Mientras que se espera un acuerdo para la votación en la Unión Europea para las líneas maestras de los países miembros en repatriación, el presidente de la República, Giorgio Napolitano, frena a Berlusconi en el Decreto para la inmigración ilegal. Napolitano ha dispuesto que las espectaculares medidas, que incluyen un "ejército del bien", se apliquen sólo en caso de emergencia y no en cualquier momento, como quería el nuevo Gobierno de Berlusconi.
El Presidente de la Republica Italiana, Giorgio Napolitano, ha decidido poner límites al controvertido decreto sobre inmigración propuesto por el Gobierno de Silvio Berlusconi, que permitía la expulsión masiva de inmigrantes entre otras drásticas medidas. El plan, pendiente de aprobar, está previsto que entre en vigor el próximo 21 de mayo en el Consejo de Ministros que se celebrará en Nápoles.
Entre sus líneas maestras se encuentran la lucha contra la inmigración clandestina y la gestión de las relaciones con los países comunitarios, con Rumanía a la cabeza, sobre la base de la directiva de la Unión Europea que prevé la repatriación de los ciudadanos comunitarios que no tienen rentas y delinquen.
Las medidas propuestas por Berlusconi pasan por el cierre de fronteras y la identificación de los ciudadanos extranjeros que no tienen trabajo y son forzados a una vida criminal. El segundo paso será crear un "ejército del bien" formado por policías con el fin de defender a los italianos del "ejército del mal" en las calles.
El presidente Napolitano permitirá que militares patrullen los lugares donde se asientan los inmigrantes ilegales, así como el incremento del tiempo en los centros de internamiento, pero no permitirá que se expulse masivamente a los inmigrantes ilegales ni que se cierren las fronteras.
Sin embargo, parece que Berlusconi ha hecho caso omiso a su presidente y ha comenzado su batalla contra la inmigración aplicando mano dura contra cientos de supuestos inmigrantes ilegales. Ayer mismo la policía italiana detenía a casi 400 extranjeros en numerosas redadas llevadas a cabo por todo el país con la colaboración de la policía rumana, ante la creciente tensión entre ambos países.