MADRID (Reuters) – Un total de 21 inmigrantes subsaharianos que formaban parte de un grupo de 100 personas tratando de acceder a España superaron la valla fronteriza que separa Melilla de Marruecos, informó el viernes la Delegación del Gobierno en la ciudad autónoma.
El intento se produjo el jueves por la tarde en las inmediaciones de la zona fronteriza conocida como el Barrio Chino. En un primer momento lograron entrar ocho inmigrantes y el resto fueron parcialmente dispersados por las fuerzas marroquíes, según la delegación.
Posteriormente, unas 40 personas se encaramaron a las vallas fronterizas y permanecieron allí durante unas dos horas. Varios de ellos lograron entrar en la ciudad. Tres fueron trasladados al Hospital Comarcal y fueron tratados por hipotermia y erosiones leves y el resto se encuentran en el CETI, el centro de estancia temporal para inmigrantes, agregó la delegación.
El Gobierno español redobló los efectivos de las fuerzas de seguridad
el mes pasado, después de que alrededor de medio millar de personas
lograran saltar desde Marruecos en la avalancha más importante desde
hace años.
Desde entonces se han producido varios intentos de salto masivos a unas vallas que tienen cuatro metros de altura y están coronadas por concertinas.
Frente a las 1.074 personas que cruzaron el perímetro en 2013, que se extiende a lo largo de 12 kilómetros, más de 1.600 lo han logrado en lo que llevamos de año.
Miles de inmigrantes recorren miles de kilómetros por suelo africano y acampan luego durante meses en Marruecos, cerca de Ceuta y Melilla, para tratar de superar las vallas que separan Marruecos de España en busca de una vida mejor en Europa.
Una vez en Ceuta o Melilla, los inmigrantes son internados en centros de acogida, normalmente saturados, mientras se tramita su situación y su potencial repatriación. Muchos acaban siendo trasladados a la península ibérica ante la falta de espacio y acaban yéndose al resto de Europa.
Las negociaciones en la UE de cara a una solución
europea al problema han avanzado poco a pesar de los llamamientos de
España e Italia, otro país afectado por la llegada masiva de inmigrantes
para que sus socios del norte de Europa compartan un mayor compromiso
en el problema.
