"Just because you can't know everything about what will happen, that doesn't mean you shouldn't do anything." Sheila Spicer, a director of the Law Society of England and Wales.
Las circunstancias globales han cambiado radicalmente. Las firmas de abogados no han estado exentas de esta dinámica. En su gran mayoría, las firmas enfrentan hoy un panorama que nunca antes habían vivido. Las prácticas que normalmente habían constituido un salvavidas (litigio, laboral, concursal) no han podido equilibrar la caída en la demanda de servicios del resto.
En su avance del 17 de Marzo de 2009 de AMLaw 100, American Lawyer reporta una caída del 5% en el promedio de los ingresos al cierre de 2008 en las 50 firmas más grandes de los EUA (medidas en términos de ingresos). Los ingresos promedio de estas firmas cayeron de US$643 a US$621.4 millones. El efecto proyectado para 2009 se espera mucho peor, teniendo en cuenta que el primer semestre de 2008 fue un período bueno para los despachos. En cuanto a los despidos, el portal de internet abovethelaw.com lleva contabilizados, en 2009, 5.408 personas solamente en las firmas grandes de los Estados Unidos de América, de los cuales 2.149 son abogados y 3.259 staff administrativo. En Londres el acumulado de abogados despedidos a lo largo de la crisis es de 2.725.
El efecto en los mercados secundarios y emergentes no ha sido el mismo, pero las consecuencias de los recortes en los presupuestos de las empresas, empiezan a ser percibidos en el medio.
Dan DiPietro, la cabeza del grupo especializado en firmas de abogados en Citi Private Bank, citado por la publicación The Lawyer, habla ya del paradigma que enfrentan las firmas de abogados, cuando más que un ciclo recesivo enfrentamos un cambio sustancial en el mercado.
Dependiendo de la cultura de cada firma, los problemas se encaran de distintos modos: Hay quienes empiezan a buscar oportunidades y desarrollan distintos escenarios, replanteando sus planes estratégicos; combinando un análisis interno y uno externo. Hay otros que prefieren centrarse en la parte interna y se plantean ajustes y recortes. Por último hay firmas que se desgastan en discusiones internas que impiden tomar decisiones. La búsqueda de los consensos, el esquema tradicional para la toma de decisiones en los despachos de abogados, termina por impedir enfrentar un problema que crece cada día.
La peor opción posible es la parálisis e ignorar la realidad. Es necesario analizar diversos escenarios y definir estrategias para enfrentarlos. Las crisis presentan oportunidades, pero es necesario estar listos para aprovecharlas. Al haber menos negocios, la competencia es más dura, todos estamos buscando oportunidades. La agilidad de reacción, dada en gran medida por los esquemas internos para la toma de decisiones, define las posibilidades de éxito.
Los análisis en tiempos de crisis no pueden centrarse en cuestiones retrospectivas y puramente numéricas. Las proyecciones conforme a los esquemas tradicionales no están funcionando, hace falta prever más allá. La comunicación estrecha con los clientes importantes es fundamental. En la medida que los despachos conozcan las expectativas de gasto y recortes de sus clientes, podrán empezar a ajustar sus presupuestos internos y definir estrategias de trabajo y costes que les permitan competir. La comunicación al interior de la firma es trascendental en épocas difíciles, mantener en alto la moral del equipo garantiza poder enfrentar de manera más efectiva la situación y salir fortalecidos. La posibilidad de despidos de personal abre oportunidades para los competidores que quieran apostar al fortalecimiento de sus prácticas.
Al día de hoy, todavía es difícil determinar en qué parte de la curva nos encontramos y qué tan rápida será la recuperación. Antes que nada debemos estar preparados y al día en las circunstancias que afectan a nuestros clientes, estar presentes en todo momento, ayudarlos a identificar los cambios que los pueden afectar y tomar ventaja de aquellos que los benefician. Adaptarnos a los nuevos tiempos, desarrollar esquemas de trabajo eficientes que generen valor para los clientes y les permitan presupuestar el costo de los servicios. Siempre hay oportunidades, y para poder aprovecharlas es necesario tomar decisiones.
