MADRID/BERLÍN (Reuters) – Un tribunal alemán dijo el lunes que probablemente tardaría varios días en decidir si extradita al expresidente catalán Carles Puigdemont a España, donde se le acusa de secesión, rebelión y malversación por su campaña en pos de la independencia de la región.
Pese a una noche de protestas en toda Cataluña en la que un centenar de personas tuvieron que ser atendidas por los servicios médicos, el arresto de Puigdemont en el norte de Alemania deja al movimiento independentista debilitado, tras el encarcelamiento o exilio de sus principales líderes.
Puigdemont, que huyó a Bélgica hace cinco meses después de que le cesara e interviniera la autonomía, afronta delitos que incluyen la rebelión, penado con hasta 30 años de prisión.
La mayoría de los analistas creen que Cataluña seguirá inmersa en la inestabilidad política hasta que se celebren nuevas elecciones que puedan arrojar un gobierno estable, pero dudan de que eso pueda llevar a más altercados en las calles de Cataluña.
Una manifestación contra su detención el domingo en la que participaron decenas de miles de personas en Barcelona se ramificó en enfrentamientos a pequeña escala con la policía antidisturbios, en una reminiscencia de los episodios violentos del pasado 1 de octubre que se saldaron con unos 800 heridos.
Un centenar de personas resultaron heridas en la región, incluidos 23 agentes de los Mossos d'Esquadra, y nueve personas fueron arrestadas, cuatro de las cuales pasaron a disposición judicial.
Las protestas se recrudecieron a raíz de que el Tribunal Supremo procesara el viernes a 25 políticos catalanes por delitos que incluyen rebelión, desobediencia y malversación de fondos públicos, enviando a varios exconsejeros a prisión preventiva.
El juez reactivó además las órdenes de arresto internacional contra Puigdemont y otros cuatro políticos que se autoexiliaron el año pasado. La exconsejera de Educación Clara Ponsatí dijo el lunes que luchará desde Escocia contra su extradición.
Entre los encarcelados el viernes están el candidato a la Generalitat Jordi Turull, cuya investidura fallida la semana pasada activó un plazo de dos meses al término de los cuales si no hay un gobierno elegido han de convocarse elecciones de nuevo.
"(La detención de Puigdemont) Es una buena noticia, pone de manifiesto que las instituciones funcionan y que todos somos iguales ante la ley", dijo la vicepresidenta del Gobierno español, Soraya Sáenz de Santamaría, a periodistas el lunes.
La respuesta política y judicial a la crisis catalana parecía ir a cerrar un nuevo capítulo de la peor crisis institucional desde la restauración de la democracia.
"Da la impresión de que el movimiento separatista se está desmoronando", dijo el analista de Kepler Cheuvreux Adrian Zunzunegui en una nota el lunes. "Esperamos unos meses más de incertidumbre, y lo más probable es que se convoquen elecciones", añadió.
Pese a que el apoyo al independentismo en la región ha caído desde la declaración unilateral de independencia de octubre, las formaciones secesionistas siguen siendo hoy mayoría en una cámara regional fragmentada en la que la fuerza más votada es la unionista Ciudadanos.
El lunes, el parlamento catalán convocó un pleno para reivindicar la figura del expresidente catalán.
DÍAS DE ESPERA
Un tribunal alemán decidió el lunes mantener en prisión preventiva al líder independentista, tras comparecer ante la corte regional de Naumuenster, en el norte de Alemania.
"Parecía calmado y tranquilo", dijo el fiscal Georg-Friedrich Güntge a los periodistas cuando se le pidió que describiera la comparecencia de Puigdemont ante el juez.
Otra instancia judicial, el Alto Tribunal Regional de la localidad de Schleswig, será responsable de dilucidar si concede la extradición a España. El tribunal no tendrá una decisión al respecto hasta después de Semana Santa, dijo una portavoz de la Fiscalía.
Puigdemont, que se había afincado en Bélgica tras abandonar España, no prevé pedir asilo político en Alemania, dijo su abogado Jaume Alonso-Cuevillas a la televisión catalana el lunes por la mañana.
El exlíder catalán, que fue cesado en octubre por el Gobierno español, entró en Alemania procedente de Dinamarca tras abandonar el viernes Finlandia.
El experiodista de 55 años probablemente encuentre pocos apoyos entre los políticos alemanes, que se han puesto mayoritariamente de parte del presidente del Gobierno español, Mariano Rajoy, que cesó al Ejecutivo catalán, tomó las riendas de la región y convocó elecciones tras la declaración unilateral de independencia en octubre.
Un portavoz del Gobierno alemán dijo el lunes que el caso estaba siendo manejado cumpliendo la legislación alemana y lo que dicta la orden de arresto europea, y que la cuestión catalana sólo podrá resolverse dentro del marco de la legalidad española.
En declaraciones publicadas el lunes, Elmar Brok, miembro alemán de la Eurocámara y estrecho aliado de los conservadores de la canciller Angela Merkel, dijo que Puigdemont había "violado claramente la legislación y la Constitución española".
"Estaría bien asesorado si pusiera fin a esto de forma pacífica", dijo Brok al diario regional Neue Osnabruecker Zeitung.
Brok añadió que la búsqueda catalana de la independencia era imposible y que Madrid y Barcelona deberían iniciar conversaciones en pos de un mayor grado de autonomía regional.
Información adicional de Emma Pinedo e Inmaculada Sanz en Madrid, Elisabeth O'Leary en Londres y Paul Carrel y Thorsten Severin en Berlín
