ARGEL (Reuters) – Fuerzas argelinas irrumpieron en un complejo de gas en el desierto para liberar a cientos de rehenes pero 30 de ellos, incluidos varios occidentales, murieron en el asalto junto con al menos 11 de sus secuestradores islamistas, dijo una fuente de seguridad argelina a Reuters.

Los líderes occidentales cuyos compatriotas estaban entre los cautivos no disimularon su irritación por no haber sido informados antes de la incursión – y ante su desenlace sangriento. Empleados de Francia, Reino Unido y Japón estaban entre los muertos, dijo la fuente.
Un ingeniero irlandés que sobrevivió dijo que vio a cuatro jeeps llenos de rehenes volados por las tropas argelinas cuyos comandantes dijeron que entraron en acción unas 30 horas después de que comenzó el sitio debido a que los atacantes exigieron que se les permitiera llevar a sus rehenes al extranjero.
Y aunque con esto concluye una crisis que planteaba un serio dilema para París y sus socios, con las tropas francesas atacando a los aliados de los secuestradores en la vecina Mali, continúan interrogantes sobre la capacidad de Argelia para proteger vitales recursos energéticos y se tensaron sus relaciones con las potencias occidentales.
Dos japoneses, dos británicos y un ciudadano francés estaban entre los al menos siete extranjeros muertos, dijo la fuente a Reuters. Ocho rehenes que perdieron la vida eran argelinos. Las nacionalidades de los demás, así como de quizás decenas más que lograron escapar, no estaban claras. Unos 600 trabajadores argelinos locales, menos vigilados, sobrevivieron.
Catorce japoneses estaban entre los que se desconoce su paradero en las primeras horas del viernes, dijo su empresa nipona.
El primer ministro japonés, Shinzo Abe, canceló parte de su viaje en el sudeste de Asia, su primera gira al extranjero desde que asumió el cargo, y está considerando la posibilidad de volar a casa antes de tiempo debido a la crisis de los rehenes, dijo el viernes el portavoz del Gobierno de Japón.
"La acción de las fuerzas argelinas fue lamentable", dijo el secretario jefe del gabinete de Japón, Yoshihide Suga, quien agregó que Tokio no fue informado de la operación de antemano.
Estadounidenses, noruegos, rumanos y un austriaco también fueron mencionados por sus gobiernos como capturados por los extremistas islámicos que se hacían llamar el "Batallón de Sangre", y exigieron que Francia pusiera fin a su ofensiva de una semana en Mali.
Subrayando la visión de los líderes africanos y occidentales de que se enfrentan a una insurgencia islamista multinacional en el Sáhara -un conflicto que llevó a Francia a enviar cientos de soldados la semana pasada a Mali- la fuente oficial dijo que sólo dos de los 11 militantes muertos eran argelinos, incluido el líder del pelotón.
Los cuerpos de tres egipcios, dos tunecinos, dos libios, un maliense y un francés fueron encontrados, dijo la fuente de seguridad.
El grupo había reivindicado tener docenas de guerrilleros en el lugar y no estaba claro si algunos militantes lograron escapar.
El líder de los secuestradores, dijeron funcionarios argelinos, era Mojtar Belmojtar, un veterano de la guerra de Afganistán en la década de 1980 y la sangrienta guerra civil de Argelia en la década de 1990.
Él no habría estado presente en el lugar y ahora ha aumentado su estatura entre una multitud de islamistas del Sáhara, inundados de armas y combatientes de la caótica Libia.
"NINGÚN CHANTAJE"
El portavoz del Gobierno de Argelia dejó claro que las autoridades del país miembro de la OPEP sigue implacablemente enfrentado con las guerrillas islamistas que continúan operando en el sur años después de la guerra civil en la que murieron unas 200.000 personas. El ministro de Comunicación Mohamed Said reiteró su negativa a negociar con secuestradores.
"Nosotros decimos que frente al terrorismo, ayer al igual que hoy y mañana, no habrá ninguna negociación, ningún chantaje, ninguna tregua en la lucha contra el terrorismo", dijo a la agencia de noticias APS.
El primer ministro británico David Cameron, quien advirtió a la gente que se preparara para malas noticias y que canceló un importante discurso el viernes para hacer frente a la situación, dijo a través de un portavoz que le hubiera gustado que Argelia hubiera consultado antes del ataque.
Un británico y un argelino también murieron el miércoles.
El primer ministro de Noruega, cuyo firma estatal de energía Statoil opera el yacimiento de gas Tiganturine con la británica BP y la compañía nacional de petróleo de Argelia, dijo que tampoco fue informado.
Funcionarios estadounidenses no tenían información clara sobre el destino de los ciudadanos de su país, a pesar de que un avión militar no tripulado había sobrevolado la zona.
Washington, al igual que sus aliados europeos, ha respaldado la campaña de Francia para proteger la capital de Mali con ataques aéreos la semana pasada y el envío ahora de 1.400 efectivos de combate para atacar a rebeldes islamistas.
Un funcionario estadounidense dijo el jueves que su país proporcionaría aviones de transporte para ayudar a Francia en una misión cuya vital importancia, según dijo el presidente François Hollande, se demostró por el ataque en Argelia.
Algunos temen, sin embargo, que la ofensiva en la remota región pueda provocar más derramamiento de sangre en otras partes.