Más que intentar vender servicios, que son copiables por definición, parece más razonable crear nuevas categorías o espacios en el mercado, a escala local, nacional o internacional, en las que nuestro despacho pueda ser la referencia. Es preciso apostar por la diferenciación positiva respecto a la competencia, en un mercado, como el jurídico, percibido como formado por múltiples actores, despachos, que no ofrecen “algo” diferente al resto de competidores.
Apostemos por crear nuevas categorías o espacios en el mercado. Por ejemplo, seamos los primeros en crear un nuevo tipo de asesoramiento o, en un mercado profesional percibido como formado por múltiples despachos tradicionales, seamos un despacho innovador, o bien centrémonos en asesorar a un tipo de empresas con alto potencial de rentabilidad para nuestro despacho.
Descubramos qué hace el resto de despachos y sepamos crear nuestro espacio en el mercado pensando no solo a corto, sino también a medio y largo plazos.
Los mercados suelen ser dominados por quien posee la estrategia adecuada, cuenta con recursos, accesibilidad a su mercado potencial y, sobre todo, voluntad. Si no tenemos accesibilidad hay que intentar crearla, pero lo esencial es tener voluntad. La voluntad mueve el mundo.