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04/05/2024. 04:21:54

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Crónica Político-institucional (IV)

Prof. Titular de Relaciones Internacionales de la UPV/EHU y Cátedra Jean Monnet

En la actividad comunitaria desarrollada durante el mes de marzo ha tenido una importancia fundamental el Mediterráneo, y no únicamente por cuanto que Grecia haya seguido ocupando buena parte de los desvelos de las autoridades de la eurozona, como veremos más adelante; sino por otras cuestiones también.

Dos ejecutivos charlando.

El 4 de marzo arrancaba propiamente la Unión por el Mediterráneo -en adelante UPM- creada de manera oficial hace dos años en la Cumbre de Paris del 13 de julio de 2008. A principios de este mes se inauguraba la Sede de su Secretariado Permanente en el Palau de Pedralbes, en Barcelona y se procedía a la toma de posesión de su Secretario General, el jordano Ahmad Masadeh. Por lo tanto, dos años después de su creación oficial, la UPM echaba a andar este mes de marzo; durante este periodo de presidencia semestral española deberá darse otro paso importante con la celebración de la próxima Cumbre de la UPM que tendrá lugar el 7 de junio en la capital catalana. La UPM está integrada por 43 países de las dos riberas del Mediterráneo, así como por la Liga Árabe, y es heredera directa de la Asociación Euromediterránea del denominado Proceso de Barcelona iniciado en 1995. Sin embargo, introduce múltiples novedades con respecto a aquel: nueva arquitectura institucional y de gobernanza; la realización de proyectos estratégicos concretos; el establecimiento de un Secretariado Permanente que se encargará de su ejecución y del mantenimiento activo de la iniciativa.

El 7 de marzo se celebró la Cumbre Unión Europea-Marruecos en Granada. En ella participaron los presidentes Herman Van Rompuy, José Manuel Durao Barroso y José Luis R. Zapatero, por parte comunitaria; y por Marruecos su primer ministro M. Abbas el Fassi. Nótese la ausencia de insignes personalidades en cada una de las delegaciones; así, no acudió el Monarca alauita Mohamed VI, ni -más sorprendente aún- la Alta Representante comunitaria Catherine Ashton. Ausencias, especialmente esta segunda, muy criticadas en los ambientes comunitarios-. Era ésta la primera cumbre con un país mediterráneo tras la entrada en vigor del Tratado de Lisboa; el evento expresa el carácter pionero y específico de la Asociación UE-Marruecos. La Cumbre corona la consolidación de esta relación que ha ido intensificándose a través del tiempo; en el año 2000 entró en vigor el Acuerdo de Asociación; en el año 2005 se aprobó el Plan de Acción con Marruecos en el marco de la Política Europea de Vecindad; el año 2008 se aprobó el Documento Conjunto sobre el Estatuto avanzado en el marco del Consejo de Asociación de octubre de 2008.

Esta Asociación avanzada cubre los ámbitos político, económico, social y humano; y refleja la aspiración de las dos partes a consolidar la especificidad de la relación. El Estatuto Avanzado ofrece nuevas oportunidades para profundizar las relaciones bilaterales en diferentes ámbitos:

  1. Dimensión política: concertación en el ámbito multilateral, especialmente en Naciones Unidas y en el ámbito de la Política Exterior y de Seguridad Común; creación de la Comisión Parlamentaria Mixta UE-Marruecos a lo largo del presente año 2010; etc.
  2. Dimensión económica: acercamiento del marco legislativo marroquí al acervo comunitario. Este proceso de convergencia reglamentaria con la UE constituye uno de los elementos esenciales del Estatuto avanzado. Expresa la voluntad de construir a medio plazo un Espacio Económico Común, caracterizado por una integración progresiva de la economía marroquí en la de la Unión Europea (inspirado en el Espacio Económico Europeo que existe con los países nórdicos) y que incluya la conclusión de un Acuerdo de Libre Cambio global y profundo, cooperación económica y social, así como la adhesión a redes transeuropeas de transporte y energía.
  3. Dimensión humana: reforzamiento de intercambios culturales, educativos y científicos; acuerdos de readmisión y lucha contra la inmigración irregular.

Por otra parte, la Cumbre fue aprovechada por los representantes europeos para solicitar al país magrebí mejoras en la situación de los Derechos Humanos así como avances en la resolución pacífica del contencioso saharaui.

También en el ámbito de las relaciones estructuradas de la UE con otras Regiones del mundo, hay que señalar la reunión ministerial entre los Países de África, Caribe y Pacífico -en adelante Países ACP- y la UE el pasado 19 de marzo. En esa fecha los Países ACP y la UE firmaron una revisión del Acuerdo de Cooperación de Cotonú. Este Acuerdo, firmado en el año 2000, se refiere a las relaciones comerciales, política de desarrollo y diálogo político con 78 países ACP y se revisa cada cinco años. Tiene por objeto reducir la pobreza, así como promover el desarrollo sostenible y la gradual integración de los países ACP en la economía global. La firma oficial de esta segunda revisión de los Acuerdos de Cotonú se llevará a cabo el próximo mes de junio en Kagandugú.

-Europa 2020: durante este mes de marzo han continuado dándose pasos importantes cara a la implementación de esta nueva estrategia económica para Europa superadora de la fracasada Agenda de Lisboa adoptada en el año 2000, a la que ya hemos tenido oportunidad de referirnos en crónicas anteriores. A principios de mes -concretamente el día 3- la Comisión presentó el documento sobre la Estrategia 2020, hoja de ruta para una salida coordinada de la crisis y avanzar hacia un crecimiento económico sostenible de cara a la próxima década. La Comisión identifica tres motores clave del crecimiento que deberán ponerse en marcha a través de acciones concretas en el ámbito nacional y de la UE: crecimiento inteligente (impulsar el conocimiento, la innovación, la educación y la sociedad digital), crecimiento sostenible (fomentar una producción más eficiente en cuanto a los recursos a la vez que impulsar nuestra competitividad) y crecimiento integrador (aumentar la participación en el mercado de trabajo, la adquisición de cualificaciones y la lucha contra la pobreza). Esta batalla por el crecimiento y el empleo implica, según la Comisión Europea, una responsabilización al máximo nivel político y la movilización de todos los actores en el conjunto de Europa. En el Documento de la Comisión, se fijan cinco objetivos que definen lo que la UE deberá conseguir en 2020 y los criterios de referencia para medir los progresos realizados.  Estos cinco objetivos son los siguientes:

  • el 75% de la población de 20 a 64 años de edad deberá tener empleo;
  • el 3% del PIB  de la UE deberá invertirse en I+D;
  • se alcanzarán los objetivos 20/20/20 en el ámbito del clima/energía;
  • la tasa de abandono escolar deberá ser inferior al 10% y por lo menos el 40% de los jóvenes deberá tener una cualificación o un diploma;
  • habrá 20 millones de personas menos expuestas al riesgo de la pobreza.

La Comisión pide a los Jefes de Estado y de Gobierno que asuman la responsabilidad de esta nueva estrategia y la apoyen en el próximo Consejo Europeo de primavera del 25 y 26 de marzo. Este Consejo  Europeo -que se centrará de forma prioritaria y sobrevenida en la crisis griega- aprobará las grandes líneas de la Estrategia UE 2020, en particular los 3 objetivos primeros relativos a empleo, i+d, energía y cambio climático; pero los relativos a educación y pobreza (los dos últimos), precisamente los más ambiciosos desde el punto de vista social, quedarán pospuestos para junio. Los Estados miembros deberán traducir estos objetivos generales en objetivos nacionales.

Con respecto al mismo tema, el Parlamento Europeo por su parte aprobó el 10 de marzo una resolución en la que subraya que esta Estrategia debería centrarse en reducir el desempleo, mejorar la coordinación de las políticas económicas y reforzar la gobernanza económica con instrumentos vinculantes. La Eurocámara también recalca que la financiación de la UE debe estar condicionada a los resultados y la compatibilidad con los objetivos de la estrategia; afirma además la necesidad de contar con un supervisor europeo único que pueda prevenir futuras crisis. La Resolución fue aprobada por 462 votos (grupos PPE, Socialistas y Liberales), 140 votos en contra y 58 abstenciones.

La cuestión de Grecia y la crisis en la Eurozona. Esta ha sido la otra cuestión protagonista del periodo objeto de esta crónica. Tras múltiples reuniones a diferentes bandas (tanto bilaterales como del Eurogrupo), el Consejo Europeo del día 25, el primer Consejo Europeo formal de la presidencia de turno española aprobó el mecanismo de ayuda a Grecia, consistente en una intervención limitada del FMI así como la concesión de préstamos bilaterales de los Estados de la Eurozona. Estos préstamos solo operarán como última ratio, es decir, cuando la financiación del mercado se revele como insuficiente. Será ésta la primera vez en la que el FMI intervenga en la zona Euro desde su constitución en 1999; pero el mecanismo pactado es subsidiario de la búsqueda de fondos en los mercados que debe realizar Grecia para su financiación mientras pueda.

El mismo día, se reunieron los miembros del Eurogrupo para solicitar al Consejo Europeo que refuerce el gobierno económico de la UE y las normas de prevención del déficit excesivo, pidiendo al Presidente del Consejo Europeo y a la Comisión que presenten al Consejo "antes de finales de año las medidas necesarias".

Se incluye en la REVISTA UNIÓN EUROPEA ARANZADI, correspondiente al mes de ABRIL DE 2010.

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