Antes de la celebración del juicio en el que nuestro cliente vaya a asistir y participar (caso de que lleve a cabo el interrogatorio de parte), es fundamental que el abogado realice un proceso de "educación del cliente" destinado a familiarizarlo con el acto del juicio y, así, lograr la máxima fluidez y eficacia de su intervención.
Acorde con ello, el post que nos ocupa se dirige a concretar el mensaje que todo abogado debe transmitir al cliente a fin no solo de alcanzar dicha fluidez, sino de evitar sobresaltos causados por el desconocimiento del cliente.