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19/04/2024. 21:14:46

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Más allá de nuestras fronteras

Periodista jurídica

La globalización, pero sobre todo, la crisis económica, está generando en los despachos de abogados la necesidad de abrirse e internacionalizarse. Pero, ¿es una opción viable? Le contamos cómo.

Bola del mundo cogida con unos palillos verdes

Dicen que las crisis suponen graves riesgos, pero que también abren grandes oportunidades dado que, en la búsqueda de una salida, contemplamos opciones que hasta entonces no habían sido planteadas o no veíamos viables. Esto es lo que está ocurriendo en la actualidad, en donde la grave recesión económica está empujando a los diferentes sectores económicos – y entre ellos, a la abogacía- a crear nuestras estrategias con la finalidad de sobrevivir en el mercado. Y entre ellas, la internacionalización, o lo que es lo mismo, la búsqueda y expansión del despacho más allá de nuestras fronteras, está cobrando fuerza.

Así lo demuestra el informe "Competir a nivel internacional: cómo las barreras culturales y de comunicación afectan a los negocios" del Economist Intelligence Unit, donde el 89% de los encuestados consideran que el número de clientes extranjeros de su empresa aumentará en los próximos tres años, mientras que el 77% cree que su empresa tendrá una presencia operativa en más países que la que tiene actualmente. Entre estos porcentajes se encuentran los despachos de abogados que, cada vez más, se animan no sólo a tratar asuntos que tienen un carácter internacional, sino también a buscar clientes extranjeros e, incluso, a establecer sedes en ciudades extranjeras.

Una opción que, hasta ahora, parecía reservada sólo a las grandes firmas -con capacidad y recursos incomparables- pero a la que cada vez más se acogen los pequeños y medianos despachos. Pero ¿es viable esta opción? La respuesta es sí, y además, se puede conseguir de una forma más fácil de lo que parece porque la internacionalización no siempre supone el traslado de personal y recursos al extranjero, sino que existen múltiples opciones con las que se puede ir abriendo camino hasta dar el salto definitivo.

La primera de ella pasa por el mero contacto con despachos originarios del lugar donde queremos establecernos: la búsqueda de alianzas nos permitirá consolidar una relación recíproca que puede producir beneficios para ambas partes y que, además, nos permite ir conociendo de la mano de sus propios profesionales el mercado en el que queremos introducirnos. Esta opción tiene además una ventaja: es económica. Los contactos y el mantenimiento de la relación sólo producirá como coste reuniones periódicas y traslados de corta duración, dado que el resto es posible solventarlo a través del uso de las nuevas tecnologías.

Esta es la opción elegida, por ejemplo, por Écija Abogados, dado que como explica Hugo Écija, socio director de la firma "desde el punto de vista internacional nuestra estrategia es la de acompañar a nuestros clientes cuando tienen necesidades de internacionalización. Nuestra estrategia internacional pasa por tener una red internacional de bufetes de abogados de confianza para poder referenciar a nuestros clientes. Que puedan saber que tienen el mismo nivel de calidad en cuanto a asesoramiento que si lo diéramos nosotros de forma directa".

Otra opción intermedia es la de contratar abogados free-lance, abogados nativos del país donde queremos establecernos. No se trata por tanto de sobredimensionar la plantilla, sino únicamente de establecer contactos con abogados fieles en una relación que, también, puede tener ventajas para ambas partes: el despacho gana a un abogado especialista mientras que éste casos a los que no podría optar de otra forma. Sin embargo, este tipo de opción requiere de una labor de "fidelización" del abogado con respecto a la marca, y de un esfuerzo de integración, pues de otra forma el abogado puede no llegar a asimilar los valores de la firma y, por tanto, no crezcamos en prestigio en el país.

La última de las opciones serían la que requiere de una mayor capacidad inversora: ser el despacho pionero en abrir oficina en una región o país extranjero. Una inversión que resulta no sólo del traslado del personal, de los recursos materiales, etc., sino también de todas las acciones previas que son necesarias realizar antes de tomar la decisión. Un estudio exhaustivo de la situación del país donde queremos establecernos y sobre todo, una formación completa y específica a nuestros profesionales son las claves que pueden llevarnos al éxito. Pero junto con estos dos procesos, es también necesario realizar otra seria de gestiones, como, por ejemplo, establecer y ganarse relaciones de confianza y credibilidad con las asociaciones, cámaras y patronales empresariales, así como con los líderes de opinión o profesionales de nuestro ámbito; o la mera promoción vía redes sociales e Interne del despacho. Todo con el objetivo de ganar notoriedad y prestigio en nuestro nuevo "hogar".

Pero más allá de elegir una u otra opción, a veces la oportunidad es atreverse a decir a los clientes: "estamos más allá de nuestras fronteras". Porque es más importante querer que poder.

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