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19/03/2024. 04:22:46

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Cómo se detecta la discapacidad al ingresar en un centro penitenciario

Abogada especialista en discapacidad

Cuando una persona ingresa en un centro penitenciario en España existen unos protocolos de actuación para detectar si pudiese tener algún tipo de discapacidad. Son diseñados por Instituciones Penitenciarias aunque cada centro penitenciario puede adaptarlo modificándolo según el tipo de reclusos que allí residen. Algunos de los residentes en el momento de ingreso ya tienen reconocida alguna discapacidad o estaban en vías de proceso para obtener el certificado de discapacidad. Estas medidas se basan en la normativa constitucional que en su artículo 49 ordena a los poderes públicos que realice actuaciones tendentes a la previsión, tratamiento, rehabilitación e integración de las personas con discapacidad a las que se debe prestar la atención especializada que requieran y los ampararán especialmente para el disfrute de los derechos fundamentales.

Centro penitenciario

Nada más ingresar se intenta detectar a la persona  que tiene discapacidad pero en caso de no detectarse en ese primer momento, también durante su estancia en el centro penitenciario en el módulo donde resida continúa el intento de detección. Una vez detectado que ese interno tiene una discapacidad intelectual por ejemplo se clasifica según las normas internacionales y se intenta que obtenga el certificado de discapacidad poniendo los medios para que se tramite administrativamente a través de  la Comunidad Autónoma, denominándose fase de evaluación. Pasada la misma se realiza la intervención con ese recluso tanto de forma terapéutica como asistencial. Consisten en una serie de acciones que van desde enseñarles hábitos de conducta, de sociabilidad, de aprendizaje o estimulación cognitiva hasta programas ocupacionales. Los reclusos que tienen una enfermedad mental pueden acogerse al programa PAIEM.

Surge el problema de que si se detectan casos de personas con discapacidad ( intelectual o enfermedad mental ) al ingreso en prisión, esa persona tenía ya esa discapacidad antes de ingresar y, por tanto, también la tenía cuando cometió el delito. Y si la tenía cuando cometió el delito nadie lo detectó, quizás si se hubiese detectado durante la tramitación del procedimiento penal tal vez, sólo tal vez, hubiese incidido en su condena, pues  podría haber sido declarado inimputable o semiimputable o haber tenido en cuenta sus condiciones de salud cuando se dictó condena, sobre todo, cuando esa persona tiene una enfermedad mental o una discapacidad intelectual.

Todo esto nos lleva  a que los operadores jurídicos si no están especializados no podrán detectar en el decurso del procedimiento si la persona tiene alguna discapacidad. Porque no es fácil en muchas ocasiones detectar una discapacidad intelectual o enfermedad mental durante un procedimiento penal tan proclive al elemento escrito y la rapidez de la celebración de los actos judiciales. Por tanto, la especialización es necesaria para poder llevar a cabo el acceso a la justicia en la forma en que las normas obligan. Si se detecta en el proceso penal y se tiene en cuenta, la sentencia será distinta pero la  ejecución también  será distinta  si consiste ésta en penas privativas de libertad, no llegará esa persona a prisión en las mismas condiciones que si no se le hubiese detectado.

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