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25/04/2024. 16:19:23

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El arancel de aduanas

Profesor de Investigación del CSIC

A. J. Vázquez Vaamonde

Decía LA CODORNIZ, “la revista más audaz para el lector más inteligente”, que alivió la falta de libertad de opinión durante la dictadura, y tenía toda la razón, que la culpa de que hubiera contrabandistas la tenía el arancel de aduanas.

En mi infancia pasaba mis vacaciones en un pueblo limítrofe con Portugal en el que, como es natural, se practicaba el contrabando. Mi visión infantil del mundo de adultos me hacía difícil considerar delincuentes a los contrabandistas; unos tenían una tienda otros un aserradero, todos  eran gente simpática y amable; algunos hasta encantadores. Pero tampoco era fácil identificar delincuencia con defensa de la democracia y de la libertad de opinión.

 El precio de las coras era diferente en cada tienda. No estaba claro cual era el delito por vender café a 80 pta/kg que en Portugal costaba 60 pta pero 140 en Orense. A veces ell tren se paraba en el trayecto Vigo Orense. Cientos  de personas sacaban a toda velocidad por las ventanillas del tren sacos de harina que desaparecían entre los altos maíces en un abrir y cerrar de ojos. Otras veces los trenes tenían vagones precintados de Vigo a Madrid llenos de planchas de cobre. El maquinista y el fogonero solían ir sobre algunas chapas cubiertas de carbonilla, porque la regla es: "o jugamos todos o se rompe la baraja".

Comprar barato y vender caro es la esencia del comercio desde que se inventó; atender las necesidades de la demanda allí donde ésta haga surgir a la oferta. Por esas fechas Francia, Alemania y el Benelux habían creado la Comunidad Económica Europea, algo llamado a cambiar el mundo en pocos años.

Cuando pregunté por qué no estábamos nosotros entendí nuestra exclusión "no nos quieren porque no somos un país democrático"; cuando pregunté ¿por qué no nos unimos a Portugal? que también tenía un dictador, la explicación: "no nos conviene, ellos tienen guerra en Angola y Mozambique y nos veríamos comprometidos"  fue dada entre risas.

            Muerto el dictador se acabó la dictadura. Recuperada la democracia republicana  anterior- sólo en parte que tenemos un sucedáneo con Jefatura del Estado designada por Franco – desaparecieron las fronteras con Francia – de donde se traían vajillas de dúrales, faldas de tergal, etc., – y de Portugal – de donde lo que ya se traían no eran radios de pilas sino televisores en color – entramos en la Unión Europea.

Los contrabandistas desparecieron al desaparecer el arancel de aduanas; fueron unos precursores – free lance – del mercado común. En su modestia, no han reivindicado el reconocimiento por su labor social hecha con riesgo de su libertad al no respetar unos "bandos" insensatos y perjudiciales para el ciudadano común.

            Ahora, los capitalistas han impuesto la globalización del mercado estableciendo la libre circulación de mercancías. Siguen prohibiendo – su  ética es el dinero, no las personas –  la libre circulación de personas. Espero que, como ocurrió  con el mercado común, pronto se haga extensiva las libertad a la circulación de personas, que es lo decente.  De ello sólo resultarán beneficios, como se ha demostrado en el caso europeo.

            Este preámbulo viene a cuenta de la reciente información aparecida en la prensa de que un ciudadano español al que la Organización Nacional de Trasplantes "condenó a muerte", de facto, al negarle esa opción en cumplimiento de las normas que ella misma se había dado, pero que nadie conoce. Decidió ir "contra el bando" y se buscó la vida como pudo. Pudo en China donde, hechas las pruebas de compatibilidad adecuadas para que el trasplante fuera posible, le implantaron el hígado de un chino muerto.

Como los contrabandistas de mi infancia los creadores de normas que organizan el negocio del trasplante en España, la ONT de España han puesto el grito en el cielo. Destacan la inmoralidad de querer seguir viviendo; alegan que quizá el hígado procede de un chino asesinado por la autoridad china según su soberana legislación. Es posible que sea así o no; además, el receptor no asesina a nadie; por último, fue la ONT, que le negó el trasplante, la que le obligó a ese recurso ¿o debía aceptar su condena a muerte?.

Demasiada hipocresía moral: ¿es inmoral que asesinen a un chino, cuya ley soberana respetamos o la queja es porque la ONT que le negó el trasplante queda en evidencia porque el trasplante era posible?. No cabe endosar al trasplantado el presunto asesinato del chino – una mera hipótesis – mientras intentamos aumentar las relaciones comerciales con la China cuyo gobierno – según acusamos  – asesina a los chinos que discrepan de las opiniones del mando. "Inmoralidad por inmoralidad", es menos indecente beneficiarse del chino muerto para seguir viviendo que hacerlo para, "fol·lalse" como hacen legítimamente "nuestlos honolables emplesalios" que así sostienen un régimen del que se sabe que, como otros, p. ej. USA, asesinan legalmente a sus ciudadanos.

            La ministra de Sanidad – ¡qué oportunidad de callarse! – terció diciendo que lo hecho por ese español en China no era ilegal y que por lo tanto no era responsable ante la justicia. ¿Pasó por su mente meterlo en la cárcel?. La decisión de la ONT que le privó del trasplante, es decir de la vida fue tan legal como la decisión de la justicia china cuando privó de vida a otra persona, vaya o no a utilizar luego sus órganos para un trasplante.

            Me planteé ser donante multiorgánico cuando recibí una propaganda de la ONT. Les pedí información sobre los criterios para negar a un ciudadano español la opción al trasplante Me la negaron pese a que les dije que si eran razonables me hubiera convertido en donante. No cabe reprocharles que perdieran a un donante; si eran conscientes de que los criterios no eran razonables, no lo perdieron al ocultárselos, pero ¿por qué son secretos esos criterios que, de ser razonables, fomentarían las donaciones?. ¿Por qué es mejor ocultarlos que lograr donantes que salvaría vidas o mejor su calidad?.

En la prensa leo una acusación directa y clara del tejemaneje económico que hay detrás de esta actividad sanitaria de trasplantes (EL PAIS, 18.03.2010). Ese montaje económico no existe – ¡todavía! – en las demás actividades que salvan también vidas, muchas de ellas exigiendo una mayor profesionalidad. No entiendo ese rosario sin fin de alabanzas a unos profesionales que sólo hacen su trabajo porque les dan gratificaciones extraordinarias. Deberían considerar que sería delictiva su actuación si se negaran a realizarla en la jornada laboral por el salario que ya cobran. Es claro que hay un toque comercial, denunciado en la prensa, en todo este asunto de las gratificaciones.

La ONT no desmiente esta acusación. Eso invita a considerar que es real la organización del negocio oneroso del trasplante que dirige la ONT. No se comercia con órganos, pero se comercia con su trasplante ¿No es igualmente comercial?. La Ministra de Sanidad no informa cuanto cobra cada interviniente en la extracción transporte e implante del órgano. Pero estoy seguro que ocurre en jornada laboral, se utilizan los equipos e instalaciones públicas. ¿Cuál es el concepto para "esas gratificaciones" que convierten en onerosa, dándole un toque comercial opaco, ajeno a una actividad sanitaria?

En los años 40, el sistema sanitario español negaba la penicilina a algunos españoles, penicilina que sí había en Portugal. Algunos salvaron la vida de algún miembro de su familia a costa de un gran esfuerzo económico cometiendo el delito del contrabando. Nadie les reprocho por falta de ética esta actitud objetivamente delictiva

Hoy el sistema sanitario español niega el trasplante a algunos españoles, que hay en otro país. Algunos salvaron la vida de algún miembro de su familia a costa de un esfuerzo económico inmenso sin cometer delito.

Yo tengo claro donde falta la ética; no a quien quiere seguir viviendo.

            Se alaba el altruismo de los donantes, que no de los sanitarios. Son los nombres de los donantes los debieran de ser públicos. Sus familiares debieran recibir en una ceremonia digna la medalla al mérito sanitario por su generosidad con un desconocido

            Eso sería una actuación más decente por parte de la ONT que la de denunciar el comercio de órganos internacional y practicarlo financiando a unos profesionales ¿porque si no se negarían a hacer su trabajo? Lo correcto sería exigirles que ya que por eso cobran su sueldo, como ocurre en otros países, no pidan subvenciones adicionales a costa del beneficio de la solidaridad gratuita de los donantes. Es urgente modificar el protocolo de trasplantes y, además, hacerlo transparente.

Cumplido el único y exclusivo requisito de compatibilidad entre órganos, el orden de trasplante debe marcarlo el mayor tiempo esperándolo, se tengan 9 o 90 años. El art. 14 CE prohíbe la discriminación por razón de edad. Hablamos de derechos humanos. El rendimiento de vida post-trasplante es un criterio mercantil, no ético. La vida, dure lo que dure, vale igual ante la ley. ¿Qué criterio aplica la ONT? Su negativa a que se conozca nos hace temer lo peor.

Luz y taquígrafos era una exigencia al Parlamento; también a la actuación de la ONT. No es admisible ese oscurantismo gremial y político. Está en juego nuestra vida.

¿Turismo de trasplantes? ¡Cómo se puede ser tan frívolo! El art. 15, CE, inmediato al 14 que prohíbe la discriminación por razón de edad, reconoce el derecho a la vida.

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