mismas condiciones, sin riesgo de salir del negocio. Los empleados no siempre
pueden adaptarse con celeridad a las nuevas condiciones en su entorno.
Enfocarse en optimizar el beneficio, es cada vez mas difícil.
La crisis mundial es pues, una bendición disfrazada. Beneficia porque
cimbra nuestro sentido de autocomplacencia. Sin ella seguiríamos enamorados de
nuestro status-quo o zona de confort, cayendo en la trampa de
protegerlos a cualquier costo, como si ese fuera nuestro objetivo, y no una vía
para un objetivo mucho mas alto.
De Crisis a Victoria
Aquellas organizaciones que aprecian el valor de la crisis, es que están abiertas al cambio. La búsqueda de un nuevo modelo de pensamiento adecuado para el futuro les ayudará a esquivar la bajada abrupta y a emerger fortalecidas. Para éstas, la crisis es precursora de la victoria. Si son capaces de infundir a sus organizaciones con una cultura de apertura a nuevos modelos de pensamiento, aprendizaje, acción y reflexión, entonces ciclos continuos de crisis y victoria les habilitará para ir de fortaleza en fortaleza.
Entonces, en vez de trabajar más duro para permanecer a flote o ganar participación de mercado, se verán los líderes impelidos a trabajar con mas inteligencia. Ello significa revisar las premisas detrás de su modelo de atención a clientes, proveedores, empleados y su compensación. Hay que cambiarlas y encontrar formas creativas de servir a estas relaciones.
Poner la Casa en Orden
Mientras la crisis demanda atención tanto a la parte alta de nuestra cuenta de resultados (ventas, margen) como a la baja (control de gastos, costes) invertir todos nuestros recursos en este esfuerzo, es corto de miras. Lo importante es poner la casa en orden. ¿Que significa esto?: Trabajar con más eficacia, más sistemáticamente y plenamente alineados. Inicia con mirar nuestras empresas con frescura de perspectiva, cuestionándonos de qué se trata, qué pretende conseguir, qué estrategia necesita, y poniendo en operación los procesos necesarios para alcanzar una nueva visión alineada con las realidades del futuro. Requiere la comprensión cabal de la visión y estrategia por cada personas en la organización y su involucramiento en la búsqueda de una meta común. Implica el alinear las actividades de cada persona con la visión y estrategia de la organización, y usar un sistema para navegar el estadio alineado de forma ágil y efectiva – especialmente cuando las directrices estratégicas cambian.
Inyección de Recursos: No siempre es la respuesta
Es irónico pensar que la mayoría de las veces la inyección de recursos líquidos es un problema pues produce la profundización de una coyuntura de crisis y hasta el colapso. Es espada de dos filos. La inyección de fondos, oculta problemas estructurales, problemas gerenciales y operativos y nos permiten mantener el status-quo cuando lo que realmente requerimos, es cambiar.
La asistencia financiera nos ayuda a seguir haciendo lo que hacíamos, tal cual. Quizá con ajustes menores. Cuando la economía mejora nos permitirá seguir delante de la misma manera. Nos niega la ocasión de percatarnos de qué fue lo que realmente pasó y en el proceso, nos perdemos la oportunidad de haber probado cambios mayores y estructurales preparatorios del crecimiento y el futuro. Puede que no nos demos cuenta que lo que hicimos fue poner una venda encima de unas fallas fundamentales y hemos retrasado su impacto devastador a un tiempo futuro.
Beneficio doble
El beneficio de poner la sala en orden, es doble. Maximiza el retorno de una de las mas grandes inversiones que una empresa hace – su gente, al volverse más organizadas, más enfocadas, más sistemáticas, más unidas, y más alineadas.
A la vez construye una herramienta para la navegación de la estrategia. Una herramienta necesaria para timonear a la empresa a través de todas las condiciones climáticas del entorno económico. Construir esa herramienta de alineación para el futuro puede suponer tomar ventaja de la más grande oportunidad que la turbulencia de los tiempos nos esconde a simple vista.