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28/03/2024. 21:37:34

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La estimación objetiva en el IRPF

Varios rollo de euros

¿Qué hacemos con el régimen de módulos del IRPF?

La Cara

Inmaculada Rodríguez Alonso
Abogada y Asesora Fiscal. Imel Consultoría Jurídico-Tributaria. Secretaria de AJE Navarra.

Existe una corriente doctrinal en contra de la existencia del régimen de estimación objetiva de IRPF, más conocida como los “módulos” empeñada en hacer desaparecer esta forma de calcular los rendimientos.

A esta corriente, se le olvida el día a día del empresario. La realidad es que este sistema de determinación de los rendimientos protege al pequeño empresario (que tiene un volumen de negocio inferior a 450.000,00 €/ año en territorio común y 150.250,00 € en Navarra) de la burocracia documental que lleva aparejada el sistema tributario español, tal y como está configurado en la actualidad.

Al comercio de la esquina, la panadería, la peluquería o el bar, típicos negocios que van por “módulos”, que realizan muchas operaciones de poco importe a lo largo del día, de rentabilidades mínimas, no les puedes imponer emitir facturas, o cuantificar su beneficio o su pérdida teniendo en cuenta las miles de facturas de los cientos de proveedores diferentes que tienen, o que realice una declaración de IVA según los ingresos o gastos reales, puesto que ello les supone un tiempo del que carecen, la inversión en unos recursos externos –asesoría de turno-, a la que hay que hacer frente y la asunción de una serie de obligaciones documentales y registrales añadidas que hacen casi imposible su existencia.

Los empresarios individuales que acuden a este tipo de determinación del resultado lo hacen porque están empezando y haciéndose un sitio en el mercado, o porque están al frente de negocios unipersonales cuya rentabilidad no admite la contratación de trabajadores. Estos mismos empresarios estarían felices si pudieran incrementar su facturación y rentabilidad de tal forma que estuvieran en una causa de revocación del régimen de estimación objetiva, pero mientras tanto, se acogen al único sistema de determinación del resultado que les permite estar al frente de su negocio, sin pensar en la burocracia administrativo-tributaria y en cuanto saldrá a pagar el IVA o el pago fraccionado y si podrán pagarlo. Lo saben de antemano y si consideran que es desproporcionado a la realidad de su negocio, siempre tienen la opción de renunciar a él. Y lo mejor de este sistema es que, la decisión de renunciar o no a él, es del empresario, no de la administración tributaria, por tanto ¿por qué pensar en reducir o eliminar los “módulos”, cuando son uno de los pocos reductos de poder que la legislación tributaria deja en manos del empresario individual en vez de en la administración tributaria?.

La Cruz

Amancio Plaza
Investigador-Experto en Instituto Adernova de Investigación Jurídica Aplicada. www. institutoadernova.com

La estimación objetiva por signos, índices o módulos en el IRPF y el régimen especial simplificado en el IVA son un anacronismo injusto en 2012. Sus efectos son perniciosos tanto como herramienta instrumentalizable al servicio de fraudes fiscales escandalosos; cuanto como lastre para la competitividad y la modernización del tejido empresarial español.

El sistema de "módulos" supuso, en 1991-92, un paso atrás significativo en la modernización del ordenamiento tributario español, recuperando "tics" de las evaluaciones globales pre-constitucionales y eliminando un sistema que, entre 1978 y 1991, tuvo como base, siempre, los ingresos reales de los autónomos y micropymes.

El régimen de módulos es, en 2012, sin ambages, un anacronismo. Cuando todos tenemos facebook, la imagen de un empresario-cavernícola que no tiene datos económico-financieros de su empresa es un insulto a la inteligencia de todos. Mucho más cuando "el resto" está obligado a utilizar herramientas avanzadas de firma digital para la presentación de declaraciones. Máxime cuando ningún español puede sobrevivir al BOE sin un asesor fiscal, por muy pequeña que sea su micropyme.

El régimen de módulos es, hoy y siempre, injusto. Si ganas "menos", renuncias al régimen, y tributas por estimación directa; y si ganas más, te beneficias por la no tributación de la diferencia (y tampoco de las ganancias patrimoniales que se acumulen por esa divergencia entre renta real y renta del módulo).

El régimen de módulos es, hoy y siempre, una herramienta "nacida para defraudar". ¡No, los autónomos y pequeños empresarios no son, no somos, unos defraudadores por naturaleza! Pero el sistema permite, por concepto, la generación de dinero negro oficial y, por lo mismo, es un instrumento de blanqueo y generación de facturas falsas de primera magnitud: todo el mundo lo sabe desde 1992, los fraudes detectados son múltiples y recurrentes, los parches variados…, ¡pero aquí sigue el sistema!

Por fin, el régimen de módulos es un elemento distorsionador de la competencia: es un lastre de competencia desleal "oficial y legal" para cualquier autónomo talentoso que haya evolucionado hacia "empresa organizada" y hacia la generación de riqueza con inversión y profesionalización. Muchas empresas han cerrado en los últimos años; conozco a varias que, sin más, certificaron que no eran competitivas al lado de ese mundo oscuro a caballo entre el "modulero legal" y el "ilegal oscurísimo, sin IVA, ni seguridad social, ni nada de nada".

Si fuese un pequeño autónomo intentando sobrevivir les diría a los Sres. que tienen la llave del BOE: ¡déjenme vivir y no me ayuden más, por favor!

La "mini-reforma" en curso no es un pequeño paso que se queda corto, no: ¡es una enorme frustración! Si no se han atrevido a erradicar de raíz algo tan nefasto, ¿se van a atrever en serio con algo?

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