El Ministerio de Economía español dijo el jueves que ha aplazado de manera indefinida la colocación en bolsa del 30 por ciento de Loterías y Apuestas del Estado ante las condiciones adversas del mercado.
"No se dan las condiciones adecuadas de mercado para garantizar unos ingresos que reflejen su valor", dijo el Ministerio en una nota en la que se señaló que la operación se retomará "cuando las circunstancias del mercado lo recomienden".
El Estado tenía previsto ingresar entre 7.000 y 9.000 millones de euros con la que iba a ser una de las privatizaciones más grandes de la historia y que pretendía cerrar en vísperas de las elecciones generales y en contra de la opinión del principal partido de la oposición y favorito en los comicios.
El responsable económico del Partido Popular, Cristóbal Montoro, había pedido esta misma semana la paralización de la privatización de Loterías y también del gestor aeroportuario AENA al considerar inadecuado que se realicen con procesos electorales de por medio.
De haber salido adelante, la oferta probablemente habría tenido que contemplar fuertes descuentos sobre el valor en libros de la empresa para atraer a los inversores, como les ocurrió a Bankia y Banca Cívica este mismo verano (60 por ciento respecto en los dos casos).
La ministra de Economía reconoció que los precios que se manejaban para la operación no eran satisfactorios para el Gobierno.
"Podía haber el riesgo de que finalmente el precio de colocación fuera inferior a lo que era ese precio contable", dijo en declaraciones a Cadena Ser Elena Salgado, que dijo que la valoración contable de Loterías era de 20.800 millones de euros.
Salgado minimizó el impacto que pueda tener la noticia para la prima de riesgo española, señalando que los ingresos previstos por la operación –que no servirían para rebajar el abultado déficit público español pero sí podrían haber reducido el volumen de deuda– eran reducidos si se compara con los 190.000 millones de euros que prevé emitir en deuda el Estado este año.
EL PEOR MOMENTO POSIBLE
Una fuente de una entidad que participaba en la colocación explicó que, además del mal momento de mercado, no se ha recibido la respuesta internacional que se esperaba en los tanteos preliminares a pesar del caracteres anticíclico del negocio.
Numerosos agentes económicos habían señalado la dificultad de salir a bolsa en medio de las actuales turbulencias del mercado y con el Ejecutivo presionado, al igual que el resto de los socios europeos, en cumplir con las ambiciosas metas fiscales pese a un entorno económico débil.
Pese al desfavorable entorno, el Gobierno y los responsables de Loterías habían reiterado en diversas ocasiones que la colocación seguía adelante y el mismo viernes pasado el Ejecutivo había autorizado la oferta pública de venta (OPV), que se esperaba para en torno al 18 de octubre, con el atractivo de un goloso dividendo y unos ingresos estables.
Se esperaba que la estructura de la OPV hubiera apelado en un porcentaje elevado a los inversores minoristas ante las dificultades para atraer demanda mayorista en la actual aversión al riesgo, con el hándicap añadido de la marca España, muy deteriorada con la crisis de deuda de la periferia europea.
España ya vivió una prueba de fuego en materia de salidas a bolsa cuando a contracorriente Bankia y Banca Cívica sortearon en verano uno de los más duros panoramas para la captación de capital de la historia reciente gracias a unas fuertes rebajas en sus ofertas.
No obstante, en el caso de las reconvertidas cajas las necesidades de salir a bolsa era más apremiante por la obligatoriedad de recapitalizarse para cumplir con las exigencias regulatorias y el descrédito que hubiera supuesto para el sector financiero español y en consecuencia para las cuentas públicas.
Por contra, Telefónica aparcó sus planes de salida de su unidad de atención al cliente Atento en junio.
Cuando Bankia salió, fuentes cercanas al proceso indicaron que habría considerado postergar la salida si la prima de la deuda española a 10 años sobre su par alemana llegaba a los 350 puntos básicos (pb), nivel superado ampliamente en las semanas posteriores, aunque en la actualidad se sitúa en los 308 puntos, aunque con gran volatilidad.
Loterías, cuyas administraciones son parte de la vida cotidiana de los españoles, logró beneficios de 3.000 millones de euros en 2009, un 3,5 por ciento más que el año anterior, más allá de la crisis económica, y es considerada la joya de la corona de las privatizaciones.
El Gobierno había puesto en marcha el proceso de salida a bolsa en diciembre pasado como parte de un ambicioso programa de privatizaciones con el objetivo de reducir la deuda del Estado y alejar el temor a que España se convirtiera en el cuarto país rescatado de la eurozona después de Grecia, Irlanda y Portugal.
Los coordinadores de la operación eran Santander y BBVA, Goldman Sachs, JP Morgan, UBS y Crédit Suisse, mientras que Citi, Deutsche Bank y Morgan Stanley eran los 'bookrunners'.
