Un fuerte terremoto sacudió el martes a México cerca de la costa del Pacífico, causando muchas escenas de pánico, daños menores en edificaciones y el derrumbe de varias casas en zonas rurales, pero sin que se produjeran fallecidos.
Dentro del país, el seísmo de magnitud 7,4 fue sentido con más intensidad en los estados sureños y costeros de Guerrero y Oaxaca y en los centrales de Puebla y Estado de México, además del Distrito Federal.
El Ministerio del Interior informó de que el terremoto provocó 11 heridos.
La estatal petrolera Pemex dijo que sus operaciones en la costa del Pacífico operaban normalmente, incluyendo la refinería de Salina Cruz, la mayor del país.
Miles de personas evacuaron edificios en la Ciudad de México y se agolparon en las calles buscando refugio ante eventuales derrumbes bajo el sol del mediodía, en pleno horario de trabajo y de cursos escolares. Los sistemas de comunicación se colapsaron y hubo cortes del servicio eléctrico.
"Cada vez que tiembla me aterra. Empiezo a rezar porque me recuerda el terremoto de 1985 que fue durísimo y mató a miles de gentes", dijo una mujer que se santiguaba mientras caminaba en medio de una evacuación de la capital, en una calle copada de altos edificios de oficina de los que salían gran cantidad de personas.
En ese terremoto de magnitud 8,1 y de más de dos minutos de duración, que lo convirtieron en el más mortífero en la historia del país, se calcula que murieron unas 10.000 personas y decenas de miles de estructuras fueron dañadas.
El seísmo golpeó con mayor fuerza en el estado suroccidental de Guerrero, donde unas 800 casas resultaron dañadas, indicaron responsables. El gobernador del estado, Ángel Aguirres, dijo que tenía noticias de que algunas viviendas se habían derrumbado, aunque las autoridades estatales no pudieron confirmar esto.
"Estamos estableciendo albergues y revisando todo lo que son escuelas y edificios públicos, afortunadamente hasta este momento no tenemos ningún reporte ni de lesionados, ni de pérdidas humanas", dijo Aguirres en una entrevista con Milenio televisión.
En el vecino estado de Oaxaca, 68 casas fueron dañadas y al menos cinco personas resultaron lesionadas, una de ellas de gravedad, en el área aledaña a la localidad de Pinotepa Nacional cerca de la costa del Pacífico, informaron servicios locales de emergencia.
DESPUES DEL PÁNICO, LA CALMA
El Ministerio del Interior de México dijo que el país continuaría en alerta elevada por las próximas 24 horas después de que se registraron 18 réplicas tras el terremoto inicial, que ocurrió al mediodía y se sintió hasta en Guatemala. Algunas réplicas fueron de magnitud superior a 5.
El habitual caótico tráfico de la capital se complicó aún más por las evacuaciones y porque algunos semáforos dejaron de funcionar.
"Nunca había sentido uno tan fuerte, creí que se caía el edificio", dijo Sebastián Herrera, de 42 años, a cargo de un negocio de impresión digital en una zona céntrica de la capital, donde las autoridades informaron sobre fisuras en decenas de edificios y seis hundimientos.
También fue suspendido el servicio de una línea del metro capitalino para revisar algunos daños.
Pocas horas después del temblor, el sistema de salud operaba normalmente y se estaba restableciendo la distribución de energía, dijeron autoridades.
El presidente Felipe Calderón dijo que no había información de daños graves y expertos señalaron que el impacto del terremoto no parecía grave.
Eqecat, un compañía de modelos de desastres cuyo software es usado por las aseguradoras para predecir la exposición a desastres naturales, estimó que las pérdidas aseguradas producto del terremoto ascenderían a menos de 100 millones de dólares.
El Servicio Geológico de Estados Unidos (USGS) informó de que el epicentro fue a 136 kilómetros al suroeste de Huajuapan de León, en el estado de Oaxaca y a una profundidad de 20 kilómetros.
Según sus registros, este sería el terremoto más fuerte desde uno de 7,6 en Colima, en la costa del Pacífico, en 2003, que dejó al menos 29 muertos y 300 heridos.
Los mercados mexicanos también sintieron el temblor. El peso se depreciaba mientras que la bolsa declaró en receso sus operaciones después del terremoto, que forzó a evacuar muchos de los edificios donde operan bancos y casas de bolsa.
