Un estudio de PwC constata que cuando la mayoría de los recursos financieros de la familia están unidos en la empresa los integrantes pueden ser reacios a asumir riesgos que en realidad podrían ser buenos para el negocio. En España, un 54% de las compañías han suscrito un plan de sucesión en la jefatura de la empresa.
Si el trabajo de un Despacho de Abogados muchas veces es una tarea de equipo, ¿qué ocurre cuando el jefe es el padre, o el hermano?, ¿y si entre marido y mujer hay un desacuerdo grave en cómo enfocar un asunto?, ¿y cuando el padre está con un pie en la jubilación pero no acaba de ceder los mandos? Todas estas preguntas flotan en muchos bufetes en los que el trabajo no es que “se lleve a casa”, sino que “está en casa”.
Según un estudio de PwC, las empresas familiares más exitosas son aquellas en las que hay un buen equilibrio entre los tres círculos, con una gestión profesional de los asuntos, un dueño del negocio responsable y equilibrado, que obra ‘ajeno' a lo que pase en casa y una dinámica familiar armónica.
Las empresas familiares que se adaptan a estas características suelen tener por escrito los acuerdos acerca de la composición y elección de los titulares, qué tipo de acuerdos requiere cada decisión (de las más pedestres como compra de mobiliario o fungibles a más trascendentes, como contratación de empleados) y las condiciones en las que miembros de la familia pueden o no trabajar en la empresa. También cuentan con procedimientos sólidos de gobierno, son capaces de hacer mediar a un tercero en una situación complicada y supervisar el rendimiento de los familiares que trabajan para la empresa. De hecho, el estudio refleja que cuando la mayoría de los recursos financieros de la familia están unidos en la empresa, los integrantes pueden ser reacios a asumir riesgos que en realidad podrían ser buenos para el negocio.
A pesar de las tensiones que se dan en los despachos familiares, parece que prevalece el buen tono. Hace un tiempo, Miguel Ángel Davara, de Davara & Davara, quien trabaja mano a mano con sus hijas nos comentaba que "me enriquece ver cómo enseño lo que sé a mis hijas y cómo aprenden de mis errores. Además, creé este despacho hace muchos años con la meta y la ilusión de poder transmitirlo a mis hijos y que ellos continuaran con mi legado, justificación por sí misma de tantos sacrificios y sinsabores que con frecuencia ello conlleva". Profundizaba, además, en que "las teóricas diferencias generacionales son en ocasiones más una excusa de falta de comunicación y equilibrio interpretativo en cuestiones igualmente asumidas, que diferencias en sí. No obstante, ambas partes, en la necesidad de unificar criterios y soluciones, liman con facilidad estas diferencias, que sin ninguna duda existen. Concretamente, en aspectos de decisión suele primar la experiencia, que escucha siempre la voz de todos y aprende de ello".
El día a día en cifras
El estudio de la red global de PwC constata el optimismo moderado de la mayoría de los empresarios familiares respecto al futuro inmediato, aunque los empresarios familiares españoles son cautelosos: menos de la mitad (un 46%) pronostica un año de crecimiento y expansión en sus negocios.
La encuesta sondeó también acerca de la captación y retención de talento y también aquí se aprecian algunas diferencias en las respuestas de los empresarios a nivel global respecto a las opiniones españolas. Un 75% de los encuestados señala la retribución salarial como principal reclamo para el talento, porcentaje que cae hasta el 59% entre los sondeados españoles.
Los proyectos de trabajo desafiante, un 63%, y los planes de carrera, un 57%, son las siguientes medidas favoritas para los empresarios familiares del mundo. En cambio, los directivos españoles consideran más efectivos los planes de carrera, un 55%, y la conciliación de la vida laboral y la personal, un 48%, para fichar a profesionales interesantes para elevar la productividad de la empresa.
Casi la mitad de los empresarios familiares sigue sin tener un plan de sucesión, un porcentaje similar al registrado en la encuesta hace dos años. En España, un 54% de las compañías han suscrito un plan de sucesión.
El estudio revela asimismo que muy pocas compañías familiares están preparadas para resolver los conflictos que puedan surgir entre miembros de la familia. Tres de cada diez empresarios encuestados a nivel global afirman disponer de protocolos para solucionar disputas familiares, un porcentaje ligeramente superior (un 34%) en las compañías españolas.