WASHINGTON (Reuters) – El presidente de Estados Unidos, Barack Obama, pidió el lunes rechazar el «absolutismo» y el rencor partidario al estrenar su segundo mandato con un llamamiento a la unidad nacional, fijando un tono pragmático de cara a los complejos desafíos a los que se enfrentará en los próximos cuatro años al frente del país.
La ceremonia de toma de posesión en el Capitolio estuvo plagada de la tradicional pompa, pero fue menor si se compara con el histórico inicio de su presidencia en 2009, cuando Obama llegó al poder envuelto en un manto de esperanza y cambio como primer presidente negro del país.
Con las expectativas para su segundo mandato moderadas por la debilidad económica y la realidad política de un Washington dividido, Obama reconoció la dificultad del camino por delante, aún cuando buscó recuperar el impulso de su decisiva victoria electoral en noviembre.
"No podemos confundir absolutismo con principios, o sustituir espectáculo por política, o tratar los insultos como un debate razonable. Tenemos que actuar, sabiendo que nuestro trabajo será imperfecto", dijo en su discurso en el Capitolio.
Frente a un mar de banderas, el presidente estadounidense habló a una multitud de cerca de 700.000 personas, menos de la mitad del récord de 1,8 millones que presenciaron su llegada al poder por primera vez hace cuatro años.
Obama llegó a su segundo discurso de investidura con pie firme, con los números de las encuestas en alza, con los republicanos a la defensiva y con una serie de logros durante su primer mandato, como la reforma del sistema sanitario estadounidense, el fin de la guerra en Irak y el asesinato de Osama bin Laden.
Pero las batallas en torno al presupuesto, el control de armas y la inmigración se están endureciendo, con los republicanos listos para oponerse casi en todos los casos y Obama aún con aparentes dificultades para lograr incorporarlos a un acuerdo.
SEGUNDA TOMA DE POSESIÓN
Cuando el lunes Obama levantó su mano derecha y el presidente de la Corte Suprema, John Roberts, le tomó juramento fue la segunda vez que el líder tomaba posesión en 24 horas, aunque esta vez con decenas de millones de personas viéndolo por televisión.
El presidente sonrió ante los cánticos de "¡Obama, Obama!" que coreaba la multitud.
Obama realizó una toma de posesión formal el domingo en la Casa Blanca, dado que por mandato constitucional el presidente debe asumir el cargo20 de enero. Y en lugar de efectuar el acto completo el domingo, los principales eventos públicos se pospusieron para el lunes.
Dos actos de toma de posesión marcaron otro hito en la vida política de Obama, un hawaiano afroamericano, hijo de padre negro procedente de Kenia y madre blanca de Kansas.
Un electrificante discurso en la convención demócrata de 2004, cuando era un legislador del estado de Illinois poco conocido, lo puso en la escena nacional, desencadenando una rápida trayectoria en el Senado de Estados Unidos y pocos años después, hacia la Casa Blanca.
Obama, de 51 años y con el cabello visiblemente más canoso que hace cuatro años, buscó tranquilizar a los estadounidenses y animarlos a ayudarlo a ocuparse de los temas inconclusos. Su amplio discurso tocó una amplia variedad de temas, incluyendo el cambio climático, los derechos de los homosexuales y las revueltas democráticas de Oriente Próximo.
El presidente demócrata, que derrotó en las elecciones presidenciales del pasado noviembre al republicano Mitt Romney tras una agria campaña, inicia su segundo mandato enfrentándose a muchos de los problemas que lo persiguieron en sus primeros cuatro años en el cargo: una tasa de desempleo persistentemente alta, la aplastante deuda pública y una profunda división políticas. La guerra en Afganistán, que Obama está terminando, se ha prolongado durante más de una década.
Obama pidió también en su discurso centrarse en la prosperidad de la clase media en lugar del éxito de unos pocos. "La prosperidad de Estados Unidos debe descansar en los anchos hombros de la clase media", señaló.