El teletrabajo ha pasado de ocupar a un 5 % de los asalariados en España a un 40 % durante el período de estado de alarma. Con la crisis sanitaria, hemos pasado en tres meses de un uso casi ocasional o anecdótico a ser una herramienta fundamental para el sostenimiento de las empresas y de la economía.
La experiencia de estos últimos meses y, dada la posibilidad de que el recurso al teletrabajo se extienda en el tiempo, ha llevado a plantear al Ministerio de Trabajo un Proyecto de Ley que lo regule. El primer paso ha sido abrir el trámite de consultas de cara a elaborar, próximamente, dicho Proyecto de Ley.
Durante el confinamiento se han planteado muchas cuestiones alrededor del teletrabajo, entre otras, los medios se han hecho eco de muchas de estas incógnitas en las últimas semanas: ¿cómo se ficha?, ¿cómo te mide el tiempo de trabajo?, ¿quién pone a disposición del trabajador los medios para el desempeño de la actividad (ordenadores, impresoras, silla, mesa…)? ¿quién paga la wifi, la climatización…? ¿cómo se regulan las horas extras?…
La percepción de los teletrabajadores es de haber estado trabajando más horas que en su vida presencial. La instalación en los hogares ha sido un reto, ya que se han tenido que adaptar espacios, medios y compartir el tiempo de trabajo con otros miembros de la familia y con los hijos, lo que en algunos momentos hacía difícil la convivencia, la conciliación y la dedicación laboral.
Aunque en mayor o menor medida el reto se ha ido superando, el debate de regular más profundamente el teletrabajo ha sido una demanda de los sindicatos y de los agentes sociales. Mientras que para las asociaciones empresariales no es una prioridad su regulación, sí lo es para los sindicatos. En opinión de UGT, los «equipos informáticos, conexión y demás equipamiento debe correr a cargo de la empresa ex lege«. Una exigencia, según este sindicato, que la Ley tiene que establecer tanto de los equipos como de su mantenimiento. Para este sindicato, la empresa también debería asumir los costes (luz, wifi, climatización…) de la actividad, debiéndose cubrir unos con una cantidad mensual y otros con una aportación fija (para el caso de mobiliario, por ejemplo).
En el documento presentado por UGT se pretende que la regulación obligue por ley a las empresas a «elaborar y aplicar un plan de teletrabajo, previa negociación y
acuerdo con los representantes de los trabajadores».
Aspectos objeto de regulación
Las compensaciones, en opinión de los sindicatos, deberían concretarse en los convenios colectivos. Algunas empresas ya lo han regulado en la negociación colectiva. El BBVA tiene establecida una compensación de 50€ mensuales, Repsol por su parte, lo limita a tres días laborables.
La nueva norma regulará aspectos como el principio de igualdad de trato en las condiciones profesionales, «en especial la retribución incluida la compensación de gastos»; los tiempos máximos de trabajo y los mínimos de descanso; la distribución flexible del tiempo de trabajo; – aspectos preventivos relacionados con la fatiga física y mental; el uso de pantallas de visualización de datos; los riesgos de aislamiento.
La nueva realidad a la que enfrentamos en los próximos meses requiere pasar de la improvisación a una regulación que garantice los derechos de los trabajadores y la flexibilidad que requiere cada sector, por lo que los acuerdos en el marco de la negociación colectiva deberían tener un protagonismo importante.
El coronavirus ha sido un motor de aceleración en la implantación de soluciones tecnológicas en nuestra industria y servicios. Tal vez muchas de estas soluciones sean “parches” para salir del paso en una situación de crisis, pero está claro que esos “parches” requieren, de un lado, de una regulación que adapte la nueva realidad y, de otro, una evolución de la innovación que mejore y transforme los medios y las herramientas tecnológicas a cada sector, donde seguro surgirán nuevas oportunidades.
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