PEKÍN/WASHINGTON (Reuters) – Los negociadores comerciales de Estados Unidos y China se trasladan a Shanghái esta semana para celebrar sus primeras conversaciones en persona desde la tregua del G20 del mes pasado, un cambio de escenario para las dos partes que luchan por resolver profundas diferencias sobre cómo poner fin a una guerra comercial que dura ya un año.
Las esperanzas de progreso durante la reunión de dos días en Shanghái son bajas, por lo que altos cargos y empresas esperan que Washington y Pekín puedan al menos mostrar compromisos de "buena voluntad" y despejar el camino para futuras negociaciones.
Entre estos gestos se encontrarían las compras chinas de productos agrícolas estadounidenses y la luz verde de Estados Unidos para que sus empresas puedan reanudar algunas ventas al gigante tecnológico chino Huawei Technologies.
El presidente Donald Trump dijo el viernes que cree que China podría no querer firmar un acuerdo comercial hasta después de las elecciones de 2020, con la esperanza de poder negociar condiciones más favorables con otro presidente de Estados Unidos.
"Creo que probablemente China dirá ‘Esperemos'", dijo Trump a periodistas de la Casa Blanca.
Durante más de un año, las dos economías más grandes del mundo se han aplicado aranceles a importaciones valoradas en miles de millones de dólares, alterando las cadenas mundiales de suministro y lastrando a los mercados financieros, en una disputa centrada en el "capitalismo de Estado" de China y su modo de hacer negocios con el mundo. (Cronología: tmsnrt.rs/2DVZ7mN)
Trump y el presidente chino Xi Jinping acordaron en la cumbre del G20 del mes pasado en Osaka, Japón, reiniciar las conversaciones comerciales que se estancaron en mayo, después de que Washington acusara a Pekín de retractarse de partes importantes de un borrador del acuerdo. El abandono de las conversaciones provocó un aumento de los aranceles estadounidenses sobre productos chinos por 200.000 millones de dólares.
Trump dijo después de la reunión de Osaka que no impondría nuevos aranceles a importaciones chinas valoradas en 300.000 millones de dólares y que retiraría algunas de las restricciones de Estados Unidos sobre Huawei si China aceptara realizar compras de productos agrícolas estadounidenses.